Gloria Ram

 

 63. RESPONSABILIDAD / RESPONSIBILITY

 "Hazte responsable de tu caos / Be responsible for your chaos"

Fecha / date : 20/10/20

Explicación / Explanation:

Pese a todo, seguía empeñaba en creer que todavía teníamos el derecho de decidir cómo desear que fuesen nuestras vidas.

La gente seguía quejándose de todo para acabar como siempre confirmando que nada tenía sentido !y eso era lo que más me fastidiaba!.

¿De qué servía tanta queja? 

Serviría de algo si después de quejarnos, tuviésemos el impulso de mejorar las cosas.

 

Sin embargo, la moda de quejarse por quejarse era totalmente inútil. Sólo hacía crearnos malestar, hacernos bajar la cabeza, maldecir entre dientes y encogernos de hombros.

Porque el problema no era una frase o dos, sino la manera de decirlas, como dando por sentado que todo estaba perdido. 

Aquello hacía que me preguntase si de veras estaríamos dispuestos a aceptar cualquier cosa que nos ordenasen. Acaso, ¿nos habíamos propuesto sacarnos un master en "buena  conducta"? 

Ya nos habíamos tragado unas cuantas prohibiciones absurdas el pasado verano en la playa. 

Cosas como la de no pisar la arena descalzo, seguir un itinerario para entrar y salir como si estuviésemos en el Ikea y ocupar un rectángulo que no debíamos cruzar sin ponernos la mascarilla, en el caso de no poder mantener la distancia de seguridad (lo cual, a finales de julio era prácticamente imposible).

De haber leído el cartel antes de entrar, me lo hubiese pensado dos veces. 

Por suerte, mi naturaleza despistada me salvó y lo vi más tarde, justo al salir  y usarlo como apoyo para limpiarme la arena de los pies antes de calzarme. 

Aquel enorme cartel a la entrada de la playa, que cualquier miope (excepto yo) hubiese visto, señalaba incluso el horario de apertura al público !aquello me pareció demasiado!.

En cualquier caso, sabía que incluso habiendo leído las nuevas instrucciones de uso de la playa, habría actuado de igual manera: no ocupando "una parcela" para mi sola, porque me parecía una conducta estúpida, además de egoísta, sentándome en las rocas alejada de cualquiera, excepto de mis niños, quitándome las chanclas en cuanto puse los pies en la playa y no poniéndome la mascarilla. 

Poco me importó que algún que otro me mirase como si fuese radiactiva. Con estar al tanto de los niños y vigilar de lejos a los nuevos vigilantes de la playa tuve bastante.

Llamó mi atención ver a esos cuatro chavales sudorosos vestidos con camisetas azules, que las autoridades habían colocado bajo una sombrilla de paja para controlar a la peña. 

Me pregunté qué requisitos les habrían pedido para concederles aquel nuevo puesto de empleo recién inventado.

Sin embargo, los chicos no me preocupaban tanto como el cuestionarme adónde nos podría llevar nuestra insólita manera de actuar, por un lado tan permisiva y mansa ante las autoridades y por otro, tan llena de juicios e intransigencia hacia el vecino. 

La verdad es que al final, uno ya no sabía a quién tenía que esquivar, si a un virus, a la señora en topless paseando por la orilla con mascarilla bajo un sol abrasador o a la policía.

Resultaba fácil aceptar que otros dictasen "reglas". Lo  incomprensible era el hecho de que nosotros pareciésemos no tener ni siquiera pensamientos de incumplirlas. 

Ya estábamos en octubre y !nunca antes el mundo me había parecido un colegio de niños tan obedientes!

¿Por qué aceptábamos hasta lo más irracional como irremediable? 

Ni siquiera sabíamos a quiénes se le ocurrían aquellas ideas tan brillantes. Realmente, ¿quiénes eran "ellos"?,¿y sus expertos en el tema sin nombre ni cara?, ¿y nosotros?, ¿qué éramos y en qué nos estábamos convirtiendo?. 

¿Estaríamos dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de librarnos de una multa?,¿era eso a lo que se resumía todo?. !La solución era tan sencilla y tan difícil como que nos pusiésemos todos de acuerdo en no pagar!. 

Lamentablemente, algunos temíamos más a la multa que al riesgo de contagio. 

Que los mayores éramos muy raros, ya lo decían mis niños. Que nos estábamos convirtiendo en el peor ejemplo para ellos, cada día me quedaba más claro.

A mí lo de "haz ésto porque sí o porque aquel lo dice o porque todo el mundo lo hace" me servía lo mismo que a mis hijos, !de muy poco!.

Desde mi punto de vista, ya llevábamos siglos haciendo méritos por seguir perteneciendo a una de las sectas más peligrosas del mundo, la más extendida y menos reconocida, la del culto a la obediencia ciega.

De seguir ahí, ¿qué expectativas teníamos?.

