Gloria Ram

 

 64. ALEF

"Hay poder/ There is power"

Fecha/date: 24/10/20

Explicación / Explanation:

En poco más de una semana, tuve tres veces la misma sensación extraña yendo al volante.

Mientras iba en movimiento no había problema, pero cada vez que tenía que parar sentía una especie de vértigo.

Era como si mi cuerpo perdiera densidad y se fuese a derretir. Sentía dificultad al respirar y el corazón, como si se fuera a salir del pecho. 

Lo peor era la sensación de que el paisaje se movía y tener que reprimirme las ganas de salir del coche y echar a correr. 

En pocas palabras, me sentía como un puñado de arena a merced del viento, sin ningún poder.

Para tranquilizarme respiraba hondo, quitaba la música, bajaba las ventanillas y con la mirada fija en el volante contaba despacito hasta diez, una y otra vez, hasta que podía ponerme en marcha. 

No entendía el por qué de aquello ni el detonante que lo provocaba. Como no tenía quién me aclarase el tema, decidí durante unos días coger el coche sólo lo imprescindible, cosa que de todos modos solía y suelo hacer.

Durante aquellos días seguía dibujando a ratos y recopilando información acerca de mis dibujos, por lo que pasaba muchas horas frente al ordenador.

Así que le eché la culpa a eso y me tomé en serio lo de descansar más a menudo y obligarme a dar un paseo por la huerta para "bajar a tierra". 

Realmente no tenía ningún motivo para sufrir aquellos "ataques de pánico", por llamarlos de alguna manera...Aparentemente, creía estar tranquila.

Cuando terminé este dibujo no sabía qué significaba. Lo  único que veía eran manchas. Fue al observarlo de lejos que divisé la presencia de la silueta de una cabeza de toro. 

Ni siquiera mis niños que suelen ver de todo más que yo la encontraron,  pero lo curioso es que sigo viéndola. Esta ahí, frente a mí, cada vez que lo observo, mirándome.

El toro me recordó de inmediato a un vídeo que había visto mucho tiempo atrás, durante la temporada que comencé a interesarme por el tema del alfabeto hebreo. 

Aquel vídeo explicaba el significado de la primera letra,"Alef".

Tras volver a ver aquel vídeo, pude comprender lo que mi dibujo intentaba contarme. 

Representaba la situación que estábamos atravesando o mejor dicho, mi percepción de la misma.

Inmediatamente pude darme cuenta de lo inquieta que en realidad me sentía.

!Aquellos días había mucha rabia en el ambiente!.

Evitaba el contacto con el exterior, no veía las noticias, procuraba no hablar del tema y sin embargo, !estaba cabreada!. Me enfadaba por cualquier chorrada, tenía un humor de perros y no entendía el por qué.

Sentirme de esa manera no me hacía gracia, pero acepté lo que sentía. Lo único que me dije fue:

 -!A tu gusto, mula!,!ya se te pasará!... Por el momento, tienes dos problemas: tu cabreo y descabrearte. Si no quieres tres, evita pagarlo con los demás !que nadie tiene la culpa!.

Pero curiosamente, cada vez que salía y veía gente, en lugar de cabrearme más, me sentía aliviada porque sentía que tenía derecho a estar tan enfadada como cualquiera. 

Como cada uno expresase su enfado era su problema, pero en cualquier caso, !prefería sentirme molesta a resignarme o fingir que todo era "normal"!. 

¿Para qué fingir lo contrario de lo que sentía?. !Estaba más que harta de las absurdas normas que nos estaban imponiendo sin ningún tipo de control ni lógica! 

!Que hasta nos decían el máximo número de personas con el que podíamos reunirnos dentro de casa, donde fumar y donde no!

Pero lo peor era que estábamos a la expectativa de que nos cayera otro confinamiento. 

De hecho, no se hablaba de otra cosa porque claro, !había que pagar "los excesos del verano"! ( en mi caso, un fin de semana en la playa, un par de escapadas y alguna que otra reunión con unos pocos amigos en casa). 

Por aquel entonces, ya había varias ciudades de alrededor que lo estaban sufriendo y aunque teníamos la suerte de vivir en un pueblo donde no habían contabilizado muchos casos, no podíamos dar nada por sentado.

De todas maneras, el tema de la mascarilla, hacía que al menos a mí, se me quitasen las ganas de salir.

Así pasaba, que ni con niños ni sin ellos íbamos a ningún sitio donde hubiese gente. Hasta que un viernes unos amigos dijeron de quedar y ni lo pensé.

Pudieron más las ganas de verlos y hacer algo diferente, que todo lo demás.

Asistir a un concierto de rock un domingo por la mañana ya resultaba de lo más extraño. 

Pese a estar en un recinto al aire libre no se nos permitía fumar, tampoco permanecer de pie !Y mucho menos bailar!.¿Qué era aquello un concierto o un entierro?

