Gloria Ram

 161. IMPERFECCIÓN / IMPERFECTION

(parte 1/3-part 1/3)

"Pequeñita, pero firme"/ 

"Tiny, but steady"

Fecha/date:  25 /08/22

Explicación / Explanation:

La celebración de mi singularidad (dibujo anterior) no duró demasiado.

-Vaya, todo eso que dices suena genial, pero ¿seguro que puedes celebrarte entera?, ¡no me jodas, que eso no hay quién se lo crea!-me reproché.

Quererse por lo que uno consideraba virtudes era facilísimo, pero ¿qué pasaba con las taras?

Así pues, inicié esta lámina mientras hacía recuento de todo lo que no me gustaba de mí.

Me senté frente a una lámina en blanco como el que se sienta en la primera fila de un cine y piensa, ¡qué sea lo que quiera!, como si ya supiera de antemano que no me quedaría hasta el final de la película.

El desfile desordenado de todos los defectos que pasaron frente a mí, no tuvo desperdicio. 

Lo bueno fue que me lo tomé a la risa. Lo malo es que llegué al punto en el que todo lo que consideraba "fallas" en mí me pareció tan ridículo y repetitivo que hasta sentí aburrimiento.

Finalmente, fue el recuerdo de un par de sueños recientes el que se coló en escena e hizo que me dejase a medias el inventario de las mil taras que me servían de excusa para no quererme tanto como me gustaría.

El primero trataba de la escena en la que un chaval tiktoker vestido de rapero se mofaba de mis dibujos. 

-Bueno, quizás tengas razón y debería dejar de dibujar por el bien de la humanidad-le decía riendo, aunque por dentro pensase:

-¡Y tú subes mierdas, y no te digo por donde metértelas!

Recuerdo que tras apuntar este sueño en mi diario, lo primero que pensé fue en lo bien que se me me había dado guardar la compostura. 

Entonces no sabía que aquel chaval impertinente todavía no había terminado conmigo, que volvería a aparecer un par de noches después, y que no pararía hasta que le prestase la debida atención.

Esa vez, el sueño volvía a transcurrir en el exterior donde me encontraba exponiendo mis dibujos sobre una manta tirada en el suelo en la calle de una ciudad.

El tipo en cuestión, que llevaba gorra, ropa tres tallas más grandes, ¡y era un tostón de criatura!, no se despegaba de mi culo.

Y yo me preguntaba qué le habría hecho a aquel tipo para que la tuviese tomada conmigo. No entendía su actitud chulesca y amenazante, ni nada de lo que decía.

-¡Estoy harto de que tanto tú como tus hijos me miréis así! 

A tus dibujos no les he hecho nada. Pero, que consté que les haré lo que me de la gana. Dime, ¿qué os pasa conmigo?, ¡habla, habla!-no cesaba de repetir.

Mientras tanto, yo me movía de un lado para otro, esquivando su mirada y haciendo como si no existiera. El problema era que cuanto más aceleraba, más rápido me perseguía y más me chillaba al oído.

Me estaba volviendo loca.

-¡Para! Pero, ¿qué me estás contando?, ¿de qué vas?- deseaba gritarle, más no podía porque cuando abría la boca no me salía la voz.

Y de repente, no sé cómo, lo silencié.

Él seguía ahí, lo veía gritando y haciendo aspavientos con los brazos, pero ya no podía oírlo. 

El único sonido que quedó era el provocado por los pensamientos en mi cabeza.

-¿Y todo esto, para que me atreva a hablar? Pero, ¿qué diablos querrá que le diga?-oí que me preguntaba justo antes de atreverme a mirarle a la cara y sentir pena por él (Pensé en lo mal que lo estaría pasando gritándole a una sorda que le ponía cara de póker). 

De repente, giré la cabeza y me di cuenta de que por andar ocupada en esquivar a aquel tipo, me había alejado tanto de mis dibujos que no sabía ni donde me encontraba. Me sentí agobiada. 

Lo primero que hice fue dirigirme hacia la primera manta que vi, una de color rojo, que confundí con la mía. Se trataba de un puesto de esterillas y ropa de yoga de otra persona... No entendía nada.

Me enfadé conmigo por ser tan despistada aunque en el mundo real, el despiste sea mi pan de cada día. Me sentí tan desorientada que no sabía para dónde mirar...

