PAYASO / CLOWN
"Hazte feliz / Make you happy"
05/10/21
Hay un dicho que dice que quién bien te quiere te hará llorar.
!Jamás lo creas!.
There is a saying that states that the one that loves you right, will make you cry. Do not ever believe that!
Explicación / Explanation:
De pequeña, estaban los payasos de la tele que me hacían reír, el pierrot colgado en la pared de mi habitación cuya sombra me provocaba terror y los de los viejos circos que pasaban por mi pueblo cada año y que sólo me causaban una profunda tristeza.
En cualquier caso, nunca me gustó oír hablar de forma tan despectiva de una profesión tan difícil.
Cualquiera puede hacernos llorar, pero no muchos tienen el don de hacernos reír a carcajadas...
Porque lo que le resulta divertido a uno, puede no serlo para otro y a veces hasta nos reímos de cosas que no tienen ni pizca de gracia. Así de extraño es el ser humano...
En cuanto a mí, jamás cuento chistes y hasta prefiero que no me los cuenten porque muchas veces no sé qué cara poner.
No es que no tenga sentido del humor.
Debe ser que tengo un humor raro... Yo diría más bien, que soy de repertorio limitado.
Que yo recuerde sólo me río de lo absurdo, lo macabro y lo sexual (no sexista) y que lo peor que me puede pasar es que me de por reír en los momentos más inoportunos, aunque lo haga por no llorar.
En cualquier caso, considero que al gremio de los payasos se le ha tratado siempre de manera muy injusta, usando su nombre de manera peyorativa en lugar de reconocer la gran labor que realizan: Aportar alegría al mundo.
Puede que la culpa la tenga esa manía nuestra de tomarnos la vida tan en serio, el siniestro payaso de "IT" o el payaso asesino del Mc Donalds.
En cualquier caso, el payaso de este dibujo nada tiene que ver con lo anteriormente mencionado.
El que aparece no es otro que la figurita que me regalé para que hiciera compañía al hada candelabro que vivía en la cómoda de mi dormitorio.
Cuando lo compré no tenía ni idea de que un día acabaría proyectando en él todo el rechazo que llegaría a sentir por un esperpento perverso de carne y hueso por el que casi muero, y no precisamente de risa.
La pose de aquellas dos figuras que no pegaban ni con cola bastaron para resumir sin necesidad palabras el lugar que a cada uno le correspondía ocupar.
El payasito representaba al rey del disfraz que ofrecía un corazón sin vida y el hada de las velas apagadas, a la ilusa que tras haberse quitado la venda de los ojos, se mantenía firme con la mirada al frente mientras se decía:
No necesito que nadie me encienda. La luz la pongo yo.
Por aquel entonces aquel individuo ya estaba fuera de escena y yo todavía intentaba descifrar quién era.
Eran días de confusión y duelo por el personaje imaginario que durante un tiempo había colonizado el escenario de mi vida, aunque también de liberación y celebración por el destierro de aquella fantasía que hasta hacía unas semanas, había consumido la mayor parte de mi tiempo y energía.
Recuerdo que la tarde que realicé este dibujo no paraba de insultarle llamándolo "payaso", !cómo si fuera un insulto!.
La culpa la tiene una canción de Extremoduro que no cesaba de tararear todo el rato.
Un error por mi parte, teniendo en cuenta que a un payaso no le llegaría ni a la suela del zapato.
Y tiene gracia que, refiriéndose la letra a lo mal que lo pasa un hombre cuando se enamora, yo la escogiera como banda sonora para plasmar el monólogo de reproches en mi cabeza hacia el fantasma de las mil caras, cuyas muecas yo confundía con sonrisas.
El mismo que tanto se había reído de mí y no conmigo.
El rey de las mentiras, que fingía ser una persona en mi cara y después me difamaba a la espalda.
El que tanto caos aportó a mi mundo, hasta el día que le corté el suministro, diciendo !basta, estoy harta! y le di la patada, sin previo aviso, sin cuentos, sin trucos, sin drama, sin amenazas.
Tanto sufrimiento, paranoias y dudas para al final descubrir que cualquier mala compañía era mejor que la suya.
Y es que hay personas que no dan, sólo quitan y una no se explica cómo pueden ir así por la vida.
Porque ciertos comportamientos son inexplicables y carecen de sentido.
Especialmente, para los que empatizamos con los demás y no nos entra en la cabeza que alguien pueda disfrutar haciendo daño a otro de manera gratuita, sin motivo, y dormir tranquilo.
