Gloria Ram

 143. CABEZA FRÍA / COOL HEAD

"Usa bien tu ira"/ 

"Make good use of your anger"

Fecha / date:  2/04/22

Explicación / Explanation:

Soñé que me encontraba perdida, dando vueltas con el coche en busca de una zona residencial. 

Me sentía muy agobiada porque tenía la impresión de andar en círculo, y me sabía mal llegar tarde a una cita que tenía con el promotor de una obra.

Cuando por fin lograba hallar el lugar donde debía reunirme con aquella persona, aparcaba el coche frente a un cartel enorme, donde con letras en mayúscula estaba escrita la palabra "CHAOS". 

Miraba alrededor y me sorprendía gratamente. 

El complejo lo conformaban casas de madera adosadas y pintadas en diferentes colores, como las que vi cuando visité el barrio de Bryggen en Bergen, Noruega, pero colocadas de modo que formaban una colmena.

Cuando desperté, me acordé de lo poco que me gusta conducir, lo mucho que echaba de menos viajar, y de las pocas posibilidades que tenía de poder hacerlo pronto.

Por el momento, todos mis viajes a la vista se reducían a trayectos cortos de ida y vuelta al colegio. 

-!Menos mal que viajo con mis dibujos! Y bueno, también con el yoga...- recuerdo que me dije para animarme, ante las pocas expectativas que tenía de montarme en un avión a corto plazo.

En cuanto a la primera clase de yoga kundalini después de tantos años, no pudo dejarme mejor sabor de boca. ¡Me encantó! 

Regresé a casa llena de energía. Me sentía pletórica. El cuerpo siempre recuerda lo que una cree haber olvidado...

Me sirvió para corroborar, una vez más, que no me hace falta irme muy lejos para sentirme plenamente feliz. Y también, !cómo no! para agradecer tener cuerpo.

Al final, resultó que ya conocía a la chica que impartía las clases. 

La había visto veintitantos años atrás en un gimnasio, teníamos una amiga en común y habíamos coincidido en alguna cena.

También conocía a otra de las profesoras, de los tiempos en que ella regentaba una cafetería a la que solía ir a tomar café con un novio que tuve, también hacía un montón de años.

Debo reconocer que fue gracias a que ellas se acordaban de mí y me dieron muchas pistas, que pude situarlas en el tiempo. En cuanto a sus nombres, era como si fuese la primera vez que los oía.

Me pregunté cómo era posible que me costase tanto recordar gente y lugares...Ya no pensando en ellas en particular, porque veinte eran muchos años, sino en otra gente que llevaba sin ver mucho menos tiempo, y cuyos nombres y caras olvidaba tan rápido.

De todos modos, durante aquellos días, no estaba como para hacer inventario de conocidos. ¡Bastante tenía con intentar meter en vereda a mis chicos con el tema de las tareas escolares!

Los niños seguían en plan rebeldía máxima. Eso sí, me mantenían al día de su versión de lo que pasaba en la escuela. Imagino que para desviar la atención del tema principal, y porque sentían curiosidad por saber lo que les contestaría.

Cuando no era una cosa, era otra... 

-¿Es verdad que si nos portamos mal nos pueden llevar a la Guardia Civil?- me preguntaron una tarde a la salida del colegio, nada más montarse en el coche.

-Chicos, ¿qué habéis hecho?- les pregunté poniéndome en estado de alarma.

-Nosotros, ¡nada!, pero eso es lo que nos han dicho- exclamaron preocupados.

Resulta que les estaban dando charlas sobre el acoso escolar.

Recientemente se había dado el caso de una niña de once años, y por el chat de las madres se comentaba algo acerca de un video donde habían grabado una pelea en la que se veía a siete compañeros de aula arremetiendo contra ella.

Aquel suceso coincidió con otro que tuvo lugar en el colegio de mis hijos, donde al parecer, unos cuantos niños se habían dedicado a insultar a uno de sus compañeros por whatssap. 

Aquel fue el motivo por el que habían amenazado a los niños con llevarlos a la Guardia Civil, como estrategia para hacer salir a los culpables...

-¡La tecnología nos lo pone muy fácil a la hora de reaccionar! Y eso es un problema- fue lo primero que les dije.

Antes, entre que te cabreabas y volvías a encontrarte con una persona, daba tiempo a que se enfriasen las cosas. Pocos nos tomábamos la molestia de averiguar un número de teléfono, buscar una cabina y marcar para desahogar nuestra rabia. Lo mejor era que las barbaridades que soltábamos por la boca, no se guardaban por escrito.