!No me lo quería ni imaginar!. Visto lo visto, mi imaginación no daba para tanto... Que la realidad superaba la ficción era un hecho al que había que acostumbrarse.

Por eso, no podía evitar comparar todo lo que acontecido desde mediados de marzo con una especie de experimento macabro y a nosotros, con cobayas asustadas en una jaula, a la espera de descargas. 

Pero, ¿cuál podía ser el objetivo de aquella prueba extraña?, ¿testear quizá hasta dónde éramos capaces de aguantar sin rechistar?¿calcular nuestro grado de sumisión? 

Al paso que íbamos, !las teníamos todas para conseguir la máxima puntuación!, pero muy pocas posibilidades de sentirnos orgullosos de nosotros mismos algún día.

Me preguntaba si no seríamos como los cangrejos diminutos que mis chicos atraparon y metieron en un cubo la mañana que pasamos en la playa. 

Y tengo que confesar que me entró la risa porque !ya nos gustaría!. Al menos, aquellos bichitos eran afortunados. Ellos habían sido liberados al cabo de un par de minutos mientras que nosotros !ahí seguíamos!...

!Llevábamos nada más y nada menos que unos siete meses de aventura surrealista!... y la cosa parecía ir para largo.

!Y todavía no nos habíamos propuesto trabajar en equipo! 

¿Por qué no pasábamos de ser cangrejillos individualistas y competitivos en búsqueda de una salida inexistente en el fondo de un cubo, a dejar de pisarnos y unir nuestras fuerzas para formar una torre con la que poder al menos irnos turnando y echar un vistazo fuera? 

Cuando terminé este dibujo no tenía ni idea de qué había dibujado. Fue algún tiempo después, al leer un proverbio que caí en la cuenta. Decía algo así como:

"No le preguntes a un pez qué es el agua porque ese es su medio y nunca podrá saberlo hasta que llegue a la orilla" 

Entonces creí que esa cabeza de pez podía estar representando a mi yo confundido intentando salir del caos.

Pececillos, cangrejos, cobayas !que más daba con qué pudiera compararme!

A la única conclusión a la que podía llegar era que aquel pez gordo, ese todopoderoso dictador que supuestamente movía los hilos y del que todos nos quejábamos, no era un tipo gordo fumando habanos, bebiendo daikiris y presumiendo de estar rodeado de top models en un yate. 

Aquel pez enorme que intentaba devorarnos no era ese. Y ni siquiera era  él, sino ella, y no era una mujer sino una creencia.

Una creencia muy antigua que llevaba haciéndose pasar por verdad mucho tiempo, la que nos hacía aceptar que otros, por el hecho de tener poder o dinero, podían tomarse la libertad de someternos y hacer con nosotros lo que quisieran!.

Reconocerlo resultaba demasiado doloroso porque al hacerlo, teníamos que admitir que lo que sucedía fuera lo habíamos creado entre todos y !que nos lo habíamos ganado a pulso!.

Resultaba más cómodo decir que "unos malvados" cortaban el bacalao y lamentarnos de que todo el pescado estaba vendido, que asumir la responsabilidad de las consecuencias de nuestros actos. 

¿Y si la vida nos estuviese pidiendo a gritos pasar a la acción y hacer el esfuerzo de nadar a contracorriente en lugar de escoger la opción más "fácil", que era la de dejarnos arrastrar por el inconsciente colectivo?

En cualquier caso, !qué sabía yo! Era, al igual que todos, otro resultado del caos, del mío propio y del externo. 

Hoy en día cuando veo este dibujo sólo me pregunto si algún día podremos alcanzar la orilla y ver el panorama al completo. 

 ¿Quién es el responsable de nuestras vidas?

Explanation:

Despite everything , I insisted on believing that we could still have the right to desire what we wanted our life to be.

The most common sentence that you could hear in the street kept on being: " You know, this is it". 

And I was fed up with hearing people saying that!. A precious time was being wasted to talk about the whole situation and afterwards, end up saying that everything was nonsense. 

Then, what were all those complaints for?

Complaining was necessary as a point of departure to find solutions. In fact, it would have been useful if it had helped us to give us the impulse to act differently but it was not the case. 

It was totally useless because it only caused us sorrow. Solutions could not be found if after complaining, we just bowed our heads, cursed and shrugged our shoulders.

In any case, the problem was not a sentence, but the way it was pronounced, as if we had no escapatory, which led me to ask myself if we would be really willing to accept any rules.

I remembered the stupid prohibitions of last summer on the beach, where we were requested to wear shoes, follow a kind of Ikea itinerary to go in and out and occupy a rectangular plot of land that we could not cross without the mask on.

If I had known about the aforementioned in advance, I would have thought twice before going to the beach.

Luckily, my absent minded nature prevented me from seeing the warning sign that the authorities had placed at the entrance, which even mentioned the beach opening hours. That was too much!

