Gloria Ram

 112. "LA DIOSA DE LA LIBERTAD/

THE GODDESS OF FREEDOM

"Sin libertad no se puede crear / 

There is no creation without freedom."

  

Fecha / date: 27/07/21

Explicación / Explanation:

Al comenzar esta lámina tenía la intención de dibujar a la Srta. Libra... De poco me sirvió.

No debía de ser el día... En cuanto apareció la chica con el tocado en forma de sol, me acordé de la Estatua de la Libertad, y ya no hubo manera.

De todos modos, imagino que lo que menos me apetecía en aquel momento era hurgar en ninguna de mis heridas de injusticia, ni en las viejas ni en las nuevas ( Dibujo  96, "Trabajo de campo" / 2021 diario).

Y total, ¿ qué sentido tenía hablar de justicia, sin antes mencionar la libertad?

Para escoger ser justo, había que ser libre antes. 

¿Y quién podía sentirse libre en aquel momento, donde cada día parecía haber más barreras de discriminación, de odio y rencor?

Antes de comenzar a redactar este post, lo primero que hice fue releer aquel otro donde anteriormente había hablado de libertad (Dibujo 60 "Libertad" / 2020 diario). 

Me alegré al comprobar que para bien o para mal, seguía pensando lo mismo. 

Pero, si de algo me sirvió releer lo escrito, fue para darme cuenta de que al final, no me había ido tan mal al escoger los dictados del corazón...

No solo había "sobrevivido", sino que jamás antes me había sentido tan viva !porque hacía las cosas que me gustaban!

Al poco de comenzar este dibujo, me pregunté si me sentía más o menos libre que meses atrás...

Que era libre por derecho de nacimiento, lo sabía. Que no estaba dispuesta a dejarme convencer de lo contrario, también. 

Que el exterior me decía a gritos que ir por libre no estaba bien visto, era un hecho, por más que yo me aferrase al dicho "ande yo caliente, ríase la gente" y me centrase en tomarme una de las libertades que no siempre me había podido permitir:

La libertad de escoger como organizarme las 24 horas que cada día me ofrecía.

Eso hacía que me sintiese de lo más afortunada... y que despareciesen mis ganas de quejarme tanto.

No estaba sometida a la esclavitud de tener ir corriendo con el coche de un lado para otro, no debía pasar de tal a tal hora en un lugar concreto acatando órdenes.

Me acordé de la cantidad de tiempo que había malgastado realizando tareas estúpidas, a cambio de un sueldo a fin de mes...

Y al pensar en ello, acabé recordando los últimos meses de mi contrato como jardinero en un Taller de Empleo ("Toma de Tierra"/ Otros dibujos), !donde lo único que había faltado era que me mandasen a barrer la arena del desierto!

Cosa a la que me hubiese negado, al igual me negué a realizar otras tantas, ya no por inútiles, sino por peligrosas, porque no me cubría el seguro en caso de accidente o no entraban dentro de mis funciones Y poco me importó que  el ochenta por ciento de mis compañeros agachasen la cabeza y sin rechistar, las realizasen, !sólo porque el jefe les daba a orden! 

Encontré similitud entre la mayoría de compañeros del taller y mucha gente que conocía. Ni los unos ni los otros me creían cuando les decía que eran libres para decir "no".

Y pensé en las veces que volvería a pagar las consecuencias que acarrearon mis "Di lo que quieras. No lo haré", sin tener en cuenta lo que los otros hicieran.

También me acordé de lo duro que fue ser uno de los dos garbanzos negros en una olla de diez.

Para mí, los jefes no eran el problema, sino la actitud de la mayoría de mis compañeros.

Y no porque casi nunca me respaldasen, !porque hablaba por mí, no por ellos!, sino porque sonreían cuando había que ponerse serio, y luego se quejaban de los jefes cuando no estaban presentes. !Cuanta hipocresía!

