Gloria Ram

 44. CHAMANA MADAME

"!Ama! / Love!"

Fecha /date: 30/08/20

Explicación / Explanation:

Me di cuenta que no estaba sola y que de hecho, había mucha gente con la que podía contar.

Aquellos días comencé a buscar información acerca de impresión de camisetas y ventas por Internet. Empezar de 0 y sin tener idea resultaba poco alentador. Aquello era un mundo desconocido para mí y un aburrimiento.

Me relajé pensando que ahí estaban mi pareja, que tenia conocimientos de informática y logística, mi amigo Dj que tenia una empresa de mensajería,  mi prima con experiencia en ventas y la amiga que hice durante el viaje a Perú, dispuesta a prestarme su ayuda. 

Este dibujo surgió de una pregunta que le planteé la noche de risas y excesos que compartimos con ella y varios de sus amigos en su campo.

-Si pudieras inventarte una profesión a la que dedicarte ¿cuál sería?- le pregunté.

-!"Chamana madame"!- respondió de inmediato, como si ya lo tuviera pensado. 

Desde entonces bromeamos diciendo que más nos vale montarnos por nuestra cuenta, que a gente como nosotras no nos admiten en ninguna secta.

Aquello me hizo tanta gracia que quise dedicarle este dibujo, el cual también tenía mucho que ver con una conclusión a la que había llegando en los últimos meses: 

No había gurús ni pócimas secretas que nos pudieran salvar de nosotros mismos. 

Yo creía en el maestro interior de cada uno, hecho a nuestra medida y que todo lo demás, era accesorio. A mi entender, el único que tenía todas las respuestas y de veras podía ayudarnos residía dentro, no fuera. 

Era cierto que para embarcarse en ciertas aventuras, era imprescindible contar con la ayuda de un verdadero hombre o mujer medicina, para que te acompañara y sirviera de guía. Su presencia era importante. Y de no tener acceso a uno !qué menos que contar con un facilitador! pero a mi manera de ver, más que tener al lado a uno u otro, lo verdaderamente relevante era la intención.

En cuanto a las plantas sagradas, en los últimos tiempos se había puesto tanto de moda lo del "rollo espiritual" que había que andarse con ojo. Era imprescindible saber diferenciar a los verdaderos maestros de los que simplemente suministraban chupitos de medicina a cambio de dinero. 

Al igual que en el mundo de la noche, que levantabas una piedra y salía un Dj, en vísperas de la así llamada "Era de Acuario" comenzaban a aparecer un montón de los que se etiquetaban como "maestros, iluminados o despiertos", más que dispuestos a venderte un manual de instrucciones para alcanzar el nirvana. 

El secreto estaba en escuchar. 

Cada vez que encontraba a alguien que decía tener la verdad absoluta y pronunciando "deberías", dejaba de prestarle atención. Lo último que necesitaba eran más reglas. 

Era buscadora de mi propia verdad, no de más dogmas que aceptar como hechos.

También conocía gente que tomaba medicina sagrada como si se fuese de cañas, imagino que con la esperanza de hallar la toma milagrosa que solucionase sus "problemas", sin hacer nada.

Veía lo suyo como el que ve la mierda y la esconde bajo la alfombra, como el asesino que entierra el cadáver, paga la fianza, se libra de la cárcel, vuelve a su vecindario y luego niega que hubo muerto !aunque el espectro lo acompañe en todas sus pesadillas! 

Entendía y me parecía respetable que alguien probase lo que le diera la gana por simple curiosidad, pero no comprendía que se enrolase en un maratón de experiencias, sustancia tras sustancia. Descontentos, siempre parecían necesitar otra toma, de lo que fuera, para ver algo más, sin darse tiempo ni tomarse la molestia de asimilar nada.

En cuanto a mí, cada viaje comenzaba cuando la ceremonia acababa. Me tomé cada una de ellas como algo serio, sagrado y precioso y por más duras que fuesen, nunca las consideré "malos viajes", sino experiencias de aprendizaje. Siempre me interesé más por la sanación que por la parte visual o lúdica. Por eso, creo que todas y cada una de mis "escapadas" merecieron  la pena.

