152. OCTÓGONO
"Adicta a la oscuridad"/
" Addicted to darkness"
Fecha /date: 29/06/22
Hay una cita que dice. "No todas las tormentas vienen a perturbar tu vida, algunas vienen a despejar tu camino".
En mi caso, la experiencia alucinante, y que tanto disfruté, durante el trabajo con la energía de Plutón en mi segundo baño de Gong, me mostró mi adicción a la oscuridad.
No fue hasta que acabó la tormenta y salió el sol, que se esfumó la euforia y llegó la claridad.
La verdadera pesadilla fue mirar alrededor bajo la luz del sol, y tomar consciencia de todo lo que estaba destruido y me correspondía reparar.
There is a quote that goes. "Not all storms come to disrupt your life, some come to clear your path".
In my case, the mind-blowing experience I enjoyed so much during the Pluto energy work in my second Gong bath showed me my addiction to darkness.
It wasn't until the storm was over and the sun came out, that the euphoria faded and clarity arrived.
The real nightmare was to look around in the sunlight and become aware of all that was destroyed and was up to me to repair.
Explicación / Explanation:
Laksmi era la diosa que nacía de la espuma del agua del mar.
Por algo se la consideraba la diosa de la fuerza y la creatividad.
Supe que la había dibujado, no porque se pareciese en nada a la manera en que era representada, con cuatro brazos y vestida de rojo, sino porque tras dibujar un octógono en esta lámina, di con un video donde se decía que esta figura geométrica estaba relacionada con ella.
De aquel video, cuyo título no recuerdo, anoté una frase que decía:
Sólo si rescatas la información interna a través de la travesía de cada periodo, vivirás el paraíso en la tierra.
Me pareció que resumía a la perfección lo que sabía que tenía que hacer:
Permitirme VIVIRLO todo, con mayúsculas, y usar mi fuerza, no para destruir por destruir, sino para extraer la belleza, incluso de lo más burdo (o al menos, así lo interpreté).
En cuanto al octógono, sólo me quedé con aquello que se decía acerca de que simbolizaba la materialización, la llegada de la riqueza y la adquisición de sabiduría que te abría a más conciencia.
Sinceramente, no sentía que estuviese más cerca de ser ni más sabia ni más rica.
Especialmente, porque tras unos días de calma, tuve un montón de recaídas en patrones viejos de conducta que corroboraron, no solamente, lo necia que era, sino lo mucho que tendría que entrenarme hasta lograr mantener algún día mi mente a raya.
También por aquel entonces, el sexto mes del año llegaba a su final, y andaba haciendo balance de la primera parte del año.
Junio había sido un mes repleto de experiencias, entre las que destacaban las vividas en sueños, muchas visiones durante las meditaciones en las clases de yoga kundalini y un segundo baño de Gong, al que me acompañaron mis dos hijos.
A mi hijo mayor, lo del Gong no le gustó en absoluto. No sólo no se dejó llevar, sino que no paró de molestar, tosiendo, moviéndose y canturreando todo el rato.
Aquel día tocó trabajar con la energía de Plutón, !y me encantó!
Para mí, aquel baño fue como salir de excursión en una noche fría de tormenta.
Comenzó con la imagen de un gran bosque de árboles altos y frondosos visto desde arriba, siguió con un recorrido por grutas acompañado del sonido del agua corriendo entre las grietas, y terminó en una cueva, donde tumbada sobre el suelo boca arriba, disfruté del sonido de estalactitas goteando mientras observaba, a través de un gran agujero, una preciosa galaxia en movimiento.
!Todo un espectáculo de estrellas!
Hubo un momento en el que sentí tanta presión en las sienes y en los ojos, que tuve que abrirlos. Al hacerlo, descubrí que estaba llorando.
Después sentí un fogonazo en el entrecejo, una energía muy potente en las palmas de las manos y pies, y la incómoda sensación de tener el cuerpo rebozado en arena.
Lo que más llamó mi atención fue que, durante toda la sesión, noté una parte del cuerpo mucho mucho más que la otra (la parte derecha), y que de nuevo volví a sentir dolor en el codo.