Durante el rato que estuvimos poniéndonos al día de nuestro año de hibernación forzosa y echándonos unas risas, no importó que sólo pudiésemos estar cerca y con la mascarilla bajada siempre y cuando permaneciésemos sentados, no fuésemos más de diez y sostuviésemos una bebida en la mano.

Sin embargo, no pasó mucho rato hasta que nos entraron ganas de fumar y comenzamos a salir y entrar del recinto.

Desde fuera, las cosas se veían de otra manera. 

Recuerdo que me quedé quieta, observando y pensé: !Qué estupidez tan grande! 

Un recinto enorme casi vacío, donde gente con piernas y con una media de cuarenta años, permanecía en su silla de cara al escenario, aguantándose las ganas de bailar, mientras eran observados por un par de guardias de seguridad.

!Absurdo era decir poco! 

Pero dadas las circunstancias, empezar a hacer el cabra no era una buena idea. Podía traer consecuencias. Se trataba de que pasásemos todos y quiero decir todos, sin excepción, un buen rato.... 

Debía haber una manera de divertirse que no perjudicase a nadie, un camino del medio y !lo tenía justo delante!

En seguida, caí en la cuenta de que la libertad de bailar la teníamos al alcance de mano !justo al otro lado de la verja!. !Bastaba simplemente con cruzar una puerta que estaba abierta de par en par!, ¿qué o quién nos lo impedía?.

Fuera no se nos permitía beber pero sí fumar y hasta el momento, ninguna normativa prohibía bailar en la calle. Y así fue como mi pareja y yo comenzamos a pegarnos la fiesta en el exterior.

Lo más curioso es que en cuestión de minutos, ya no estábamos solos. Otros se habían unido a nosotros frente a la mirada curiosa de los que permanecían dentro.

Pero la mejor parte del concierto llegó más tarde, cuando una vez de vuelta a nuestra mesa, los diez amigos que estábamos y otra gente que no conocíamos, nos pusimos en pie a la cuenta de tres y al unísono comenzamos a bailar frente a nuestras sillas.  

!Fue divertido!, !tanto que no podíamos aguantarnos la risa!. Aquella breve sublevación "bailonga"que duraría escasamente unos segundos, posiblemente se le hizo eterna a uno de los guardias de seguridad, que se quedó estupefacto.

Para mí supuso más bien un viaje en el tiempo, !una escapada al pasado! Un retorno a la adolescencia o a la "aborrescencia" que yo llamo, según las memorias de cada uno.

Para cuando se pasaron los locales, el concierto ya estaba prácticamente acabado y nosotros nos lo habíamos pasado en grande.

De regreso a casa en tren, pensé en lo sucedido como un reflejo a muy pequeña escala de la actitud de mucha gente frente a lo que estaba sucediendo en el mundo.

Estaban los encomendados a guardar el orden, los que elegían obedecer las normas a pie juntillas y los que nos buscábamos las mañas para divertirnos, sin molestar a nadie. Los últimos, entre los que me incluyo, no podíamos pretender que nos dieran permiso, pero si tomarnos la libertad de al menos, intentarlo.

!Estábamos limitados pero no incapacitados para establecer límites! Nos podían privar de fiestas pero no las ganas de celebrar. !Las ganas de chachondeo no hay normativa que las regule!

Como decía el vídeo que he mencionado, no se trataba de tener el poder para imponer nuestra voluntad sobre otros sino de ser capaces de reconocer que !había poder! en todos y cada uno de nosotros.

Teníamos la opción de actuar como si estuviésemos a merced de quién sabe quién o por el contrario, buscarnos la vida para pasar un buen rato, sin perjudicar a nadie.

Al fin y al cabo, sólo contábamos con que estábamos vivos, aquí, en esta vida y en estos tiempos. 

Si lo de venir había sido elección nuestra o no, no lo sabíamos, pero algo sí teníamos claro, no quedaba otra que seguir estando.

¿Dónde íbamos a estar mejor o peor que aquí? !En ninguna parte!, !si no teníamos adonde ir!

Hoy día sólo puedo decir que todo lo que aquí digo puede resumirse en una frase:

"Quizá estemos jodidos pero ya que hemos venido, !bailemos!"

¿Nos asusta tomar el control de la situación?

Explanation:

I started feeling a strange sensation while driving. It was a sort of dizziness that overwhelmed me. It happened to me every time I had to stop my car, either there was a red traffic light or a traffic jam.

It was as if my body lost density. I felt like I was going to melt down. It included difficulty breathing and fast heart beat. I had the sensation the landscape did not stop moving and I had to supress the urge to get out of the car and run away. 

In a nutshell, I felt like a bunch of sand at the mercy of the wind, totally powerless.

I could only breathe deeply, turn off the radio, roll down the car windows and count from one to ten slowly and repeatedly until I could start up the vehicle. Consequently, I tried to drive as less as possible and go out for a stroll in the countryside every afternoon to feel grounded.

At that point in time I was working on the blog. As a result, I spent a lot of  time in front of the computer, which was affecting me badly.