Encontraba absurdo hacerse el interesante o creerse más "espiritual" por haber estado más veces "en otros planos", ya fuera atajando con la ayuda de plantas sagradas o a través de estados profundos de meditación.

También me daba risa la insistencia de algunos en vestir de una manera determinada o seguir una dieta específica !como si el hábito hiciese al monje o sólo comer un tipo de alimentos te hiciese mejor persona! 

Con respecto a mí, hacía caso omiso de todo lo que no resonaba conmigo. 

En la adolescencia, no dejé de escuchar heavy metal cuando me dijeron que contenía mensajes satánicos. No me vestí de blanco cuando hacía yoga kundalini y en cuanto a la comida, tuve mis temporadas. pero siempre tuve presente una frase que leí en un libro de metafisica que decía: "No contamina lo que entra por la boca, sino lo que sale"

Puesto que somos energía, no podía negar que todo nos influenciaba. Por experiencia yo sabía que uno no se sentía igual siendo vegano que comiendo panceta, pero de ahí a creer que la forma de vestir o los alimentos determinaba la valía de alguien, proporcionaba "estatus espiritual"o licencia para mirar a otros por encima del hombro, había un largo trecho... 

Para mí "un maestro" podía ser un monje y el carnicero de la esquina, aunque quizá no pudieran enseñarte lo mismo.

Nos gustase o no, un asesino en serie y un bebé estaban hechos de la misma pasta. Vale que por precaución, yo prefiriese toparme con el segundo pero al primero, no iba a ser yo quien le tirase la primera piedra, !antes debería  ponerme en sus zapatos! y además !a saber las barbaridades que habría hecho yo en otras vidas!...

Debido a lo arriba mencionado, sentía el mismo respeto por un yonqui que por una mamá del colegio,y si casualmente coincidía con ambos a un tiempo, jamás cambiaba mi actitud hacia ninguno de ellos !hasta los juntaba en la misma mesa! Que ellos se pudieran sentir incómodos, no era mi problema. 

Reconozco que en alguna ocasión, me sirvieron más cuatro palabras con un vagabundo que la charla de un profesor de universidad. 

Nunca me fié de las apariencias y siempre me importó más el mensaje que el mensajero y por eso, en más de una ocasión me dijeron que me juntaba con cualquiera.

¿¿Y por qué no iba a hacerlo?? La gente era gente. Yo era gente también. Pocas veces me detuve a pensar qué pensarían otros de mi, cómo me verían pero cuando lo hacía, imaginaba que dependería del contexto...No me veía fácil de encasillar.

Igual escuchaba trash metal, que bailaba techno que recitaba mantras.

Lo mismo andaba subida a unos tacones, puesta de vestido y maquillada un sábado noche que no me quitaba los vaqueros y las botas viejas.Y entre semana, la mayoría de días me lavaba la cara sin mirarme al espejo.

También procuraba comer productos de calidad, bio, sin conservantes y luego me fumaba un paquete de tabaco. ¿Contradictoria?, ¿incoherente?, quizá... 

Era consciente de los hábitos que me perjudicaban y asumía las consecuencias, pero no se me ocurría ir por ahí dando ejemplo de nada y mucho menos, alardeando de hábitos saludables o peor, saltándomelos cuando nadie me viera. 

Me importaba más lo que yo sabía de mí que lo que otros creyeran.

A lo largo de mi vida, lo mío había sido la variedad. 

Temporadas de introspección, seguidas de otras de mucha vida social. A mí  se me podía encontrar en una rave o en casa haciendo yoga, paseando sola o en un bar abarrotado de gente, en un gimnasio o dibujando durante horas, comiendo semillas como un pajarillo o hinchándome a pizza, bebiendo infusiones o gin tonics, en una gran ciudad o en medio del campo. 

Mi lema siempre era: "En la variedad está el gusto, no te prohibas nada, que eso sí causa problemas"

Creía que la vida era una fiesta de disfraces en un salón de baile con espejos, donde lo importante era relacionarse y ver más allá de la máscara. A veces nos gustaba lo que veíamos, otras no, pero hasta lo peor de lo peor nos enriquecía porque nos ayudaba a conocernos mejor.