!Teníamos la sartén por el mango! Me desesperaba que no pudieran verlo. De nosotros dependía sacar el trabajo adelante, !éramos diez contra cuatro!, ¿por qué se mostraban tan indefensos?, ¿ qué temían?, ¿ que nos despidiesen a todos?, ¿ que nos tratasen peor de lo que ya lo hacían?

!Ni de coña se iban a quedar sin mano de obra barata y mucho menos, correr el riesgo de perder su empleo (en el caso de dos de ellos)!

Recordé con amargura el momento en el que a punto estuve de presentar una queja a la inspectora de la oficina de empleo, porque estaba en mi derecho, o por venganza...!Ya estaba tan harta que el motivo me daba igual!

Tenía fotos que probaban mis argumentos. Sabía que tenía pocas posibilidades de que nada de lo que hiciese sirviese para darles un escarmiento, pero no me importaba correr el riesgo.

Al final, una vez más, me tocó luchar, no por mis derechos, sino contra mí misma.

Me lo pensé dos veces y decidí no hacerlo. No por no meterme en camisa de once varas, sino porque me di cuenta de que mis propios compañeros serían los primeros en lincharme. 

Si cerraban el taller, nos quedábamos todos si empleo y ni siquiera teníamos derecho a paro.

Así que al final me tragué las ganas y sólo me dije:

-!Te quedan dos meses y medio más!, !tú puedes!, siempre y cuando dejes de hacerte mala sangre, te centres exclusivamente en ti y te mantengas al margen de lo que otros digan o hagan. Tú, a lo tuyo.

A partir de ahí, dejé de acumular pruebas y me centré en hacer mi jornada laboral lo más llevadera posible. 

Para conseguirlo me sirvió de ayuda la manera que tenían de castigarme, aislándome del grupo. Cuando me di cuenta de que más que un castigo, era una bendición, !me ofrecía voluntaria! 

Acabé prefiriendo trabajar a solas, ya fuera barriendo parques o trabajando con la desbrozadora durante ocho horas, que rodeada de gente que confundía gratitud con sacrificio, y ponerse en riesgo innecesariamente, con ser valiente o un buen trabajador. 

A mí no me iban a nombrar la empleada del año, pero al menos no me rompí costillas ni me hice esguinces por caerme de escaleras en malas condiciones. 

En cualquier caso, !en pocos periodos de mi vida he odiado tanto los lunes!

Recuerdo que tachaba los días del calendario como si estuviera cumpliendo condena.

Y al pensar en eso, me acordé de la vez que dos yonquis se me acercaron mientras podaba un seto en la glorieta del Ayuntamiento.

Querían preguntarme qué tal el trabajo... No por cotillear, ni por curiosidad hacia mi persona, sino porque habían recibido una notificación donde se les informaba que, por un tema de multas pendientes, en breve les tocaría prestar servicios sociales trabajando como ayudantes de jardinero durante un par de semanas, y querían saber en qué consistiría su tarea.

-¿Y tú cuánto tiempo dices que llevas?, ¿casi un año?, ¿ qué has hecho?- me preguntaron alarmados mientras se pasaban una litrona.

-!Uff!, ¿ qué no habré hecho para merecer esto?, !he debido ser malísima!...- les contesté riendo, al tiempo que me hice a mí misma la misma pregunta. 

!Y eso que aquel día estaba realizando una de mis tareas favoritas!

No recuerdo cómo dejaría al final aquel árbol de laurel con forma de seta, pero nunca olvidaré lo a gusto que me reí con aquellos dos, a los que desde entonces saludo allá donde me los encuentre.

Lamentablemente, de mi medio año en el geriátrico, solo tenía un momento bonito que recordar. Aquel en el que me confirmaron por teléfono que no me iban a renovar ( Dibujo 2, "El Loco"/2020 diario)

Quitando alguna muestra de gratitud, la sonrisa, la mirada y el sentido del humor de algún anciano, lo demás había sido una MIERDA con mayúsculas, en sentido literal y figurado.

A estas alturas de mi vida, ni siquiera me explicaba cómo había elegido de manera voluntaria haber pasado por tales experiencias. 