Recuerdo que aquella tarde, había mucha gente en la terraza del bar de al lado, y que a ratos se colaba el ruido de la calle en la sala, lo cual me molestó mucho menos que el ruido que hacía mi hijo situado a mi derecha.
En cualquier caso, no sé cómo lo logré, pero acepté todo lo que se daba, y le permití que formar parte de la experiencia (al igual que pasa cuando suena la alarma del despertador por las mañanas y la acoplo al sueño).
Una de las cosas que más llamó mi atención fue que cuando estaba en la cueva sentí que no estaba sola.
Miré a mi alrededor y descubrí, detrás de unas rocas, unos ojos rojos.
Cuando tras esos ojos descubrí la figura de una loba mirándome fijamente (Dibujo 133. "Lobo solitario"/2022), cerré los míos.
Sentí tranquilidad porque supe que estaba ahí para protegerme.
Recuerdo que cuando terminó la sesión, me sentía congelada, muy mareada y sin embargo, muy feliz.
-¿Cómo es posible que la oscuridad me resulte tan acogedora?- me pregunté sorprendida de camino a casa mientras conducía.
La euforia se me pasó nada más llegar a la puerta de mi garaje. Allí se desató la cara B de Plutón en mí, que continuó haciendo de las suyas en los siguientes días.
Comenzó conmigo recriminándole a mi hijo su falta de respeto y de empatía, de tan mala manera, que ni pude cenar del dolor tan fuerte de barriga que me entró.
-¿Por qué no logro hacer de cada suceso una construcción?, ¡con mis acciones y palabras hago justo lo contrario!- me recriminé severamente antes de quedarme dormida.
No fue hasta transcurridos varios días, que me pregunté si la loba no habría hecho acto de aparición para recordarme, una vez más, la importancia de aprender a diferenciar entre amor y apego...
Me di cuenta de que la pelirroja peleona adicta al conflicto y al drama ( Dibujo "Ama tu viaje"/2022 diario), me estaba ganando terreno. ¿Cómo no iba a hacerlo, si era adicta a mi propia oscuridad?
También me percaté que de la vida, recibía mucho, pero tenía que mejorar mi manera de ofrecer, especialmente a los míos.
Debía aprender a darles más de mi mejor versión, para no acabar destruyendo lo mejor que tenía en la vida, que eran ellos.
Mientras pensaba en eso, volví a mirar el dibujo anterior y comprendí que el hexágono con tres esferas que Lakshmi portaba en su antebrazo era la representación de las tres personas que más amaba.
Fue entonces que me decidí a buscar información sobre los problemas de codo, y averigüé que normalmente se relacionaban con un sentimiento de limitación en la libertad de movimiento.
Aquel dolor me estaba animando a buscar, una vez más, la libertad dentro de mí misma, en lugar de sentirme constantemente frenada por circunstancias o personas externas.
Curiosamente, la preparación de este post coincidió con una película de Tarantino que había visto la noche anterior, "Los odiosos ocho".
Ocho eran los lados que contenía el octógono que daba título a esta lámina...
Relacionar ambas cosas hizo que me preguntase si durante precisamente, los ocho meses que habían transcurrido desde la realización de este dibujo, ya habría logrado asesinar alguna de mis partes odiosas, o todavía no.
Porque comprendí que sólo descubriendo a todos los impostores que habitan en mí, y aniquilándolos uno a uno, hasta que no quede ninguno, podría algún día cambiar el guion y liberarme a mí, de mí misma.
Explanation / Explanation:
Laksmi was the goddess who was born from the foam of the sea water.
The same one who was able to break everything, was also responsible for all beauty to be given.
She was considered the goddess of strength and creativity for a reason.
I knew that I had drawn her, not because she looked nothing like the way she was represented, with four arms and dressed in red, but because after drawing an octagon on this sheet, I found a video where it was said that this geometric figure was related to her.
From that video, whose title I do not remember, I wrote down a sentence that said:
Only if you rescue the inner information through the journey of each period, you will live paradise on earth.