En mi opinión, la felicidad era un "cultivo de interior", nadie te la regalaba y era responsabilidad de cada uno hacerse cargo de su cosecha para luego, darle salida. Sólo la felicidad compartida merecía la pena.

Al hacer este dibujo pensé que ya era hora de que todos aterrizásemos y gritásemos: !Viva la fiesta! !Viva la amistad! !Viva la vida! pero aquí, en la tierra, ahora. 

Estaba bien perderse por los mundos, meditar, aislarnos por temporadas. Yo era  la primera que lo hacía y seguiría haciéndolo porque me hacía falta, pero había una cosa de la que cada día estaba más convencida: 

No podia haber mejor misión ni propósito más elevado que se nos pidiera, que el de Amar-NOS ( a los demás y a nosotros) todo lo que pudiésemos, pero no en las nubes, sino aquí abajo.

Amar-NOS, en este mundo de caos, en esta escuela llena de pruebas, donde lo más fácil era suspender. Ser infeliz y quejarse lo teníamos chupado pero para pasar de curso, ese era el camino más largo. 

En cualquier caso, no os creáis lo que yo diga. Al fin y al cabo, ni tengo ni pretendo tener idea de nada y mucho menos, ser un ejemplo a seguir.

Para más información, no duden en contactar con ustedes mismos. 

 ¿Puedes oír al maestro de tu universo? 

Explanation:

I realized that I was not alone, which cheered me up. In fact, there were many people in my life I could count on. 

Those days I started searching for information about the different techniques that were used to print t-shirts and sales via the Internet. Begin from zero and without any knowledge was not encouraging. It was an unknown world to me and so boring.

I relaxed thinking of all the people I had around. My partner, who had some knowledge of the Internet and logistic issues, my Dj friend, who had a delivery agency, my cousin in England, who had experience in marketing and sales and the friend I had met in Peru, who had offered me her help.

This picture emerged from a question I asked the latter, the night of laughter and excesses that we spent with her and some of her friends at her cottage house. 

-What proffesion would you invent to live on?- I asked her.

And without without hesitation she answered that she would be a Chamana madame.

Since then, we have joked that we should set up our own cult, because people like us are not admitted in any sects.

I liked her answer so much that I wanted to dedicate her this drawing, who also had to do with a conclusion I had come to, the one that there were no gurus or secret potions that could save us from ourselves.

I believed that it was the inner master that lived inside us, the one especially made for us and nobody else, who, as last resort, could answer all our questions.

Truly, in order to get involved in certain experiences, the figure of a real medicine man or medicine woman helped, guided and was crucial. Of course, his/her presence had influence. It really mattered indeed. Also the assistance of a sacred plant facilitator could be necessary but to me, the most important thing was the personal intention.

However, the so called "Spiritual thing" had become so popular that we should be careful and learn to differenciate between a true master and those ones that just supplied sacred herb shots for money. 

Like in the world of the night, where Djs turned up wherever you looked, on the eve of the so called Aquarian age, many people who called themselves"masters, iluminated or awaken people" began to appear to sell  Ascension handbooks.

The secret was in the listening.

Everytime I heard someone saying that his truth was the good one or pronouncing too many "you should", I stopped paying attention. More rules were the last thing I needed. I was a seeker of my own truth. I did not accept any dogma as a fact.

I also knew people that took in sacred medicine as if they were going out for a drink, with the hope of finding out the magic potion that could solve their "problems", without the intention of doing anything.

I saw them as the ones that see the shit and sweep it under the carpet, like the murderer that buries the corpse, posts bail, does not go to prison, go back to his neihbourhood and afterwards, denies that there was a victim one day, although he met its ghost in all his nightmares!

I understood that someone tried whatever they liked just because they were curious about that. However, I could not understand the ones that signed up for a marathon of taking in substances. They always seemed to need more and more but they did not take the trouble to assimilate anything.

To me, the trip began when the ceremony was over. Each experience had been something serious, sacred and precious to me and I could not tell I had had "bad trips" as I called all of them learning experiences. I was always more interested in the healing process than in visual wonders.

In my opinion, it was adsurd that some people believed themselves to be more "spiritual" than others because they had "visited" other dimensions more times, either with substances or through deep meditative states.