Ahora para meternos en líos, nos basta con deslizar el dedo sobre una pantalla, y soltar lo primero que se nos ocurra, sin pensar en las consecuencias...

En cuanto al tema del acoso escolar, les recordé que tampoco aquel era un tema nuevo. 

Físico o verbal, ya existía desde hacía mucho tiempo. De alguna manera, yo lo había sufrido. Ellos también lo conocían de cerca.

La única diferencia entre mis tiempos y los suyos, era que antes no quedaban testimonios en vídeo...!porque nadie tenía móvil!

-!Qué horror!, ¡cuánta violencia!-me lamenté.

En cuanto a mis chicos, les tranquilicé diciéndoles:

-No hagáis lo que no os gusta que os hagan, y tendréis menos de qué preocuparos.

Y acto seguido les solté otra de mis maravillosas charlas. Les dije:

-En cuanto a lo que hacen o dejan de hacer algunos niños, ni tratéis de buscar explicaciones ni perdáis el tiempo señalando con el dedo. 

Tened presente que el que le causa dolor a otros, no lo hace por maldad, sino por ignorancia. Una vez averigüen que el daño que causan a otros les perjudica a ellos, dejarán de hacerlo. 

Vosotros, que ya sabéis diferenciar lo que conviene hacer de lo que no, tanto por vosotros como por los demás, !no tenéis excusa!. ¡sed egoístas!, ¡por vuestro bien, dejad a los otros en paz!-

Les quise dejar muy claro que no podían cambiar lo que pasaba alrededor, pero sí ser lo suficientemente fuertes como para no darle a nadie el poder de abusar de ellos, y aprender que prestar ayuda no era lo mismo que entrometerse. 

Y que, desde luego, no creía que, en ningún caso, sirviese de mucho poner el grito en el cielo, criticar o acusar de algo a otros (que era lo que me parecía que hacían las madres en el whatssap cuando culpaban de todo a los padres de los perpetradores, como si los conociesen de algo). 

También les hablé de la importancia de no mostrarse indiferentes ni guardar silencio si sabían de alguien que estuviese sufriendo acoso. Si podían hacer algo para evitar el sufrimiento ajeno, !que lo hiciesen, pero cuidando de ellos los primeros! Y señalé que, en cualquier caso, ya estaban haciendo algo útil si con sus acciones servían de ejemplo. 

-!Cuanta gente no habrá aportando alegría al mundo, que jamás será noticia ni tema de charla en un colegio!-me quejé para mis adentros. 

-¿Por qué nadie les hablaba a los niños del amor, del afán de superación, de su derecho a ser felices, de tantos grandes seres humanos que con su experiencia habían aportado o aportaban esperanza al mundo?- me pregunté, y entonces me acordé de Facundo Cabral, que recientemente había descubierto y cuya historia tanto me había emocionado.

Eso fue lo que me llevó a escoger un audio donde contaba su vida, el cuál les fui poniendo a trocitos, aprovechando los trayectos al colegio, !y poco me importó que pudiera ser considerado no apto para todas las edades!

Que la violencia existía, y estaba ahí, nadie podía negarlo. Acaso, ¿no podía considerarse una forma de violencia acojonar a una clase de niños de diez años con mandarlos a la Guardia Civil? 

Quedaba claro que en pequeñas o grandes dosis, todos éramos de un modo u otro, violentos, y todos actuábamos con violencia.

Los habíamos que soltábamos disparates por la boca y rompíamos platos. 

Estaban los que no controlaban su furia y pagaban su frustración a puñetazos contra cualquiera. 

Y también esos otros, los que más me violentaban a mí. Aquellos que con un tono bajito y de forma super educada, machacaban, manipulaban, te dejaban a la altura del betún con sus buenas palabras... y luego te juzgaban porque les contestabas como te daba la gana. 

Para alguien tan visceral como yo, aquellas hostias dolían mucho más que las físicas.

Prefería mil veces lidiar con alguien que tuviese muy mala leche que con una ovejita mansa. Al primero lo veías venir, con el segundo todo eran sorpresas...

-Tal y como está el mundo, deberíamos hacer todos un cursillo que se llame: "Haz buen uso de tu ira". Yo, la primera, después todos los padres, y luego los niños-me dije.

¡Excusas no nos faltaban para estar cabreados, con nosotros, con los otros, con el mundo! 

