Gloria Ram

 163. DO-DO

(Parte 3/4 - Part 3/4)

"¡Qué bonita eres por dentro!"

"How beautiful you are inside!"

Fecha/date: 15/09/22

Explicación / Explanation:

-!Siendo tan egocéntrica, cómo vas a gustar!-me reproché, pero esta vez no sonó como una crítica.

De todos mis "defectos", el egocentrismo era el único que creía que realmente  merecía la pena. 

No sólo sentía que lo necesitaba para llegar a averiguar quién era, sino también para sentirme algo ¿Qué sería de mí sin él?

¡Gracias a que era mi propio centro de atención, nunca me faltaba inspiración para crear! Y eso valía y me aportaba más satisfacción que cualquier otra cosa en el mundo.

Era de mi interior de donde salían aquellas imágenes, que no sólo me regalaban una visión más amplia del mundo que habitaba, sino también la posibilidad de poder compartirme con cualquiera y sin excepción, de manera genuina, original, y lo mejor, sin esfuerzo. 

Además, en mi caso, no consideraba que mi egocentrismo fuese nocivo para nadie, ni siquiera para mí. No me hacía sentir superior, solamente inmensamente rica. Y como creía poder sublimarlo a través del dibujo y la escritura, me parecía que podía mantenerlo a raya y evitar ir por ahí taladrando oídos hablando de mí misma...

-¿Qué importa más, sentir placer o gustar?- me sorprendí preguntándome de repente. 

La respuesta la tenía tan clara que me eché a reír, y de nuevo exclamé: 

-¡Serás egocéntrica!

-¿De veras?, ¿tan egocéntrica soy?, ¿es así cómo me verán los demás?- me pregunté tímidamente, y entonces me visualicé.

Planté a mi yo de carne y hueso frente a un montón de siluetas grises que simbolizaban a los otros. La intención, averiguar cómo me verían, saber si podría ver mi reflejo en ellos. 

Para mi desconcierto, sentí que me percibían lo mismo que si tuviesen delante mis  dibujos. Es decir, como un rompecabezas interminable que transgrede los márgenes, complejo, confuso, sobrecargado de ideas, pensamientos, símbolos, estados de ánimo, sueños, paranoias, interrogantes, exceso de palabras... 

En definitiva, un gran caos que pronto se tornó en un gran borrón de tinta china sobre fondo blanco.

-¿Y aún te extraña que a los amantes de los bodegones echen a correr?-escuché que me decía una voz.

-No sé, no sé.. - respondí confusa.

- ¿No lo sabes?, ¡A ver si te queda claro! Tú no eres importante. Es más, no le importas una mierda a nadie, no deberías importarles, y ni siquiera deberías importarte a ti. ¿Quién te crees que eres, la Kardashian? 

¿No ves que te has colocado en la posición errónea?, ¡cámbiate de lugar, sitúate donde te corresponde, que no es confrontando a nadie, sino junto a los demás, pon un espejo delante y observa!...-escuché que me ordenaban.

Obedecí sin rechistar.

Tan pronto me moví de lugar, mi perspectiva cambió radicalmente. 

De inmediato. ya no me sentí como un puzle sin terminar, sino como una pieza completa más.

Pero lo mejor llegó a continuación, cuando me detuve a observar en el espejo el reflejo de la unidad que todos formábamos.

No vi siluetas grises, y ni siquiera la masa enorme de ese color que esperaba. No había gente, ni cuerpos, ni razas, ni sexos ni nacionalidades, ni talentos que sobresaliesen sobre otros, ni estatus, ni palabras, ni sueños de nadie, ni objetivos, ni expectativas, ni logros...

Allí sólo quedaba reflejado lo que nos unía, y eso era el amor al arte de crearnos instante a instante. 

¡Era ese amor por crear(nos) lo único que mantenía con vida al gran sol de energía brillante y sin borrones que ví reflejado en ese espejo! 

Unidos éramos una gran estrella que se abastecía a sí misma y  que por tanto, no necesitaba de nada de nadie. Tan poderosa, que no sólo dotaba de un gran potencial a cada una de sus partículas, sino que también les ofrecía la libertad para usarlo o malgastarlo a su antojo, porque hiciesen lo que hiciesen, nada podía restarle brillo.