Aquellos eran días de introspección en los que me perdía buscando respuestas a demasiados por qués y para qués, hasta que caí en la cuenta de que necesitaba hacerme mejores preguntas y me enfoqué en lo que podía hacer por mí.
Si este dibujo me sirvió de algo fue para hacer un recuento de todas las cosas que aportaban felicidad y bienestar a mi vida.
!Al hacerlo fui recordando lo mucho que podía darme y lo sencillo que era hacerme feliz!.
Tenía mis dibujos y mi mundo, el yoga, el deporte, los libros, la música, amistades, miles de fiestas a las que acudir sin contar con nadie, y hasta mis números favoritos para jugar a la primitiva y soñar que me volvía rica de la noche a la mañana...
Y lo más importante, !me tenía a mí!.
Y como ya no era animadora ni psicóloga ni responsable de la felicidad de nadie, también disponía al fin de una gran cantidad de tiempo extra para prestar atención a las cosas que realmente sí merecían la pena.
!Ya estaba harta de estar harta!. Y supe que había llegado el momento de renunciar a mi encasillamiento en el papel de actriz secundaria en culebrones ajenos.
Entonces no lo sabía, pero ahora sí sé, que fue a partir de aquel momento que comencé a actuar como la estrella de mi propia película.
Así fue cómo comencé a dejar a un lado todos los "y síes" (Y si hubiera hecho esto, y si hubiese hecho lo otro...) para centrarme en el único "I.S.I" de interés para mí:
Las siglas de los que serían mis mejores consejeros a partir de aquel momento: mi Instinto, mis Sueños y mi Intuición, porque de haberles hecho caso me habría evitado muchos calentamientos de cabeza innecesarios.
Imagino que por ese motivo me salió dibujar el retrovisor izquierdo de un vehículo.
No significaba que conducir fuese una de mis aficiones favoritas, sino el compromiso de no volver a dejarme conducir por nadie nunca más.
No lo puse ahí para martirizarme o para usarlo como herramienta con la que buscar el reflejo de las imágenes de los "buenos tiempos" que creía haber dejado atrás.
(En aquel momento ya comenzaba a darme cuenta que lo único real de aquella historia había sido el amor que yo había sentido, nada más.
Y en cuanto a los momentos "agradables", tras hacer un recuento pude confirmar que si habían existido era gracias a mí. !Yo los había creado!.)
No necesitaba mirar atrás para vigilar si ese alguien me acechaba ni para alimentar nostalgias.
Tampoco para confundirme con más espejismos ni para castigarme por mi ceguera o llenarme de odio o culpa, sino únicamente para RECORDAR y evitar de esa manera tropezar dos veces con la misma piedra.
Porque con ciertos individuos hay que hacer lo mismo que cuando se arroja una bolsa de basura al contenedor.
¿A quién en su sano juicio se le ocurriría volver a por ella y llevársela de regreso a casa? La basura es basura, no cambia. Pues con ellos pasa lo mismo.
Hay cosas que no se deben olvidar.
Muy a nuestro pesar, en ciertos casos, no resulta sano borrar nada.
Sobre todo cuando la memoria es la única alidada que nos queda.
En aquel momento eso lo tenía muy claro porque todavía me acosaban miles de dudas y mi mejor arma para luchar contra ellas era revisar una y otra vez todo lo ocurrido, por mucho que me doliera.
Era la única medida preventiva que tenía para no volver a caer en ninguna sus trampas, confeccionadas a base de excusas, victimismo y cuentos.
Su única ventaja era que me conocía. La única que yo tenía era que él no tenía ni idea de lo rápido que podía cambiar y aprender a leerlo entre líneas.
Recordarlo TODO y especialmente, lo más desagradable, se convirtió en el único ancla que me sujetó a tierra y me permitió ver de manera clara todos los motivos por los que ni podía ni debía dar marcha atrás.
Y es que le había dado tanto, que sólo me quedaba una cosa por darle: contacto 0.
Y gracias a que me mantuve firme y se lo di, fue que al fin recibí algo a cambio: Un nuevo comienzo.
Explanation:
When I was a little girl, there were the TV clowns that made me laugh, the pierrot on my bedroom wall whose shadow terrified me at night and those ones that worked at the old circus that visited my village every year, who just caused me profound sadness.
In any case, I always found it particularly distasteful to hear people speaking disparagingly of such a difficult professsion.
Anyone can make us a cry but only a few have the gift to bring a roar of laughter from us.
Besides, what may be funny for one, may not be funny for another, and sometimes we even laugh at things that are not funny at all.
As for me, I never tell jokes and I even prefer no to be told. Many times I do not know how to react because most jokes do not amuse me!.
It is not that I am a humourless.
