Gloria Ram

163. DO-DO

(Parte 4/4 - Part 4/4)

"¿Debería quedarme o debería irme?" / 
"Should I stay or should I go?"

Fecha/date: 15/09/22

"Lo hagas o no, te arrepentirás"

"Do it or don´t do it - you will regret both"

Kierkegaard

Explicación / Explanation:

Todavía no había acabado este dibujo cuando acudí a otro baño de Gong. 

De todas las sesiones a las que había asistido, la más tétrica y tenebrosa. 

Desde el principio sentí como si estuviese todo el tiempo dentro de una película de terror. Y sin embargo, tenía que hacer esfuerzos para aguantarme las ganas de reír. 

Ni yo entendía qué me hacía tanta gracia.

-¡Ponte seria!- me ordené acomodando mi cuerpo sobre la esterilla, temiendo que se me escapase la risa y molestase al resto de asistentes. 

Lo primero que noté fue el sonido penetrante del Gong pasando por distintas partes de mi cuerpo, que a diferencia de la vez anterior no comenzó activando la parte de mi ombligo, sino la parte derecha de mi cuerpo. 

Comenzó por la rodilla que tanto me dolía. Continuó por mi antebrazo, y acto seguido, saltó a las plantas de mis pies. Y allí se alojó, hasta que se me quedaron como dormidas. En cuanto al resto de mi cuerpo, como si no existiera.

Y de repente, me vi de pie y situada frente al marco de una puerta en medio de la más completa oscuridad, y comencé a sentir cómo se me activaban las piernas.

Permanecía inmóvil. Ni siquiera me preguntaba que hacía ahí, asomada al abismo contenido en un rectángulo, con la mirada fija. No recuerdo sentir temor, ni preocupación acerca de lo que pudiese haber más allá del marco, ¡y ni siquiera curiosidad! De lo único que tenía ganas era de reír a carcajadas.

Y de repente, viajé en el tiempo y reviví uno de los mejores momentos de mi vida, que sucedió en Perú durante la experiencia con la Ayahuasca.

Me encontré danzando pletórica de alegría entre la niebla, bajo el techo con forma de octaedro gigante ( Dibujo 5, "La Experiencia"/ 2020 diario), hasta que de repente me topé con el misterioso marco de frente. 

Esta vez no era igual... A diferencia del anterior, que no sabría decir de qué material estaba hecho, llamó mi atención que se tratase de un dibujo hecho con tiza de color blanco. 

Cuando aquel marco comenzó a borrarse, como si alguien estuviese pasando el borrador por una pizarra, me costó horrores reprimirme la risa, y de nuevo sentí como se intensificaba la vibración en mis rodillas y pies.

-Esto es como una pesadilla, pero me gusta. ¿A qué viene este estado de euforia?, ¿ cómo puedo sentirme tan contenta, tan cómoda, y por qué?- recuerdo que me pregunté perpleja.

Fue ahí cuando la experiencia dio un giro.

Apareció la imagen de un cirio, de esos que usan en las procesiones religiosas. Fino, muy largo, prendido, que según se consumía se iba torciendo hacia la derecha.

Pero lo verdaderamente desconcertante no fue esa imagen, sino cuando sentí que mi cuerpo era esa vela. 

-Ponte recta- me ordené llevando la atención a mi postura.

Lo que más me sorprendió fue que no me había movido ni un centímetro. Y lo peor fue que, cuanto más recta intentaba colocarme, más torcida hacia el lado de la derecha me sentía. Era una sensación de lo más extraña e incómoda.

En un intento de sentirme más cómoda, hice el esfuerzo de llevar toda mi atención al  lado izquierdo de mi cuerpo, Para mi desconcierto, apenas podía sentirlo ¡Era como si no estuviera ahí!, Y cuanto más insistía en notarlo, más se intensificaba la vibración del Gong en mi pierna, pie y tobillo derechos.

Al final, hice lo mejor que pude hacer, rendirme por completo. El Gong haría lo que tuviese que hacer. No podía controlarlo...