La ira no podíamos hacerla desaparecer, tampoco intentar controlarla, tan sólo sublimarla.

¿Por qué no usar todo ese derroche de energía para luchar contra nuestras propias sombras en lugar de contra las de los demás?, ¿y cómo podía hacerlo yo?

Tras terminar este dibujo, releí las notas en mi diario y volví a pensar en el sueño que había tenido...

Gracias a eso, caí en la cuenta que la zona residencial llamada "Chaos" podía ser un reflejo de nuestra sociedad, y que las casas de madera en diferentes colores sólo representaban la gran diversidad de gente que la conformaba.

¿Y por qué casas de madera y no de otro material? Porque todos necesitábamos trabajar ese elemento dentro de nosotros ( Dibujo 131. "Freija"/2022 diario)

En cuanto a la colmena, el mensaje también pareció quedarme claro. 

Al igual que las abejas, nosotros también éramos seres sociales. Y como ellas, la colmena éramos todos, pero la colmena también era cada individuo en sí.

¿Con qué podríamos todos sustituir esa fuerza destructiva que acababa dominándonos? Supuse que cada uno de nosotros tenía que encontrar su propia manera de hacerlo.

Debía buscar la mía, y elegí una lechuza para que me ayudase, ya que de las lechuzas se decía, que tenían la capacidad de ver la realidad detrás de las mentiras y las falsas ilusiones. 

Al observar aquella ave rapaz, comprendí que para llevarme bien con mi ira, debía mantener la cabeza fría, y hacer frente al terror generado por la propia humanidad, no oponiendo resistencia, sino huyendo de las interferencias, del estrés en general y rechazando el miedo en cualquiera de sus expresiones.

¡Y quién mejor que la lechuza, una de las especies más cosmopolitas del mundo, para recordarme que también podía sacarle partido a la noche y las tinieblas! 

Explanation:

I dreamt that I was lost, driving around in my car, looking for a residential area. 

I was feeling very overwhelmed because I had the impression that I was driving in a circle, and I felt bad about being late for an appointment I had with the developer of the construction site.

When I finally managed to find the place where I was supposed to meet that person, I parked the car in front of a huge sign where the word "CHAOS" was written in capital letters.

I looked around and was pleasantly surprised. 

The complex was made up of attached wooden houses painted in different colors, like the ones I saw when I visited the Bryggen neighborhood in Bergen, Norway, but placed in such a way that they reminded me of a beehive.

When I woke up I remembered how little I like driving, how much I missed travelling, and the few chances I had of being able to do it soon. 

At the moment all my trips in sight were reduced to short trips to and from school.

-It's a good thing I travel with my drawings! And well, also with yoga... - I remember I said to myself to cheer myself up, given the few expectations I had of getting on a plane in the short term.

As for the first kundalini yoga class after so many years, it couldn't have liked it more. I loved it! I came back home full of energy. I felt exhilarated. The body always remembers what you think you have forgotten.

It served to corroborate, once again, that I do not need to go far away to feel completely happy. And also, of course, to thank my precious body.

In the end it turned out that I already knew the teacher.

I had seen her twenty-something years ago in a gym, we had a friend in common and we had met at dinners. 

I also knew another of the teachers, from the times when she ran a coffee shop where I used to go for coffee with one of my partners, also about twenty years ago.

I must admit that it was thanks to them remembering me and giving me many clues that I was able to place them in time. As for their names, it was as if it was the first time I had heard them.

I wondered how it was possible that it was so hard for me to remember people and places... I was no longer thinking of them in particular, because twenty was a long time, but of other people I had not seen for much less time and whose names and faces were so hard for me to remember.

Anyway, during those days, I wasn't in the mood to make an inventory of acquaintances, I had enough to do with trying to get my kids back on track with their homework!

The kids were still in full rebellion mode. They kept me up to date with their version of what was going on at school. I guess to divert attention from the main topic, and out of curiosity to know what their mother would tell them.

When it wasn't one thing, it was another. 

-Is it true that if we misbehave we can be taken to the Civil Guard?- they asked me one afternoon as soon as I picked them up from school.

-Boys, what have you done?- I asked them, becoming alarmed.

-We did nothing, but that's what they told us- they exclaimed worriedly.

It turned out that they were being given talks about bullying.

Recently there had been a case of an eleven-year-old girl, and the mothers' chat room was talking about a video where they had recorded a fight in which seven classmates were beating her up.