Mucho menos, como había podido aguantar hasta el final, sabiendo que si me dijesen de repetir, !estaría dispuesta a pagar por no tener que ir a trabajar!

Ciertamente, las lecciones aprendidas no tenían precio. Había aprendido a valorar lo que siempre había dado por sentado...

!Lo que hubiese dado yo, el año que trabajé de jardinero, por ahorrarme aquellos madrugones, por no pasar tanto frio en invierno, por resguardarme la sombra en pleno verano, por comer cuando tenía hambre, beber cuando tenía sed e ir al baño cuando tuviese ganas!

!Que no hubiese pagado los seis meses de geriátrico, por pasar las noches en mi cama, en lugar de pasármelas en vela y recorriendo pasillos mientras arrastraba un carro lleno de pañales y bolsas de basura hasta los topes de mierda! 

Si de algo me había servido haber pasado por todo eso era para recordar donde no debía volver a ser infeliz de nuevo. 

Y al pensar en eso, me di cuenta de cómo, curiosamente, de tanto en tanto, la vida me iba poniendo a prueba. 

No hacía mucho que me había lanzado un señuelo para tentarme, y yo le había confirmado mi negativa a vivir segundas temporadas de lo mismo.

Había sido lo suficientemente "valiente" como para cerrarme en banda.

Valiente o insensata, según se mire y la manera de pensar de cada uno.

Claramente, rechazar ir a una entrevista para trabajar como sociosanitaria a domicilio, donde posiblemente me hubiesen cogido porque me recomendaba una amiga que era la hermana de la jefa, a muchos les parecería una locura.

-!Una oferta laboral, y sin buscarla, en los tiempos que corren!, ¿ cómo se te ocurre rechazarla?- sabía que me hubiese dicho más de uno, si a mí me hubiese dado por pedir consejo, cosa que por supuesto no hice.

De esa manera, me evité debates innecesarios. 

-¿Y por qué no?, ¿por no darte un pinchacito de nada?- seguro que me hubiesen preguntado.

-Sí, por eso también. Pero, principalmente, porque no me da la gana- hubiese respondido yo, que no me gusta andarme con rodeos.

!Bastante tenía ya con oponerme a la resistencia que ofrecía mi propia mente! 

!Qué bien me conocía! Sabía como quejarse, lo que decirme para incomodarme. Me repetía todo eso a lo que me tenía tan acostumbrada...y que en otros tiempos, quizá  le hubiese servido para hacerme "entrar en razón":

-Mira a ver, infórmate bien al menos, !qué vas a perder, mujer!, ¿y si esta vez te fuese bien?, !quién sabe!... No te cierres puertas. Piensa, un empleo, más dinero. Recuerda, las oportunidades hay que cazarlas al vuelo...

Primero lo intentaba por las buenas, y luego por las malas.

-!Tú sigue así, perdiendo el tiempo en tonterías!, !cantando como las cigarras!, ¿y el día de mañana?, !inconsciente, egoísta, que sólo piensas en ti misma!- me decía.

A lo que yo le respondía:

-!Calla, que ya no eres mi jefa!

Y lo hacía porque a esas alturas, ya sabía que la vida era como mis dibujos. 

Nunca sabría adónde me llevaría, pero sí tenía claro los caminos que, por todos los medios, iba evitar volver a transitar. Si no me aburre dibujar es porque nunca dibujo dos veces el mismo paisaje.

Y en cuanto a mi currículum, de sobra sabía que nadie me pediría un certificado de vida laboral el día que muriese.

Cuando ninguno de mis argumentos servía para hacer callar a mi mente, intentaba jaquearla de la forma más efectiva que sé: dibujando.

Para entonces, sólo le quedaba como recurso recordarme el tema del dinero...Lo cual tampoco servía de mucho, porque llena de orgullo le replicaba: 

-De haberte hecho caso, mi segundo hijo no existiría.

Bien era cierto que no tener mucho dinero, me había dificultado las cosas muchas veces, pero jamás había sido un motivo de peso a la hora de tomar ninguna decisión, especialmente las más importantes.