I also found rather odd the emphasis that a few put on a determined way of getting dressed or the ingestion of specific food, as if the cowl made the monk or if by means of eating this or that one would turn into a better person.

As for me, I ignored what did not resonate with me.

I did not stop listening to heavy metal music when I was told that they hid satanic messages during my adolescence. I rarely dressed in white when I did kundalini yoga and as far as food was concerned, I always had in mind a sentence that I read in a metaphysics book that said: "What goes into someone's mouth does not defile them, but what comes out of their mouth, that is what defiles them" 

It was actually true that due to the fact that everything was energy, I could not deny that everything influenced us. 

From my experience, I could say that I did not feel the same way being vegan than eating meat but that was far from me believing that clothes or food determined the value of a person, provided "spiritual status" or license to look down upon people.

To me a "master" could be a monk and the corner butcher, although they could not teach the same lessons.

Whether we liked it or not, a serial killer and a newborn were cut from the same cloth. Obvously, I preferred meeting the latter, as a precaution but with  regards to the former, it would not be me the one that would throw the first stone. I should put myself in his shoes first! And besides, who knows the things I could have done in other lives! 

Due to the aforementioned, I felt the same respet towards a junkie and a school boy´s mum. And if  by any chance, I met both of them at the same time, I showed myself as always. I even could share a coffee with those two together. Their discomfort was never my business. 

I could tell that more than once, the words of a homeless person enriched me more than the talk of any college lecturer.

I never trusted appearances and I always cared more about the message than the messenger. Due to that, more than once I was told, in a contemptuous way, that I talked to everybody.

Why was I not going to do so? People were people. I was people myself! There were not many times that I thought about the way others could see me but when I did, I imagined that everything depended on the context they had met me.

 

I could listen to rock music, dance techno and say mantras. I could wear a beautiful dress and high heel shoes on a Saturday night and the next, my oldest jeans and pair of boots. And during the week, I often washed my face without looking at the mirror.

I could eat high quality food, and smoke a packet of cigarettes a day. Contradictory? Incoherent? Maybe...At least, I was conscious of the habits that were not healthy, I did not claim to be perfect or even worse, did the opposite when nobody saw me. 

What I knew about me mattered more than what the others may think.

Throughout my life, mine had been variety.

Deep introspection seasons followed by very social ones. So, I could be found at a rave and doing yoga at home, going for a stroll on my own and in a bar crowded with people, in a gym or drawing for hours, eating seeds like a bird or eating pizza, drinking infusions or gin tonics, in a big city or in the middle of the countryside.

My motto was: "Taste lies in variety. Do not forbid yourself anything. Otherwise, you will  be in trouble"

I thought that life was a costume party in a ballroom with mirrors, where the most important thing was to relate to people and see beyond everyone´s mask. Sometimmes whe did not like what we saw but even the worst helped us to know ourselves better.

In my opinion, happiness was "an indoor crop", nobody gave it to us. It was each one´s responsibility to be in charge of their harvest and give it away. It was sharing it what made us happy.

While drawing this picture, I thought that it was time for us to find our glorious centre, land and shout:  Live party! Live friendship! And live life!    ( here, on planet Earth)

It was fine to get lost in dimensions, meditate and isolate ourselves occasionally ( I was indeed the first one that did it and I would not stop doing it because I needed). However, I was increasingly certain about one thing: There could be no a better mission or higher purpose than the one of loving us and loving the rest of people as much as we could.

Loving each other, here, in this chaotic world, in this school full of tests where the easiest thing was to fail. Being unhappy and complain about everything was a piece of cake but also the hardest way to make a transition to the next grade.

Any way, do not believe anything I say. At the end of the day, I do not have a clue and I am not an example to be followed. 

For further information, please do not hesitate to contact you.

Can you hear the master of your universe?

Enlaces / links:

Song: 

Smoke on the Party ( Fight for your Right) - Sex Museum ft Def Con Dos

Shamanic drums+Deep trance humming meditation Shamanic meditation music for stress relief / Meditative mind 

Videos:

Las drogas, la moralidad y la virtud / Claudio Naranjo.

Fundación Claudio Naranjo Chile