That event coincided with another one that took place at my children's school, where apparently, a few of them had dedicated themselves to insulting one of their classmates by whatsapp. 

That was the reason why they had threatened the children with taking them to the Guardia Civil, as a strategy to get the culprits to come out....

-Technology makes it very easy for us to react! And that's a problem- was the first thing I told them.

In my day, between getting pissed off and meeting a person again, there was time for things to cool down. 

Few people bothered to find out a phone number, look for a pay phone and dial it to let off steam. When you were told outrageous things, they were rarely written down.

Nowadays, to get into trouble, we just had to slide our finger over a screen and blurt out the first thing that came to mind, without thinking about the consequences.

On the subject of bullying, I reminded them that this was not a new issue either. 

Physical or verbal, it had been around for a long time. Somehow, I had suffered from it They also knew about it very well.

The only difference between my time and theirs was that there were no video testimonies before... because nobody had a cell phone to capture events!

-How horrible, how much violence!-I thought to myself.

As for my boys, I reassured them by telling them:

-Don't do what you don't like to be done to you, and you will have less to worry about. 

As for what some children do or don't do, don't try to find explanations or waste time pointing fingers. 

Keep in mind that the one who causes pain to others, does not do it out of malice, but out of ignorance. Once they find out that the harm they cause to others hurts them, they will stop doing it. 

You already know what is right and what is wrong for both you and the others, so you have no excuse, be selfish, leave others alone!

I told them that they could not control anything that happens around you. However, they could be strong enough to make sure that those who were learning did not do it with them, and above all, be wise enough to learn to differentiate between helping and meddling. 

I certainly didn't think it was helpful to cry foul, criticize or accuse (which was what I thought the mothers were doing on whatsapp, when they blamed everything on the parents of the perpetrators, as if they knew them at all). 

I also talked to my kids about the importance of not being indifferent or keeping silent if they knew someone who was being bullied. If there was something they could do to avoid someone getting hurt, they should do it, but taking care of them the first place...And that, in any case, they already were doing enough if their actions served as an example.

-How many people have brought joy to the world that will never be news or the subject of talk in a school!- I complained to myself. 

-Why did no one talk to them about love, about the desire to improve oneself, about the right to be happy, about so many great human beings who had brought or were bringing hope to the world with their experience?- I wondered, and then I remembered Facundo Cabral, whom I had recently discovered, and whose story had moved me so much. 

That led me to choose an audio of his life for them to listen to in the car, in small pieces, on the way to school, and I didn't care that it could not be considered suitable for children!

That violence existed, and was there, no one could deny. Could it not be considered a form of violence to frighten a class of ten-year-olds with sending them to the Civil Guard? 

It was clear that in small or large doses, we were all, in one way or another, violent, and we all acted violently.

There were those of us who spouted nonsense from our mouths and broke plates. 

There were those who expressed their rage and took out their frustration by punching anyone. 

And also those others, the ones who were the most violent to me. Those that with a low tone and in a super polite way crushed, manipulated, made you look really bad... and then they judged you because you answered them as you wanted. 

For someone as visceral as I was, those punches hurt much more than the physical ones.

I preferred a thousand times to deal with someone who had a very bad temper than with a meek little sheep. With the former you could see it coming, with the latter it was all surprises...

We could not make anger disappear, nor could we try to control it, only sublimate it.

Why not use all that energy to fight our own shadows instead of those of others, and how could I?

After finishing this drawing, I reread the notes in my diary and thought back to that dream.

Thanks to that, I realized that the residential area called "Chaos" could be a reflection of our society, and that the wooden houses in different colors could represent the great diversity of people in it.

And why wooden houses and not another material? Because we all needed to work that element inside us (Drawing 131. "Freija"/2022 journal).

As for the beehive, the message was clear to me. Like the bees, we were also social beings. And like them, the hive was all of us, but the hive was also each individual himself.

With what could we all replace that destructive force that ended up dominating us? I imagined that each one of us had to find a way to do it.

I was looking for mine, too, and I guess that's why I drew an owl. Owls were said to have the ability to see the reality behind the lies and false illusions. 

Somehow I understood that I was asked to keep a cool head, cope with the fear generated by humanity itself, just by fleeing from interference, from stress in general and refusing fear in any of its expressions.

And who better than the owl, one of the most cosmopolitan species in the world, to remind me that I could take advantage of the night and the darkness! 

Anne Clark- Our Darkness

Facundo Cabral - Testimonio

Owl -Spirit Animal