Mi libertad de elección no dependía de ninguna cifra en una cuenta bancaria... El dinero, valía para lo que valía. Me gustaba tener, cuanto más mejor, pero no era mi dueño. 

!Cuanta gente no conocía que, por continuar ganando el dinero que ganaba, se amargaba la vida, y perdía el gran tesoro de darse la libertad de probar algo nuevo! (Me refiero a gente que sí podía permitirse ese lujo)

Elegían invertir en psicólogos, morirse de aburrimiento y de asco por un sueldo.

Pero, ¿ quién era yo para decirles que disponer de capital para comprarte mil cosas, no te hacía más libre cuando entregabas tu vida a cambio, o que las cosas sólo servían para adornar la celda de infelicidad en la que residían?

Cuando me fui a dar cuenta, había dibujado a Alexia, la Diosa de la Libertad, portadora de la antorcha con la triple llama que representaba la trinidad en acción: poder, amor y sabiduría.

No recuerdo qué video de metafísica estaría escuchando en aquel momento.

Lo que sí sé es que en él se decía que había llegado la hora de  aniquilar de una vez por todas el velo de la conciencia humana, y que fue aquella frase la me llevó a preguntarme qué sería de todos nosotros, si continuábamos negando que éramos libres y actuando como esclavos sin elección.

Sin libertad, ¿ qué íbamos a poder crear?

También fue aquella frase la que me llevó a hacerme las preguntas que evitaba hacerme a toda costa:

- Y tú, ¿ hasta dónde estás dispuesta a llegar?, ¿ qué precio estás dispuesta a pagar por eso que consideras ejercer "tu libre albedrío"?, ¿tú te has pensado bien las consecuencias que podría traerte? 

Porque podía decir y pensar lo que quisiera, pero la cosa tenía pinta de ponerse chunga...

Y me di cuenta de que no tenía respuesta. 

Mi única decisión por el momento era la de no reaccionar, permanecer a la espera y ver cómo se desarrollaban los acontecimientos...

Al fin y al cabo, en mi mano sólo estaba centrarme en mi voluntad para decidir con libertad lo que no deseaba hacer, en la sabiduría de mi propia experiencia para saber que la mayoría casi nunca tenía razón y en el amor que sentía hacia mi persona para elegir cómo cuidar de mi. 

!Sólo así podría sobrevivir al chaparrón de críticas que me estaba cayendo encima!

Explanation:

At the beginning of this picture, I intented to draw Miss Libra. It did not work.

It should not be the day... As soon as the girl with the sun-shaped headdress appeared, I remembered the Statue of Liberty, and there was no way. 

Surely, because what I least wanted at that time was to dig into any of my wounds of injustice (Drawing 96, "Stirring the soil "/2021 journal).

And anyway, what was the point of talking about freedom, without first mentioning freedom?

First of all, to choose to be fair, you had to be free first.

And who really felt free at that time, an in a world where every day there seemed to be more and more barriers of discrimination, hatred and resentment?

One of the first things I did was to read the post where I had previously spoken about freedom ( Drawing 60, "Freedom"/2020 journal)

I was glad to see that for better or worse, I was still thinking the same thing. 

But, rereading what I had written also was useful for something else. I realized that choosing to follow the dictates of my heart had not gone so badly...

Not only had I "survived", I had truly lived! Because deep down, I had never felt so free, even though I had spent most of my time between four walls.

Then I wondered if I felt more or less free than months ago.

That I was free by birth right, I knew. That I was not willing to let me be convinced that I was not, too. That the outside was shouting at me that it was not well seen, was a fact.

But as the saying says,"I do what I like no matter what" and I was free to do something great: I could choose how to organize myself 24 hours a day. That had not always been the case!

And once again, I thought about how lucky I was not to be subjected to the slavery of having to run with the car from one place to another, for not having to pass from such to such an hour in a specific place doing what anyone would command me. 

The time I had wasted doing stupid things!

And while thinking about it, without intending to, I ended up remembering the last months of my contract as a gardener in an Employment Workshop (Dibujo "Grounding" / Other drawings), where the only thing that had been missing was to be sent to sweep the desert sand!