It seemed to me that it summed up perfectly what I knew I had to do, to allow myself to LIVE it all, with capital letters, and to use my strength, not to destroy for the sake of destroying, but to extract beauty, even from the crudest (or at least, that's how I interpreted it).
As for the octagon, I only kept what it said about it symbolizing materialization, the arrival of wealth and the acquisition of wisdom that opened you up to more awareness.
Honestly, I didn't feel that I was any closer to being wiser or richer.
Especially, because after a few days of calm I had a lot of relapses into old patterns of behavior that corroborated not only how foolish I was, but how much I would have to train myself to someday keep my mind in line (Drawing Akashic Records).
Also at that time, the sixth month of the year was coming to an end. A month that had been full of experiences, among which stood out those lived in dreams, many visions during the meditations in the kundalini yoga classes and a second Gong bath to which my two children accompanied me.
My eldest son did not like the gong thing at all. Not only did he not get carried away, but he also kept getting annoyed, coughing and humming all the time.
That day I had to work with the Pluto energy, and I loved it!
For me, it was like going for a hike on a cold stormy night.
It began with the image of a large forest of tall, leafy trees seen from above, followed by a tour of caves accompanied by the sound of water running through the cracks and ended in a cave, where lying on the floor face up, I enjoyed the sound of dripping stalactites while watching, through a large hole, a beautiful galaxy in motion.
Quite a spectacle of stars!
There was a moment when I felt so much pressure in my temples and eyes that I had to open them. When I did, I discovered that I was crying.
Then I felt a flash between my eyebrows, a very powerful energy in the palms of my hands and the soles of my feet, and the sensation of having my body covered in sand.
What struck me the most was that during the whole session I felt one part of my body much more than the other (the right part), and that again I felt pain in my elbow.
I remember that that afternoon there were many people on the terrace of the bar next door, and that at times the noise from the street could be heard in the room, which bothered me much less than the noise made by my son to my right. At that moment I accepted whatever was given and let it be part of the experience.
While I was in the cave I felt that I was not alone. I looked around me and discovered, behind some rocks, the figure of a she-wolf staring at me (Drawing 133. "Lone wolf"/2022 journal). I closed them again. It gave me peace of mind because I knew she was there to protect me.
When the session was over I felt frozen, very dizzy and yet very happy.
-How is it possible that darkness can be so welcoming to me?-I wondered in surprise on the way home as I drove.
The euphoria wore off as soon as I reached the front door. There, the B-side of Pluto was unleashed in me, which continued to play its role in the following days.
It started with me berating my son for his lack of respect and empathy, in such a bad way, that I couldn't even have dinner because of the severe pain I felt in my stomach.
-Why can't I make every event a construction?, with my actions and words I do just the opposite!- I reproached myself before falling asleep.
It wasn't until several days later that I wondered if the she-wolf hadn't made an appearance during the Gong session to remind me of the importance of learning to differentiate between love and attachment.
I realized that the feisty redhead addicted to conflict and drama ("Love Your Journey"/2022 journal drawing), was gaining on me. I had attachment to my own darkness!
From life, I was getting a lot, but I had to get better at giving, especially to those I loved the most.
I had to learn to do better. That is, to give them more of my best version of myself so that I didn't end up destroying the best thing I had in life, which was them.
It was then that I eventually searched for information about elbow problems.
According to what I found out, they spoke to us of feeling limited in our freedom of movement.
I understood that I was invited to seek freedom within myself, rather than feeling held back by external circumstances or people.
Curiously, the preparation of this post coincided with a Tarantino movie I had seen the night before, "The Hateful Eight".
Eight were the sides contained in the octagon that gave title to this drawing.
That made me wonder if during the eight months that had elapsed since the making of it, I had already succeeded in murdering some of my hateful parts...
Only by discovering all the impostors that inhabit me and annihilating them one by one, until there are none left, will I one day be able to change the script and free myself from myself.
Deadstar Assembly-"Killing myself again"
Epicondilitis o codo de tenista y su origen emocional
"The Hateful Eight" - trailer
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