Any way, I was certain that I would have done the same thing, anyway: Do not occupy a parcel because I considered it to be silly and selfish, sit down on the rocks far from everybody, take off my flip flops as soon as I put my feet on the sand and do not wear the mask on. 

Of course, I noticed that there were some people looking at me strangely but to be honest, I did not care much about that!

I had enough with being in charged with my kids and watching the new "beachwathers".

I could not help feeling curious about those three or four sweaty guys, wearing blue t-shirts on that the authorities had placed under a straw beach umbrella to keep order.

I wonder about the requirements they had been asked for to carry out such a task.

However, they were not my concern. I got worried about what else we could be asked to do in a future if we kept on being so tame. On the one hand we seemed to do everything that we were requested by authorities. On the other, we were more and more judgamental and intransigent towards the others.

Honesty, I was not sure if I had to be careful with a virus, the woman in top-less that was going for a walk by the shore or the police.

What else could we expect? The problem was not that someone would give us rules. My main concern in all that was that people accepted as valid any rule.

We could accept that there were rules but what I did not quite understand was that nobody seemed to be willing to break them.

We were in october and the whole world looked like a school full of obedient children!

Why did we accept the irrational irredeemably?

But the worst of all was to wonder who were those ones that had such brilliant ideas. Who were therm? Who were their experts with no name or face? and what were we? What were we becoming?

Were we really eager to do whatever in order to prevent us from being fined? What was all of it about that? Everything was as easy and difficult as to come to an agreement and do not pay them!

Unfortunately, a lot of people were more worried about being fined than the risk of the transmission of the disease. 

As my children said, adults were too weird to be understood. I just know that behaving the way we did, we were far from becoming the best example to follow.

For centuries, we had earned merit for becoming part of the most dangerous cult of the world, the one that worshiped blind obedience!

So, what could we expect?

I did not even want to think about all the possible "recommendations" that we may receive in the following months! Bearing in mind the known ones, I lacked imagination to oversee anything. Reality went beyond fiction, that was a fact!.

That is why I could not help comparing everything that had happened to us since march to a a sort of human trails, where humans played the role of guinea pigs waiting for electric shocks.

But what was the purpose of such a test? Getting to know how long we could stand for? Testing our submission grade?  If so, we were certainly close to get the highest final grades! But definitely, that was not the way to feel proud of ourselves! 

The afternoon I made this drawing I wondered if we would be those tiny crabs that my kids caught and put in a pail that summer morning

However, fortunately, those little animals had been set free two minutes later...and on the contrary, we were still there!

We had already been living that strange situation for seven months! and we still wanted to save us in a wrong way, by means of focusing our attention on our neighbour´s life and on the external.

And what the hell did we take for granted that authorities could make us do whatever they wanted us to do?

I could not understand the reason why most of us seemed to be willing to fulfil any "mandates established under the legal frameworks". 

Besides, who took those decisions? Who were in charge? Who were them? What were we? Did not we have anything to say?

Why did not start working as a teamwork? 

Why instead of we being tiny crabs competing among ourselves to be the first to find an inexistent exist at the bottom of a plastic pail, we did not join our strength to build a tower to have a look out at least?

There was a chance that together, we could find the way to see beyond our ruined plastic universe and figure out something different. 

When I finished this drawing I did not know its meaning. It was not until much later, when I remembered a proverb that I could understand it. It said something similar to:

"Do not ask fish about water. They will never be aware of its existence unless they get to the shore"

Then I thought that the fish head emerging from a sort of chaotic black ocean could just represent my attempts at driving me out of myself.

Little fish, crabs, guinea pigs. It did not matter to whom I compared myself to!

I just came to the conclusion that the big fish, that powerful dictator that supossedly governed us was not the one we usually believed. 

It was not a fat guy smoking Cuban cigars and drinking daikiri, surrounded by top models on a yatch. No way!

That big fish that tried to devour us was not him. It was not even a man but a very powerful belief that governed us from within. 

The ancient belief that made us accept that those ones who had money and power could rule the world and we were powerless against them.

Of course, It was too hard to admit it! Because if we did it, we would have to accept that what happened outside was a creation of us. 

It was easier for us to believe that "the wicked" ruled the roost throughout the world and mourn that nothing more could be done.

Life was asking us to take action! but making the effort to swim upstream was much more difficult than being carried away by the current of collective consciousness.

Anyway, what could I know about anything? Nothing at all! I was myself the product of my own chaos and the external one.

Nowadays when I see this drawing I just think that I wish one day we could reach the shore and see the whole picture.

Who is responsible for our lives? 

Enlaces / links:

Tears For Fears - Everybody Wants To Rule The World 

Video:

How can we deal with difficult situations in life? | Insights from the Master / Paramahamsa Sri Swami Vishwananda