Something that I would have refused to do just as I had refused to perform other tasks ( and not because I thought they were useless, but because they were dangerous, I was no covered by insurance in case of accident and they were no included within my funcions), while eighty percent of my work colleages bowed their heads and without question, they performed them, just because the boss ask them to carry them out!

They never believed me when I told them they were free to refuse.... The took for granted they had no choice, and I could not understand why!

As far a I was concerned, I did not mind to have paid for the consequences of my "Whatever you say. I will not do it", regardless of what others did.

But, I also remembered how hard it was for me to be one of the two "black sheep" in the work team.

For me, the bosse were not the problem, but the attitude of most of my colleagues.

And not because they almost never backed me up, because I spoke for me!, but because they smiled when it was necessary to get serious, and then complained about the bosses when they were not there. How much hypocrisy!

We had the upper hand! I was desperate that they couldn't see it. At the end of the day, it was up to us to get the job done, and we were ten against four!, why were they so helpless?...What were they afraid of?, that they would fire us all?, that they treated us worse than they already did?

Come on! They weren't going to run out of cheap labor, much less risk losing their jobs, in some cases!

I remembered with bitterness the moment when I was about to lodge a complaint with the employment office inspector, because it was my right, or for revenge..I was so fed up that I didn't care why!

I had photos that proved my arguments. I knew my complaint could be useless ... but I did not mind taking the risk. Surely, it would bother them at least!

In the end, once again, I had to fight, not for my rights, but against myself.

Eventually, I thought twice and decided not to. 

Not because I didn't get into it way over my head, but because I realized that my own colleagues would be the first to lynch me. If the Workshop was closed, we all would be with no job and no right to unemployment.

So in the end I said to myself:

It's only two and a half more months! You can do it!, as long as you stop fretting over working issues, mind your business, and stay out of what others say or do. Take care of you and stick to your work!

From there on, I stopped accumulating evidence and focused on making my workday as bearable as possible. To get it, I was helped by the way they punished me, isolating me from the group. When I realized that more than a punishment, it was a blessing, I volunteered! 

I ended up preferring to work alone, either sweeping parks or working with a brushcutter during eight hours, than surrounded by people who confused gratitude with sacrifice, obedience with submission, taking unnecessary risk with being brave or a good worker.

I wasn't going to be named the employee of the year, but at least I hadn't broken ribs or got my ankle twisted from falling off stairs in poor condition.

In any case, in a few periods of my life I have hated Mondays so much! I even crossed out the days on the calendar, as if I was serving a sentence.

And thinking about that, I remembered the time two junkies approached me while I was pruning a hedge at the Town Hall square.

They wanted to ask me how work was... Not because they liked gossiping, not out of curiosity about myself, but because they had received a notice from the Town Hall informing them that for a matter of unpaid fines, they would soon have to provide social services working as gardening assistants for a couple of weeks,. They wanted to know what the tasks consisted of.

And how long do you say you will be doing this, for almost one year?, WHAT HAVE YOU DONE?- they asked me alarmed, while the passed a bottle of beer.

-Uff!, what have I not done to deserve this?, I must have been very bad!...- I replied laughing, while asking myself the same question.

And that day I was doing one of my favorite tasks!

I do not remember how I would leave that mushroom-shaped laurel tree in the end, but I will never forget how much I laughed with those two, whom I have since greeted wherever I find them.

Unfortunately, from my half year in the nursing home, I only had one beautiful moment to remember. The one in which they confirmed to me by phone that they were not going to renew my contract (Drawing 2, "El Loco"/2020 journal).

Removing some sign of gratitude, the smile, the look and the sense of humor of some old people, it had been a bitter experience.

At this point in my life, I did not even explain to myself how I had voluntarily chosen to go through such experiences. 

Much less, as I had been able to endure until the end, knowing that if they told me to repeat, I would even pay for not having to go to work!

Certainly, the lessons learned were priceless. He had learned to appreciate what he had always taken for granted.