No fue hasta que me paré en seco, respiré hondo, cerré los ojos y los abrí de nuevo, esa vez alzando la vista, que divisé mis dibujos a lo lejos, semi ocultos bajo la manta que había doblado el viento.

Fue al levantarme tras agacharme para estirarla bien, que volví a tropezar con el pesado aquel que parecía sacado de una película de cine mudo, y mirándole fijamente a los ojos le solté:

-¿Y qué? Mis hijos miran como les da la gana porque son transparentes, y si no te gusta, te aguantas, porque ni ellos ni yo tenemos nada que esconder.

Para mi sorpresa, el tipo paró de moverse como si lo hubiese congelado con mis palabras, cerró la boca, esbozó una sonrisa y yo desperté.

Esa vez sí me pregunté qué podría significar la figura de aquel chaval tan pesado. 

Me quedaba claro que, al igual que todos y cada uno de los personajes con los que interactúo mientras duermo, también él era otra expresión de mi misma. 

En esa ocasión, pensé que podría guardar relación con una parte de mí a la que no quería atender, pero ¿cuál?, ¿mi inadaptación a los nuevos tiempos, quizá? 

En cuanto a mis hijos, dudé que tuviesen que ver algo con el asunto, y que por "hijos", el ticktoker y yo estábamos haciendo referencia únicamente a mis dibujos. 

Fue aquel el motivo que hizo que me preguntase qué relación podría tener aquel sueño con lo que estaba sucediendo en aquel momento de mi vida...

Por aquellos días, continuaba teniendo serias dudas acerca de si volver a exponer o no. 

Por una parte, no tenía ganas ni de molestarme. Por otra, quería animarme a hacerlo... La primera exposición había ido tan mal, que había pocas posibilidades de que la segunda saliese peor...¡y eso ya era un incentivo!

-Ya veré que hago cuando regrese de Barcelona- acabé diciéndome como buena experta que soy en el arte de postergar. (Diario "La chica caracol"/2021 diario).

En aquel momento mi prioridad no era otra que la de disfrutar de unos días fuera de casa con mi pareja. 

Aquel verano habíamos tenido que aplazar nuestra escapada estival, ya no sólo por el tema del mercado artesanal, sino también por tener que cuadrar las quincenas de vacaciones de los chicos con un evento familiar que tenía lugar el trece de agosto... 

¡Y estaba harta porque ya me había pasado más de la mitad del verano entre las cuatro paredes de mi casa! 

No sólo quería alejarme de mi mesa de dibujo y de mi numerosa familia de niños de papel, sino también de mí misma.

Por supuesto, tenía la certeza de que por muy lejos que me fuese, nunca me perdería de vista. 

En cuanto a mis ganas de dibujar, mis interminables debates imaginarios, todos los defectos que veía en mí misma, e incluso el dibujo que dejase a medias, sabía que todo ello me lo encontraría en el mismo sitio cuando regresase. 

-Te apuesto lo que quieras a que a mi vuelta sigues ahí, más derecha que una vela- le dije con ironía a la imagen que tenía frente a mí, y que en aquel momento lo único que me mostraba eran tres manchas de color rosa y una muñeca fea a medio vestir con el símbolo del glifo de la estrella dibujado en la espalda.

Explanation:

The celebration of my uniqueness (previous drawing) didn't last long.

-Well, all that sounds great, but are you sure you can celebrate yourself in your entirety?, are you kidding on me?, no one can believe that!- I reproached myself.

Because I realised how easy it was to love oneself for what one considers virtues, but what about the flaws?

So, I started this drawing while I counted everything I didn't like about myself.

I sat in front of a blank sheet of film like someone who sits in the front row of a cinema and thinks, let it be what it wants, as if I already knew beforehand that I wouldn't stay until the end of the film.

The disorderly parade of all the defects that passed in front of me seemed crazy to me at the beginning.

The good thing was that I laughed it off. The bad thing was that I got to the point where everything I considered flaws in me seemed so ridiculous and repetitive that I felt bored.

Finally, it was the memory of a couple of recent dreams that crept in and made me halfway through the inventory of the thousand faults that served as an excuse for not loving myself as much as I would like.

The first one was about the scene in which a tiktoker kid dressed as a rapper mocked my drawings. 

-Well, maybe you're right and I should stop drawing for the good of humanity- I said, laughing, although inside I was thinking:

-And you upload shit, and I won't tell you where to shove it!