Fue tras mi rendición que la visión de la llama del cirio encendido regresó. Más no duró mucho. Enseguida la vi apagarse como si alguien hubiese soplado y me encontré de nuevo sumergida en la más completa oscuridad. 

Y de repente, comencé a derretirme. La vela y yo éramos lo mismo. Estaba hecha de cera...

Y ahí me quedé, fundiéndome y desparramándome por el suelo de la sala, en todas direcciones, hasta que me hube consumido del todo y comenzó aquel sonido...

Era el ruido desagradable de voces robóticas, que llegó acompañado de un asqueroso sabor a metálico de la saliva en mi boca, y un gran comezón entre la nuca y mi oído izquierdo.

Aquello era tan real que, por un momento, pensé que me estaba picando un bicho.

De manera instintiva situé mi mano sobre mi oreja izquierda, ¡y horror!, palpé lo que parecía una sanguijuela. Ni siquiera puedo describir el asco que sentí... Sólo puedo decir que me estuve rascando hasta que logré quitármela de encima. Después, más oscuridad y mucho viento. 

Primero sentí su sonido. Después su caricia en mi rostro, y finalmente el ruido que hacía dentro de mi cabeza, ¡que era hueca!

En aquel instante vi mi propia cabeza esculpida en piedra y al viento entrando y saliendo, pasando a través de cada orificio, al ritmo que el Gong iba marcando. Me sentí tan aturdida, que sólo tenía ganas de que pasase aquello. Sin embargo, no cesó hasta que pasé de ser la que sentía todo aquello a convertirme en un mero observador.

Tan pronto lo conseguí, el viento cesó, desapareció mi rostro gigantesco y me encontré acostada en posición fetal dentro de lo que parecía media cáscara de nuez. 

Me estaban meciendo suavemente como si fuese un bebé en su cuna. Me sentía tan bien, que ahí me quedé hasta que la sesión terminó. 

Recuerdo que cuando abrí los ojos todavía sentía que me mecían, ¡y ni me había movido ni cambiado de posición!

Seguía tumbada boca arriba, estirada y en apariencia, totalmente recta. Me sentía en paz, con más ganas de reír que nunca y congelada de frio.

Cuando me preguntaron qué tal me había ido, no recuerdo que contesté, pero sí lo que pensé:

-Acabo de tener una pesadilla.... ¿placentera?

-¡Qué enganchada sigues a tu propia oscuridad!, ¡menudo festival se pegó la pelirroja ayer! ( Dibujo 145."Ama tu viaje"/2022 diario) - le comenté a la chica del aguijón cuando volví a reencontrarme con ella.

La chica dodo, que así la bauticé, ni se inmutó.

-¿Y tú?,¿has averiguado ya lo que se esconde detrás de tanta adversidad?-le pregunté con la intención de sacarle alguna palabra.

Y ella, más seca que la mojama, me salió con una frase de Kierkegaard.

- No tengo ganas de ponerme a la defensiva. Te puedes meter tus manzanas de la discordia por donde te quepan- le repliqué.

-¡ Qué harta estoy de mis historias! A partir de ahora ya no quiero hacer de mis cicatrices una obra de arte ( Solo una chica / 2021 diario), sino aprender a usarlas como arma. Algo me dice que ese huevo que monto es demasiado frágil y debo estar preparada...-pensé.

Y fue entonces que me fijé que del huevo salía agua. 

¿Significaría aquello el comienzo de la limpieza de mis aguas residuales? Si se trataba de eso, ¿ qué estaba comenzando a limpiar? 

- ¡Ya sé!. ¡por fin estoy consiguiendo que cada día me duela menos pasar inadvertida!- exclamé con una sonrisa.

Fue el dolor el que me la borró de la cara, y me hizo llevar la mirada a la pierna de madera.

-¡Ojalá que de lo que nos duele brote lo bueno y lo nuevo!- me dije apesadumbrada. 

Y en aquel momento, pensé en dibujar un pequeño brote naciendo de la pierna de madera. 

Lamentablemente, no me dio tiempo... El dolor se tornó tan intenso que tuve que incorporarme para moverme por la habitación. Para cuando regresé a la mesa de dibujo ya había dado por terminada esta lámina, y sólo me centré en la escalera.