Aquella visión me recordó que nuestro poder como humanidad no residía en lo que nos diferenciaba, sino en lo que proyectábamos estando unidos: 

Una visión repleta de infinitas realidades, tan cercanas como necesarias e incomparables. 

-¿Quién sabiéndose el protagonista principal de su vida buscaría el aplauso de nadie?,¡abre los ojos!, ¿todavía no te has dado cuenta de que de que cuando te posicionas en el lugar correcto ni siquiera hay público?- oí que me gritaban como si fuese la alarma de un despertador y que me sacó de aquella visualización espontánea que tan perpleja me había dejado.

Un rato después recordé algo esencial en cuanto a mi relación con mis dibujos. Ellos no existían para servirme a mí, sino todo lo contrario.

Era yo quien me entregaba a ellos por completo, y lo hacía porque sí, por amor, por el placer de verlos existir, divertirse, desarrollarse, crecer y expandirse sin límites. 

¡Y porque lo hacía de manera voluntaria, nada se me debía! 

Ya recibía el mejor obsequio que podría obtener a cambio de permitirles habitar un trocito de papel, regalo que jamás podría superar nada que viniese del exterior, ni del día de mañana. 

Mi premio era dibujar, y la manera en la que lo hacía era perfecta porque me proporcionaba la satisfacción más grande que cualquiera podía tener.

La de estar haciendo algo que te hace sentir plenamente humano y agradecido por existir y estar aquí en este ahora 

¿Qué más podía pedir?

-¿Y tú qué piensas?- le pregunté entusiasmada a la chica pálida de la lámina mientras dibujaba el corazón de la manzana con la que deseaba simbolizar el fin de toda discusión y comparación absurda.

-¿Y qué me importa lo que digas? Ellas son pintoras, y tú sólo la chica que no sabe donde poner el huevo- me dijo de manera tan despectiva que me  cambió la cara.

-¡Mira quién habla!, ¡la que está encubando uno!-le repliqué mientras castigaba a la lámina poniéndola boca abajo.

Mientras subía las escaleras cojeando para dirigirme a la cocina, lo último en lo que pensaba era qué iba a hacer de cena...Era como si la arpía del aguijón se hubiese mudado a mi cerebro. 

¿Y qué si nunca vendo un cuadro?, ¿y qué si no expongo más?, ¿y qué si nunca doy con el público a quién le gusten mis dibujos?, ¿y qué importa si todo lo que hago es una pérdida de tiempo o lo llevo a cabo fatal?. 

Mira, ni yo sé a qué me dedico... Lo único que tengo claro es que derrocho demasiado tiempo y energía recolectando interrogantes y dudas del exterior, y todavía más, buscando las respuestas en mi interior sabiendo que jamás las tendré todas. 

¡Lo último que me hace falta es ponerme a la defensiva, discutir contigo y ser el foco de tus críticas!

¡Hasta los huevos estoy, de mí, de ti y de tu aguijón!... 

Y fue justo en aquel momento que recordé que acababa de dibujar un huevo que se estaba resquebrajando... 

-¿Qué podrá significar? No tiene pinta de ser muy buena señal...- pensé temerosa.

 -¡Estoy harta de tus tonterías! Como sigas tocando las pelotas, te dejo sin acabar, ¡por más bonita que te creas por dentro!-amenacé a la chica del aguijón mientras preparaba una tortilla...

Explanation:

I reproached myself for being so self-centred, but this time it didn't sound like a criticism.

Of all my "faults", self-centredness was the only one I thought was really worth it. 

Not only did I feel I needed it to find out who I was, but also to feel that I was something. What would I be without it?

At the end of the day, thanks to the fact that I was my centre of attention, I never lacked inspiration to create! And that was worth more and brought me more satisfaction than anything else in the world.

It was from within me that those images came, which not only gave me a broader vision of the world I lived in, but also the possibility of being able to share myself with anyone, without exception, in a genuine, original and, best of all, effortless way.

Besides, in my case, egocentrism didn't make me feel superior, just immensely rich. And since I thought I was sublimating it through drawing and writing, I seemed to have no problem keeping my tendency to go around drilling other´s ears with self-talk (or so I thought)....

-What matters more to feel pleasure or to be liked?- I suddenly caught myself asking. 

The answer was so clear to me that I burst out laughing and exclaimed again: 

-You're self-centred!

-Am I so self-centred?, is that how others will see me?- I asked myself timidly.