What I would have given, the year I worked as a gardener, to get up later , not to be so cold in winter, to shelter the shade in the middle of summer, to eat when I was hungry, drink when I was thirsty and go to the bathroom when I felt like it!

That I hadn't paid for the six months of nursing home, to be able to spend the nights in my bed, instead of spending my sleepless time walking infinite corridors while dragging a cart full of diapers and garbage bags to the brim with shit!

If it had helped me to go through all that was to remember where I should never be unhappy again. 

And thinking about that, I realized how, curiously, from time to time, life was testing me. 

In fact, not long ago I had been thrown a lure, so that I could confirmed once again that I was not willing to live second seasons of experiences I did not want to repit.

I had been "brave" enough to say "No, thanks", with no hesitation.

Brave or foolish, depending on how you look at it and the way of thinking of each one.

Clearly, refusing to go to an interview to work as a home care social health assistant, being recommended by a friend who was the boss's sister, would seem a crazy decision to many.

A job offer, and without looking for it, in these times! How can you say "no"? - I would had been told by more than one in case I had asked for advice, which I did not do because my decison was made. 

Not having consulted my decision with others, I had avoided unnecessary debates, and possibly having to endure questions of the kind:

-And why not? , just because you do not want to be given a shot?

And have to answer:

-Yes, so too. But mainly because I don’t feel like it.

However, I could not help avoiding the resistance of my own mind, which worked hard to convince me to become reasonable. My mind always knew how to bother me, by means of  repeating all that I already knew by heart...

-Look and see, inform yourself well, at least. Nothing to lose! , what if this time it went well?, who knows!...Think, a job, more money,  a new opportunity!

First I tried it the good way, then the bad.

-You are in a bad way!, wasting your time on nonsense, singing like cicadas! What about tomorrow? Unconscious, selfish, you only think of yourself!- it said.

But, although it made me doubt, I answered.

-Shut up, you’re not my boss anymore! I just know that life is like my drawings, I will never know where it will take me, but I am certain about the paths that, by all means, I am not willing to take again.

Anyway, nobody will ask me about my working life when I die!

And when none of that served to silence my mind, I tried to hack my thoughts the best effective way I know: drawing.

By then, my mind only one resource left, mention money, which wasn’t worth much either, because I proudly rememberedd that if it were for it, my second son would not exist.

It was true that, not having a lot of money, had made things difficult for me many times, but it had never been a compelling reason to make any decisions, especially the most important ones.

My freedom of choice didn’t depend on any amount in a bank account... Money was worth what it was worth for. I liked having it, the more the better, but it was not my owner.

I already knew many people who, by continuing to earn the money they earned, embittered their existence and lost the great treasure of giving themselves the freedom to walk new paths.  

They died of boredom in exchange for a few coins. All for the money!

And just because they didn’t understand that having capital to buy a thousand things didn’t make them freer when they gave their life in return. Things just served to adorn the cells of unhappiness in which they lived.

By the time I realized it, I had drawn Alexia, the Goddess of Freedom, who carried the torch with the triple flame that represented the trinity in action: power, love and wisdom.

I don’t remember what metaphysical video I would hear while drawing at the time.

What I do know is that I heard a phrase that said that it was time to annihilate, once and for all, the veil of human consciousness. 

It was those words that led me to wonder what would happen to us, if we continued to deny that we were free and behave as slaves without choice.

Without freedom, what the fuck could we create!

It also led me to ask myself the questions I tried not to:

- And you, how far are you willing to go? What price are you willing to pay for that which you consider to exercise "your free will"? Have you thought about the consequences it might bring? 

Because I could say and think whatever I wanted, but things started to get ugly...

And I realized I had no answer. 

My only decision at the moment was not to react, to stand by and watch events unfold...

All I could do was focus on my will to decide freely what I did not want to do, on the wisdom of my own experience to know that most were almost never right and on the love I felt towards my person to choose how to take care of me. 

Only then could I survive the downpour of criticism that was falling on me!

Pharrell Williams_ Freedom

La Diosa Libertas.

La llama triple