I must have a weird sense of humour although, I would say that I have a limited repertoire of topics that make me laugh.
As far as I remember I just find funny the absurd, the macabre and the sexual (not sexist).
In any case, the worst that can happen to me is that I laugh at inopportune times. Laughing just to keep from crying.
Anyway, I believe that the clown´s guild has always been treated very unfairly because our tendency to disparage the word "clown" instead of admiring clowns for contributing their joy to the world.
It may be the fault of our mania for taking life so seriously, the sinister clown of "It" movie or the killer clown of Mc Donalds.
But in any case, the clown that appears in this drawing has nothing to do with any of the above.
It is none other than the little sculpture that I bought to keep company to the fairy candle holder that lived on top of the chest of drawers in my bedroom.
When I bought it I had no idea that one day, I would end up projecting on him all the rage I felt towards a grotesque character of flesh and blood, for whom I almost die and not exactly laughing.
At that time, that creature was already out of the picture and I was still trying to figure out who he really was.
There were days of confusion and moarning for the imaginary character that for a time had colonised the theatre stage of my life.
But, there were also days of liberation and celebration for the banishment of that a fantasy that until recenly, had consumed most of my time and energy.
I remember that I could not help humming the song "So payaso" by Extremoduro while making this drawing.
And I found it funny that I had chosen the lyrics of a song that supposedly talked about the discomfort that a man suffered when falling in love to use it as the soundtrack of the monologue of reproaches in my head that I dedicated to the ghost of the guy of the one thousand masks whose facial grimacing I confused with smiles.
To the one that had laughted at me, and no with me.
To the King Liar that pretended to be someone nice in front of me and right after slandered me behind my back.
To the one that brought so much chaos to my life until the day I finally opened my eyes, exclaimed "that´s enough, I am done !" and kicked him out, without warning, tricks, drama or threats.
So much suffering, paranoia and hesitation to finally discover that any bad company was better than his.
Because there are people that do not give, they just take and no one can explain how they can behave that way and sleep at night.
There are certain behaviours that are impossible to be understood, specially by empathic people who cannot understand how someone can enjoy hurting another without reason.
Those were days of introspection where I got lost looking for what for and why of what had ocurred.
And I did it, until I got fed up and realized that I did not need answers but better queries and I decided to pay attention to what I could do for me.
This illustration helped me to recount all those things in my life that contributed to happiness and wellness.
It made me see my values and how much I could give me, how easy it was for me to make me happy!
I had my inner world and my drawings, yoga, sport, books, friends and thousand of parties to attend without counting on anyone. I even had my favourite numbers to play lottery so as to dream of getting rich out of the sudden...
And the most important, I could still trust.... I could rely on me!
And happily, since I was not longer a cheerleader or a psychologist or responsible for someone else´s happiness, I also had a lot of extra time to focus on the things that really deserved my attention at the time.
I realized how sick and tired I was of being fed up and of being typecast as the supporting actress in other people´s soap operas.
I decided to change that.
Then, I did not know but today I really feel that it was from this drawing on that I really began to act as the star of my own movie.
So, I stopped wasting my time dwelling on all that "what ifs" and looking for all the reasons why things could not work out and I started focussing on what it was useful for me to move forward.
I could at last recognize the importance of using my instinct, my dreams and my intuition to prevent future unnecessary headaches and problems.
I guess that is why I drew a left rear view mirror.
Not because driving was one of my favourite hobbies, but to make it clear that I would not ever let anyone drive me again.
I did not put it there to watch whether or not that guy stalked me or to cause me grief with the reflection of the "good times" I believed to have left behind.
(At that moment, I was beginning to realize that the only real thing in that story was the love I felt.
As for the "nice moments", I already felt that most of them had existed because of me. I had created them!)
I should use the rearview mirror, I knew that...
But not to feed any nostalgia or confuse me with more lies, not to punish me for my blindness or to fill me with hatred or guilt, but to REMEMBER and avoid tripping over the same stone twice.
Sadly, there are things that should not be forgotten. Very much to our regret, we can not erase them! nor even try!.
In some cases, memory becomes our only ally.
And at that time, I was certain that to recall painful memories was the best weapon to fight against any doubt that may assault me.
Unfortunately, that was the only way to never fall again into his trap of excuses, victimism and lies.
The only way to clearly see all the reasons why I could not and I should not back down.
Knowing me was his best advantage. Mine, being able to change fast and learn how to read between lines.
In any case, I had given him so much that I had nothing left to give him. Nothing, except one thing: NO contact.
Thanks to the fact that I stood firm and gave it to him, it was that I received something in return, at last!: A new beginning.
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