It was at that moment that I visualised myself.

I planted my flesh-and-blood self in front of a pile of grey silhouettes symbolising the others, with the intention of finding out how they would see me, to see if I could see my reflection in them. 

To my bewilderment, I felt that they perceived me as if they were looking at my drawings. That is to say, like an endless puzzle that transgresses the margins, complex, confusing, overloaded with ideas, thoughts, symbols, moods, dreams, paranoias, questions, an excess of words... 

In short, a great chaos that ended up becoming a big smudge of Indian ink on a white background.

-And you're still surprised that lovers of still lifes run away?-I heard.

-I don't know, I don't know... - I replied confused.

- Don't you know, let's see if it's clear! You're not important. In fact, nobody gives a shit about you, they shouldn't give a shit about you, and you shouldn't even care about yourself. Who do you think you are, the Kardashian?

-Can't you see that you have put yourself in the wrong position? Change your place, put yourself where you belong, which is not in confrontation with anyone but next to the others, put a mirror in front of you and watch!

I obeyed without complaint.

As soon as I moved, my perspective changed radically. 

Immediately, I no longer felt like an unfinished puzzle, but like a complete piece.

But the best part came next, when I stopped to look in the mirror at the reflection of the unity we all formed.

And I saw no grey silhouettes, not even a huge mass of grey. There were no people, no bodies, no races or sexes or nationalities or talents that stood out from others, no status, no words, no dreams of anyone, no goals, no expectations of anything...

There was only reflected what united us, which was none other than the love of the art of creating ourselves moment by moment. 

It was that love of creating (ourselves) that kept alive the great sun of bright, blurless energy that we were altogether! 

Together we were the great star that supplied itself and needed nothing from anyone. So powerful, it not only endowed each of its particles with great potential, but also gave them the freedom to use or squander it as they pleased, because no matter what they did, nothing could detract from its brilliance.

It was a reminder that our power was not to be found in what differentiated us, but in what we all united projected, a vision full of infinite realities, as close as they were necessary and incomparable. 

-Who, knowing himself to be the main protagonist of his life, would seek the applause of anyone? Open your eyes! Haven't you realised yet that when you position yourself in the right place there isn't even an audience?- I heard a voice shouting at me, the same one that brought me out of that kind of spontaneous visualisation that left me perplexed.

It wasn't until well into this drawing that I remembered something essential about my relationship with my drawings: They did not exist to serve me there, quite the contrary.

It was me who gave myself to them completely. I did it because I did, for love, for the pleasure of seeing them exist, have fun, develop, grow and expand without limits. 

And because I did it voluntarily, nothing was owed to me. 

I was already receiving the best gift I could get for allowing them to inhabit a little piece of paper, and which could never be surpassed by anything that came from outside, or from tomorrow. 

My prize was drawing, and the way I did it was perfect for me because it gave me the greatest satisfaction anyone can have.

To be doing something that makes you feel fully human and grateful to be here in this now. What more could I ask for?

-What do you think?- I asked the pale girl on the drawing enthusiastically as I drew the core of the apple with which I wished to symbolise the end of all discord.

-And what do I care what you say? They're painters, and you're just the girl who doesn't know if she is coming or going!- she said in such a contemptuous way that I got puzzled.

-Look who's talking, the one who's sat on an egg!- I retorted as I punished her by turning the drawing upside down.

As I made my way upstairs to the kitchen, the last thing on my mind was what I was going to make for dinner that day... It was as if that nasty girl had moved into my brain. 

So what if I never sell a painting, so what if I never find an audience who likes my drawings, so what if everything I do is a waste of time or I do everything badly? 

Look, I don't even know what I am intending to do! The only thing I know for sure is that I waste too much time and energy collecting questions and doubts from the outside and looking for answers within myself... I am done! 

The last thing I need is to get defensive, argue with you and be the focus of your criticism!

I've had enough of myself, of you and your sting!.... 

And at that moment it dawned on me that I had drawn an egg that was beginning to crack... 

-What could it mean? It doesn't seem to be a very good sign!!- I thought fearfully.

I've had enough of your nonsense! If you keep annoying me, I'll abandon you without finishing the drawing, no matter how beautiful you think you are on the inside!- I threatened the girl with the sting while I was preparing an omelette.

Extremoduro-Amor Castuo

¿Qué es el egocentrismo? Borja Vilaseca