-¿Dónde se ha visto que entregando deseos, uno obtenga intenciones?- me pregunté desconcertada cuando saqué mi último dibujo del 2022 para observarlo en detalle antes de comenzar el siguiente.
De repente, me pareció que había cometido un gran error al dibujar a la protagonista.
Pensé que debería haberla puesto de de cara, sonriente y sosteniendo deseos e intenciones con el brazo contrario, por aquello que dicen que la mano derecha se relaciona con dar y la izquierda con recibir...
Aquel detalle, unido al color del atuendo de la chica, donde predominaba el negro sobre el blanco, me dejó pensativa.
¿Me estaría aquello diciendo que entre mis tareas pendientes para el 2023 estaban también la de aclararme las ideas y hallar el equilibrio entre dar y recibir?
No quise darle vueltas al tema. Enseguida me dispersé.
-¡Qué piernas tan raras!-recuerdo que exclamé en cuanto observé el cuerpecito de mi representante para el año que acababa de estrenar.
-¿Desde dónde estás estableciendo tus intenciones y deseos? Buscas el norte, ¡y ni siquiera sabes donde para tu centro!- me salió reprocharle con ironía.
-¿Y cuánto tiempo crees que lograrás mantenerte así, de puntillas y con los brazos alzados?- añadí, mientras me daba cuenta de que la postura de la chica reflejaba a la perfección el fastidio que me causaba cada pregunta que surgía.
Fue entonces que me acordé de ciertas kriyas del yoga kundalini, ¡qué de duras que son se hacen insoportables!, y llegué a la conclusión de que, quizá, la chica me estaba advirtiendo que el 2023 podría resultar un año tan duro de roer, que no podría con él.
Y efectivamente, ¡estaba en lo cierto!... Pero, en aquel momento descarté esa posibilidad rotundamente.
Al fin y al cabo, el año no había hecho más que empezar y me sentía muy ilusionada ¡Ya me veía tomando margaritas en una playa mexicana! Y además, lo había estrenado tal y como deseaba, ¡de fiesta!
Lo único malo que me había sucedido hasta el momento era que todavía me duraba la resaca, pero con eso ya contaba.
Total, que rechacé de pleno aquella advertencia. Decidí olvidarme de este dibujo y de todas las preguntas incómodas que suscitaba en mí. No era el día, ¡y no tenía ni las ganas ni las fuerzas de darme respuestas!
¡Una pena que mi actitud me impidiese ver la gran pista que se me estaba dando acerca de lo que estaba a punto de suceder!...
En aquel momento no me percaté, pero con mi último dibujo del 2022, ya eran tres seguidos en los que la protagonista de la lámina aparecía encarcelada dentro de una estructura imposible de sostener...
Tan imposible, que amenazaba con caerse en cualquier momento...
21/12/24
Y de hecho, en apenas unos días, ya se había producido el temblor de tierra que precedería a un no parar de ver mis estructuras caer.
¡Con qué rapidez se borraron de mi mente todos los objetivos que me había marcado en pos de conquistar de mi voluntad!
Al final, ni voluntad hallé para elegir no dejarme arrastrar por la inercia. Perdí el norte, el centro, ¡y hasta el equilibrio!
Hoy sé que lo único que hizo el 2023 fue poner las cartas sobre la mesa, ¡y atarme a la pata de la silla para que no me quedase más remedio que observarlas en detenimiento!
¡La mano se las traía! Torres cayendo por todos lados... ¡ Y como me negué a cambiar por las buenas, me vi forzada a tener que hacerlo por las malas!
Para cuando quise ser cauta, ya era demasiado tarde, y estaba tan rota, que ni tenía excusas ni poder de elección.
Hoy sé que si el 2023 me hubiese regalado margaritas en lugar de hacerme pagar las consecuencias por mi resistencia al cambio, muy probablemente, todavía seguiría prisionera de mis rutinas autodestructivas.
¿Podría entonces decirse que finalmente el 2023 no resultó un año tan infeliz?¡En absoluto! Pero la culpa no la tiene el cosmos ni la numerología...