I remember that after writing down this dream in my journal, the first thing I thought of was how good I was at keeping my composure (rare for me). 

I didn't know then that this impertinent kid wasn't finished with me yet, that he would show up again a couple of nights later, and that he wouldn't stop until I gave him the attention he demanded from me.

This time, the dream again took place outside, where I was exhibiting my drawings on a blanket on the ground in a city street.

The guy in question, who was wearing a cap, three sizes too big, and was a pain in the ass, wouldn't leave me alone.

And I wondered what I had done to him. I didn't understand his cocky, threatening attitude, or anything he said.

-I'm sick of you and your children looking at me like that! 

I haven't done anything to your drawings. But, let it be known that I will if I please. Tell me, what's wrong with me, talk, talk!- he kept repeating.

Meanwhile, I was moving from one side to the other, dodging his gaze and pretending he didn't exist. The problem was that the faster I accelerated, the faster he chased me and the more he shrieked in my ear.

He was driving me crazy.

-Stop it! But, what are you telling me, what are you talking about?- I wanted to shout at him, but I couldn't because when I opened my mouth my voice wouldn't come out.

And suddenly, I don't know how, I silenced him.

He was still there, I could see him shouting and waving his arms, but I couldn't hear him anymore. 

The only sound I could hear was the sound of the thoughts in my head.

-And all this, so that I dare to speak? But what the hell does he want me to say?-I asked myself just before I dared to look him in the face and feel sorry for him (I thought about how much trouble he must be having yelling at a poker-faced deaf woman). 

Suddenly, I turned my head and realised that because I was busy dodging the guy, I had wandered so far away from my drawings that I didn't even know where I was. I felt overwhelmed.

The first thing I did was head for the first blanket I saw, a red one, which I mistook for my own. It was someone else's yoga mat and clothes stand.... I didn't understand anything.

I was angry at myself for being so absent-minded even though in the real world, absent-mindedness is my bread and butter. I felt so disoriented that I didn't know where to look....

It wasn't until I stopped dead in my tracks, took a deep breath, closed my eyes and opened them again, this time looking up, that I saw my drawings in the distance, half hidden under the blanket that the wind had folded.

It was when I got up, after bending down to stretch it out, that I bumped into the young man again, who looked like something out of a silent film, and looking him straight in the eye I blurted out:

-So what? My children look the way they want because they are transparent, and if you don't like it, you put up with it, because neither they nor I have anything to hide.

To my surprise, the guy stopped moving as if I had frozen him with my words, closed his mouth, smiled and I woke up.

This time I wondered what the figure of that lad could mean. 

It was clear to me that, like each and every character I interact with while I sleep, he was another expression of myself. 

On that occasion, I thought it might be related to a part of me that I didn't want to attend to, but what, my maladjustment to the new times, perhaps? 

As for my children, I doubted that they had anything to do with it, and that by "kids" the ticktoker and I were referring only to my drawings.

That was the reason that made me wonder how that dream could be related to what was happening at that moment in my life....

In those days, I continued to have serious doubts about whether or not to exhibit again. 

On the one hand, I didn't even feel like bothering. On the other hand, I wanted to encourage myself to do so... 

The first exhibition had gone so badly, there was little chance that the second one would be worse... and that was already an incentive!

-I'll see what I'll do when I get back from Barcelona - I ended up saying to myself like the expert I am in the art of procrastination (Drawing "The snail girl"/2021 journal).

At that time my priority was none other than to enjoy a few days away from home with my partner.

That summer we had had to postpone our summer getaway, not only because of the craft market, but also to fit in the children's fortnight's holiday with a family event on Agust 13th.

And I'd had enough of spending more than half the summer in the four walls of my house! Not only did I want to get away from my drawing board and my large family of paper kids, but even myself.

Of course I was certain that no matter how far I went, I would not ever loose myself of sight. 

As for my desire to draw, my endless imaginary debates, all the flaws I saw in myself and even the drawing that I would leave half-drawn, all of it would be in the same place when I returned. 

-I'll bet you anything that when I am back home you'll still be there, as straight as a die- I said ironically to the image that I had in front of me, that for the time being only showed me three pink spots and a half-dressed ugly doll with the symbol of the star glyph drawn on her back.

Extremoduro- Sucede 

Glifo 8 Lamat, "estrella"