-¡Ya sé lo que significa! Indica que tengo la opción de escoger entre subir o bajar ¡Vaya, al final Kierkegard va a tener razón! (la frase decía algo así como "hagas lo que hagas, saldrá fatal")... 

Si subía, es decir, si seguía adelante con el tema de exponer mi obra, con la  intención de no parar hasta lograr hacer con ella algo más de lo que ya hacía, tropezaría con un montón de manzanas (dificultades) a cada paso que diese. 

Si bajaba, es decir, si decidía quedarme encerrada en mi celda de dibujo, mi lugar favorito, me libraría de que me cayesen manzanas sobre la cabeza, pero...

-La cosa está muy clara...- irrumpió de repente la chica escorpión-

Ahora que puedes mirar a tus heridas de frente, ¡que harás?

¿Continuarás explorando tus creencias o te quedarás donde estás? Hagas lo que hagas, dolerá. Elige qué prefieres que te duela, subir o bajar, ¿ qué escoges, vivir mil desventuras o lamentarte por quedarte con la duda de qué habría pasado de haber hecho más?

-¡No lo sé!, ¡siempre hacer, hacer, hacer!.... ¡Estoy tan cansada! Tengo la sensación de que todo lo hago mal. Compartir me hace sentir hermosa por dentro, ¡y eso es fantástico! Pero resulta tan duro..

Prefiero mil veces dibujar a compartir lo que dibujo porque estando con mis imágenes, ni siquiera necesito preguntarme cómo me siento...Simplemente, no me importa. Además, ¿no ves que ni siquiera soy capaz de dibujarme una señal de "éxito"? Incluso la manzana que debería ser de oro, lo he pintado de rojo...- contesté desanimada.

- ¿Y a quién le importa el oro?, ¡eso no se come! La vida no está para encerrarla en una urna y admirarla como si fuese una joya, sino para devorarla. Dime, ¿qué harás?, ¿te comerás la manzana aún a riesgo de tragarte un montón de gusanos, o dejarás que se pudra sin probarla?- me recriminó con impaciencia.

No le contesté. Di por terminada la conversación. Sólo pensé:

-Sé que decida lo que decida, estará bien, ¿o no? Odio las dudas, y te odio a ti, pequeña escorpión ¡Eres una pesada!

Me llevó varios meses darme cuenta de que esta chica no era una quejica, y mucho menos una persona odiosa.

Sólo era la mensajera encargada de alertarme de lo mucho que podría doler la resistencia al cambio.

Estaba ahí para que observase mi tendencia a la inacción.

Con el holograma de una pantera, mi sombra me había hecho ver la bestia que había en mí y cómo me dejaba devorar por ella cada vez que rechazaba mis defectos. Y también, la importancia de distinguir entre la verdad de lo que era y lo quería ser, ¡que eran cosas bien distintas! 

Esta vez se había presentado personificada en una chica pálida para advertirme de lo mucho que la indecisión y la duda enfermaban.

En cuanto a aquella especie de aguijón con rostro que la atravesaba y que me recordaba a un dodo, representaba lo mucho que me envenenaban mis inseguridades, y la urgente necesidad de hacer extinguir mi antigua forma de pensar que siempre me llevaba a inventarme mil excusas para no avanzar!

En cuanto al huevo, no ha sido hasta este momento que he podido verlo como la representación de mi deseo de mantener las cosas como están, a sabiendas de que nada perdura para siempre.

¡Lástima que en el momento de finalizar este dibujo no viese tan claro lo que venía a contarme! Una pena que no estuviese por la labor de prestarle más atención.

En aquel momento, lo único que hice al terminarlo fue quitarlo de mi vista y pasar a dibujar otra cosa, mientras tarareaba una canción que llevaba siglos sin escuchar... "Should I stay or should I go" (debería quedarme o debería irme) de  The Clash.

Explanation:

I had not yet finished this drawing when I went to another Gong bath. 

Of all the sessions I had attended, it was the darkest and spookiest. 