I put the blame on the aforementioned as I did not have any reasons for suffering from those "panic attacks" or whatever they may be. Apparently, I was calm...

When I finished this drawing, I did not have a clue about its meaning. I could just see dark shapes but when I looked at it from a far distance, I noticed that there was a bull head in there. 

I remember that I asked my kids about it but they did not see anything!. Nowadays, though, I keep on seeing it, staring at me. 

The image of a bull  reminded me of a video that I had watched a long time ago, that dealt with the meaning of the alphabet hebrew letter "Alef".

As soon as I watched that video again, I could understand what my drawing meant.

It represented the situation we were living at that point in time or I had better say, the way I perceived it.

There was rage in the air! I could feel it! 

I barely had outside contact, I did not watch the news or talk about the current situation...However, I felt angry, I was in a foul mood and did not understand why.

I just accepted the way I felt and said to myself: 

- Feel the way you want!, It´s fine! but remember that you already have two problems: your anger and getting rid of it. Do not turn it into three! So, make sure you do not take it out on anybody!

And curiously, when I went out and saw other people, instead of feeling angrier with me or with them, I felt relieved! because it was then that I could understand that I had right to be cross and it was fine!. I´d rather feel angry than to feel resigned!

Why should I pretend that everything was "normal"?

Me, the same as everybody else, I guess...I was fed up with the absurd norms that authorities were imposing us without any control or logic.

At that point in time, they had even told us about the maximum number of friends we could meet at home and where we were allowed to smoke. 

But the worst of all was that we were already getting ready for a new confinement. 

I felt lucky because I lived in a small village where very few cases of disease had been reported but I could not take anything for granted. In fact, some villages around mine had already been confined. 

Anyway, the obligation of wearing a mask caused me so much discomfort that I thought twice before going somewhere.

As a result, I usually stayed at home. It was not until a friend contacted me that I felt like going out. 

Then, I said "yes"with no hesitation. I was looking forward to meeting some friends that I had not seen for months and I also wished to do something different for a change.

Going to a rock concert on Sunday morning was weird.

I did not care about the fact that we were not allowed to smoke at an open-air concert but I could not understand the reason why we could not even stand up or dance. Were we at a concert or at a funeral?

We were fine for a while. We caught up and laughed and nobody insisted on us wearing the face mask as long as we held a glass of drink at a table. However, as we felt like smoking, we soon began to exit and return to the fairground. 

Seen from the outside, it was an awkward situation.

There were very few people in, and the large fairground was almost empty. A couple of security guards that stood next to the rock band watched the  audience that held back their desire to dance.

From my point of view, those rules in that place at that moment were illogical.

However acting crazy was not an option, given the circumstances. It could  make things worse rather than better. I had to walk on eggshells!.

I felt like dancing without causing any problems, find the "the middle path" and that was not far from me!

I soon realized that "freedom" was just on the other side of the gate. I just had to cross a door that was widely opened. Who or what prevented me from doing that? Nobody! Nothing!

As far as I knew dancing in the street was not forbidden yet!

That is how my partner and me started enjoying the concert.

But the most amusing of all was that other people joined us in a matter of minutes before the astonished gaze of both the band and the audience that decided to stay at their tables.

 

But the best part of that event came later on, once we had returned to the fairground. Then, on the count of three, the ten friends we were and other unknown people, stood up and started dancing, all of us at the same time!, in front of our chairs.

It was so much fun for everybody that we could not stop laughing! Except for the security guard, of course. He was astonished.

That brief dance revolt barely exceeded a few seconds but the energy was electrifying!

To me, it was like going back in time. An escape back to adolescence! That critical but exciting time period I had left behind a long time ago! 

By the time some local police officers came round, they could not blame anyone for doing anything wrong and the concert was almost over. 

On the train home, I still felt happy, with good energy and high spirits .What had happened that morning was a small scale example of people´s beharviour towards restrictions at that moment in the world.

There were those who kept order, a majority of people who followed the rules and the ones that wanted to have fun without disturbing anyone.

The last mentioned ones, among whom I included myself, could not seek approval but take the liberty of acting!

To a certain extent, we were all limited but we could also set limits! It was up to us to do our best to enjoy us! 

We could be deprived of parties but nobody could go off with our celebration desire.

As the video about "Alef" pointed out, life was not about having the power to impose our will on others but being able to accept and experience that there was power in each and everyone of us.

We were not powerless victims. All we needed was to use our inner strenght!

At the end of the day, the only thing we knew for sure was that we were "alive".Whether we liked it or not, we belonged to this world for the time being.

Where could be better or worse than here? Nowhere! because we had no choice but stay.

Nowadays, I can just add that all I have said before could be summed up with two sentences:

"We can be screwed but in for a penny, in for a pound. Let us dance!" 

 Are we afraid of taking control over the situation?

 

People have the power / Patty Smith

Video:

                     Amén y pecados Alfabeto Hebreo Clase 1 Shivagam 

El Camino Medio - Budismo - Ciencia del saber