¡Qué fácil sería para mí echar la culpa a las energías, al Universo, a lo que sea, en lugar de reconocer que fui yo quién me hizo sufrir de más, por ser una pésima jugadora y arrastrar demasiadas deudas pendientes!
En cualquier caso, ¡qué suerte que siempre pueda extraer una lección de todo aquello que acontece en mi vida! (Aunque me lleve su tiempo)
Es por eso que no maldigo a mi infeliz 2023, sino que más bien, lo agradezco...
No sólo por mostrarme y arrebatarme tanto, sino también, por marcar el punto de inflexión que me forzó a dejar de pensar demasiado y pasar a la acción.
Explanation:
-Where has it ever been seen that by giving wishes, one gets intentions?- I wondered in bewilderment as I pulled out my last drawing of 2022 to look at it in detail before starting the next one.
Suddenly, it seemed to me that I had made a big mistake in drawing the main character.
I thought I should have made her face forward, smiling and holding desires and intentions with the opposite arm (because they say that the right hand is related to giving and the left hand to receiving)...
That detail, together with the colour of the girl's outfit, where black was predominant over white, left me wondering.
Could that be telling me that one of my pending tasks for 2023 was also to clarify my ideas and find a balance between giving and receiving?
I refused to dwell on the subject, and immediately dispersed.
-What strange legs!- I remember exclaiming as soon as I looked at the little body of my representative for the new year.
-From where are you establishing your intentions and desires? You're looking for the north, and you don't even know where your centre is!- I reproached him with irony.
-And how long do you think you'll manage to stay like that, on tiptoe and with your arms raised?- I added, while I realised that the girl's posture perfectly reflected the annoyance that provoked me everything I said to her, coz I was saying it to myself!
It was then that I remembered certain kriyas of kundalini yoga, how unbearably hard they are, and I came to the conclusion that perhaps the girl was warning me that 2023 might turn out to be a year so hard to crack that I would not be able to handle it.
And indeed, I was right! But, at the time, I dismissed that possibility outright.
After all, the year had only just begun and I was feeling very excited. I could already see myself sipping margaritas on a Mexican beach! And what's more, I had started it just as I had wished, dancing all night long!
The only bad thing that had happened so far was that I still had a hangover, but I was counting on that.
So I rejected the warning outright. I decided to forget about this drawing and all the uncomfortable questions it raised in me. It wasn't the day, and I didn't have the will or the strength to give myself answers!
A pity that my attitude prevented me from seeing the big clue I was being given about what was about to happen!...
I didn't realise it at the time, but with my last drawing of 2022, there were now three in a row in which the protagonist of the picture appeared imprisoned inside a structure that was impossible to sustain...
So impossible, that it threatened to fall at any moment...
21/12/24
And in fact, in just a few days, the earth tremor that was to precede a non-stop stream of my structures falling down had already taken place.
How quickly all the goals I had set myself in pursuit of conquering my will were erased from my mind!
In the end, I didn't even have the will to choose not to let myself be carried away by inertia. I lost my north, my centre, and even my balance!
Today I understand that the only thing that 2023 did was to lay the cards on the table, and tie me to the leg of the chair so that I had no choice but to observe them carefully!
The hand was a real hand! Towers falling all over the place... And since I refused to change by hook or by crook, I was forced to change by crook!
By the time I tried to be cautious, it was too late, and I was so broken that I had no more excuses or power of choice.
Today I know that if 2023 had given me daisies instead of making me pay the consequences for my resistance to change, I would probably still be a prisoner of my self-destructive routines.
Could I then say that it was a happy year in the end? Not at all! But I cannot put the blame on cosmos or numerology...
How easy it would be for me to put the blame on the energies, the Universe, whatever, instead of recognising that it was me who caused me so much suffering because I was a lousy gambler with too many debts to pay!
In any case, how fortunate that I can always draw a lesson from everything that happens in my life, sooner or later!
That's the reason why, nowadays, I don't curse my unhappy 2023, but rather, I am grateful for it.
Not only do I thank it for showing and depriving me from so much..., but also for marking the turning point that forced me to stop overthinking and take some action.
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