From the very beginning I felt as if I was in a horror movie all the time. And yet, I had to make an effort to hold back the urge to laugh. 

Even I didn't understand what was so funny.

-Get serious- I commanded myself, settling my body on the mat, fearing that my laughter would escape me and disturb the rest of the audience.

The first thing I noticed was the penetrating sound of the Gong passing through different parts of my body, which unlike last time did not start by activating the part of my navel, but the right side of my body. 

It started with my knee which was hurting so much. It continued down my forearm, and then jumped to the soles of my feet. And there it stayed. As for the rest of my body, as if it didn't exist.

And suddenly, I found myself standing in front of a door frame in complete darkness, and I began to feel my legs activate.

 

I remained motionless. I didn't even wonder why I was standing there, staring into the abyss contained in a rectangle, staring. I don't remember being afraid, or worried about what might come out of it, or even curious! The only thing I felt like doing was laughing out loud.

And suddenly, I travelled back in time and relived one of the best moments of my life, which happened in Peru during the Ayahuasca experience.

I found myself dancing under the giant octahedron-shaped roof, full of joy and surrounded by fog ( Drawing 5, "The Experience"/ 2020 journal), until I suddenly bumped into the mysterious frame again. 

This time it was not the same... Unlike the previous one, which I couldn't tell what material it was made of, it caught my attention that it was a drawing made with white chalk. 

When that frame began to blur, as if someone was running the eraser over a blackboard, I found it hard to stifle my laughter, and an intense vibration in my knees and fee increased rapidly.

-This is like a nightmare, but I like it! Why this state of euphoria, how can I feel so happy, so comfortable?- I remember asking myself in bewilderment.

And that's when the experience took a turn.

The image of a candle appeared, one of those used in religious processions. Thin, very long, lit, and as it burned down, it was twisting to the right.

But the truly disconcerting thing came when I saw that my body was that candle. 

-Stand up straight- I commanded myself as I brought my attention to my posture.

What surprised me most was that I hadn't moved an inch. And the worst thing was that the straighter I tried to stand, the more I felt myself twisted to the right side. It was a strange and an uncomfortable feeling.

In an attempt to break it up, I tried to bring all my attention to the left side of my body. To my bewilderment, I could barely feel it, it was as if it wasn't there, and the more I insisted on feeling it, the more the vibration of the Gong intensified in my right leg, foot and ankle.

In the end I did the best I could do, I surrendered completely. The Gong would do what it had to do, and I couldn't control it....

It was after my surrender that the vision of the burning candle flame returned. But it did not last long. It was soon extinguished as if someone had blown it out, and I was plunged into complete darkness. 

And suddenly, I felt that I was melting. Then I understood that the candle and I were the same. We were both made of wax...

And so I stayed, melting and spilling out on the floor of the room, in all directions, until I was completely consumed and a weird sound started...

It was an unpleasant noise, like robotic voices, which was accompanied by a foul metallic taste of my saliva in my mouth, and a great itch between the back of my neck and my left ear.

It was so real that, for a moment, I thought I was being bitten by a bug.

Instinctively I put my hand over my left ear, and horror, I felt what looked like a leech. I can't even describe the disgust that I felt.... I can only say that I kept scratching until I felt I had got it off me, and then I only felt the wind. 

First the sound of it. Then its caress on my face, and finally making a lot of noise inside my head, which was hollow!

In that instant I saw my own head carved in stone and felt the wind rushing in and out from hole to hole to the rhythm of the Gong. At first I felt a little dazed, then I became the observer.

Afterwards, it all ended and I found myself lying in a foetal position inside what seemed to me to be half a nutshell. I was being rocked gently as if I were a baby in its cradle. How nice it was! And there I lay until the session came to an end. 

I remember that when I opened my eyes I still felt like I was being rocked. I was surprised to find that I hadn't even changed position. 

I was still lying on my back, stretched out and seemingly completely upright. I felt at peace, I still felt laughing and I was freezing cold.

When I was asked how it went, I don't remember what I said, but I do remember what I thought:

-I just had a nightmare. .... Pleasant?

-What a hooked you are to your own darkness, what a feast the redhead had yesterday (Drawing 145."Love your journey"/2021 journal) - I told the girl with the sting when I met her again.

The dodo girl, as I called her, didn't even flinch.

-And you, have you figured out what lies behind all adversity?- I asked her then.

And she, dry as a bone, came out with a phrase from Kierkegaard.

- I don't feel like being defensive. You can shove your apples of discord wherever they fit- I told her rudely, and I added:

-From now on I no longer want to make my scars a work of art. Instead, I will learn to use them as a weapon. Something tells me that that egg you're riding is too fragile and I must be prepared....

And it was then that I paid attention to the water that was coming out of that egg. 

Would that mean the beginning of the cleansing of my sewage? If so, what had I managed start cleansing that I did not have a clue?...

- I know! It must be that now it hurts less to go unnoticed!- I exclaimed with a smile.

It was the pain that wiped it off my face, and made me look at the wooden leg.

-Hopefully, one day good and new things will sprout from what it hurts!- I thought ruefully. And at that moment I thought of drawing a small bud sprouting from th wooden leg... 

Unfortunately, I didn't have the time.... The pain became so intense that I had to stand up to move around the room. By the time I returned to the drawing table I had already decided that the drawing was finished, and I only focused on the staircase.

-I know what it means! It indicates that I have a choice... Do I want to go up or down? I am afraid Kierkegaard was right! (the phrase was:"whatever you do, it will go badly").... 

If I go up, that is, if I go ahead with exhibiting my work and my intention not to stop until I succeed in doing more with it than I do, I will stumble over apples (difficulties) at every step. If I go downstairs, that is, if I go back to my drawing cell to do what I like best and think of nothing else... I avoid having apples falling on my head, but...

-Now that you can finally look your wounds face to face, decide what you will do!

Will you continue to explore your beliefs or stay where you are? Whatever you do, it will hurt. The choice is:

Do you prefer being hurt while going up or while going down? That is to say, will you choose the pain of living through the misfortunes of the new or the pain of regretting you wasting your whole life doing the same?

-I don't know! It is always do, do do!.... I'm so tired! I have the feeling I always do wrong. Sharing makes me feel beautiful, and that's fantastic! But sometimes it's so hard for me...

I prefer drawing to sharing what I draw because while drawing, I do not need to wonder myself how I feel to cheer me up. ...Besides, do not you see? I am not even capable of drawing me any signs of "success" ... Even the apple that should be gold, I've painted it red...- I exclaimed discouraged.

- Who cares about gold?, you can't eat it! Life is not there to be admired like a jewel, but to be devoured. Tell me, what will you do!, will you bit the apple, even at the risk of swallowing a lot of worms, or will you let it rot without tasting it?- the girl of the sting replied me impatiently. 

I gave her no answer.

I just thought:

-I know that whatever I decide to do or not to do, it will be all right... or won't I? I just know that I hate doubts, and that I hate you, little scorpion girl!! What a pain in the ass you are!

It took me months to realise that this girl was not a complainer, let alone a hateful person.

She was just the messenger to alert me to how much resistance to change could hurt.

She was there to show me my tendency to inaction.

With the hologram of a panther my shadow had made me see the beast in me and the way I devoured myself every time I rejected my shortcomings, as well as the importance of distinguishing between the truth of who I was and who I wanted to be. 

This time she had presented herself in the form of a pale girl to warn me that indecision and doubt sickened.

As for that sort of sting with a face, which reminded me of a dodo, it represented how much my insecurities poisoned, and the urgent need to extinguish my old way of thinking which led me to make up a thousand excuses for not  moving forward!

As for the egg, it is today that I have realised that it symbolised my desire to keep things as they are, despite the fact I know that nothing lasts forever.

It's a pity that at the moment of finishing this drawing I didn't see so clearly what it was telling me. Unfortunately, I was not in the mood to pay attention to its message.

At that moment, the only thing I did was to take it out of my sight and start drawing on another one while I hummed a song I hadn't heard for ages... "should I stay or should I go" by The Clash.

Should I stay or should I go- The Clash

La Defensa - Matias de Stephano.