Gloria Ram

 71. CORAJE/ COURAGE

"El fracaso no existe / Failure does not exist"

Fecha/ date: 16/11/20

Explicación / Explanation:

No dejaba de ver señales a todas horas. 

Las hallaba en frases extraídas del diálogo en cualquier película, en los números que veía continuamente, en la letra de cualquier canción que captase mi atención de repente...

Curiosamente, todo tenía que ver siempre con lo que estuviese rondando por mi cabeza en el momento que se presentaban.

Aquel debía ser el día del número 18 porque había perdido la cuenta de las veces que lo había visto. Recordé que se correspondía con el arcano de la Luna. !Y si había una carta que me resultase difícil de interpretar era esa!

De hecho, no me quedó muy claro su mensaje hasta bien entrada la noche mientras estaba viendo una serie y el 18 apareció de nuevo, esa vez como número de puerta de la casa del protagonista, sonando acto seguido una canción de los 70 que claramente decía: Hazlo.

Inmediatamente comprendí que el tema del blog me estaba drenando. Y una de dos, o lo soltaba pronto o acabaría dejándolo por aborrecimiento.

De una vez por todas, debía sacrificar los mandamientos de mi viejo yo y dar un paso adelante !No podía postergarlo más!. Pensar en lo mismo las 24 horas del día me pesaba demasiado. Me tenía exhausta.

Había llegado la hora de parar la producción y sacar lo que ya tuviera en stock para liberar espacio.

No sólo temía comenzar el 2021 en las mismas que estaba, sino que además el tema del blog estaba despertando en mí recuerdos poco gratos.

Por momentos parecía como si en lugar de estar llevando a cabo algo nuevo estuviese de tour por mi zona de complejos del pasado.

Pero lo peor no era enfrentarme a mi niña tímida o a mi adolescente insegura sino el machaque al que estaba sometiendo a la adulta en la que me estaba convirtiendo, tachándola de inmadura.

No hacía otra cosa que criticarme. 

De repente la mayoría de las láminas me parecían feas. Me decía que hacerlas no tenía ningún mérito, que carecía de valor por completo porque mis dibujos tenían una calidad pésima y además, se notaba a la legua que estaban hechos por una novata.

¿Cómo me atrevía siquiera a pensar en mostrarlas?, ¿y para qué?. Y de todas maneras, ¿quién querría ver mi obra aparte de mí?.

Dibujar llevaba siendo mi refugio y vía de escape toda la vida, desde que recordaba haber cogido un lápiz por primera vez a la edad de cuatro años. 

Mis dibujos y yo habíamos crecido juntos, jamás nos habíamos reprochado nada y pese a los largos periodos que por circunstancias, dejé de dibujar por completo, bien era cierto que nunca había dejado de hacer garabatos. 

Lo había hecho en el trabajo o en casa siempre que hablaba por teléfono, en cualquier cafetería si tenía boli y servilleta a mano, en todos los libros de texto y apuntes del colegio, del instituto, de la universidad y de todos los cursos absurdos que había realizado. 

!Por no hablar de todos los dibujos que había tenido que aniquilar estropajo en mano por haberlos plantado en cualquier pupitre durante las horas lectivas!... Aquello me recordaba todos los años que había perdido paseándome de aula en aula.

A excepción de las clases de filosofía o literatura que tanto me gustaban, no recuerdo una lección en la que no acabase perdida por mi mundo... Así pasaba, que raramente podía dejarle mis apuntes a nadie. Más bien me tocaba pedirlos antes de cualquier examen, porque los míos eran un completo desastre.

!Mis dibujos eran la cosa más valiosa que tenía! Eran mi tesoro y en caso de incendio, el único ser inerte que de veras lamentaría no poder salvar. 

Todas y cada una de aquellas imágenes coloreadas formaban mi historia personal y en realidad, no estaban muertas, sino dormidas y resguardadas del mundo exterior. 

Eran como las muñecas con las que jugaba de pequeña. Al igual que ellas, todas y cada una tenía su personalidad, su historia, su vibración y bastaba con que yo las observase para que cobrasen vida de inmediato.

Láminas en blanco, pinturas y momentos de plenitud absoluta, eran la materia prima con la que mi alma o lo que fuera a través de mis manos, daba forma a todas aquellas imágenes que tanto me contaban.

!Cuando dibujaba tenía la libertad de hacer lo que quisiera, sin censura! Y mis dibujos nunca se quejaban si alguna vez los dejaba a medias o los terminaba apresuradamente porque me apetecía lidiar con otro nuevo.

Lo nuestro era una relación abierta sin reproches donde no había obligaciones ni expectativas. Eramos presente en tiempo presente y sin planes a futuro.

Recordaba  momentos muy duros, en los que de no haber podido expresarme a través del dibujo, creo que me hubiese vuelto loca.

Mis dibujos eran mi oráculo, mi terapeuta, el amigo que conocía todos mis secretos, la voz hecha trazos antes de convertirse palabra, el tiempo invertido del que nunca me arrepentía, el cóctel de intuición, alegría y emoción en acción que nunca me producía resaca, me curaba de todo mal y abría caminos.

Teníamos una relación perfecta.Yo era el amante que se entregaba sin reservas y ellos, el amado que se dejaba querer. Yo les daba la vida y ellos a cambio, hacían que la mía tuviera sentido. Al fin y al cabo, a un amante no le importa tanto ser amado como el tener algo que amar y mi pasión era infinita.

Por eso no entendía nada...¿Por qué de repente lo que era mi pasión ya no me gustaba? !Seguía siendo igual que siempre y no había encontrado algo que me atrajese más!.  

¿A qué venía tanto menosprecio?. ¿Quién era yo en aquel momento, la amante celosa que quiere a su amado sólo para ella o la amante que se avergüenza y lo encierra en un armario porque teme que no esté a la altura de las expectativas estéticas de los que le rodean?.

Hasta aquel momento, jamás había contado con que pudiesen entrar terceras personas en nuestra relación de amor incondicional. Aquello me asustaba, pero si algo me dolía de verdad era sorprenderme de repente, valorando mi obra en función de la valoración que otros le pudiesen dar. 

Si en una relación de dos había algo peor que la infidelidad, eso era la falta de lealtad. Y yo sentía que estaba siendo desleal a lo que amaba y que con mi actitud, me estaba traicionando a mí misma.

¿Cómo podía atacar a lo que era testigo de todos mis estados de ánimo? Mis dibujos me conocían mejor que nadie porque ambos compartíamos la misma experiencia de vida. Ellos narraban una realidad, la mía, y eran la vía a través de cual reflejaba mi viaje en imágenes.

!Pensar que no tenían valor era como infravalorar todos los aprendizajes que habíamos compartido a lo largo de los años!.

Contarle cosas de mi vida a cualquiera y airear mis debilidades no suponía nada comparado con el temor que tenía a mostrar mis dibujos y que alguien se burlara de ellos. 

Al darme cuenta de aquello, me pregunté si en lugar de en una amante posesiva no me estaría transformando en una madre sobreprotectora. 

Sentí que me había convertido en la mamá impotente que cruzando los dedos y con un nudo en la garganta, deja a sus niños en el colegio, sabiendo que posiblemente les harán bullying y ella no estará ahí para defenderlos.

Pese a que criticarme no era agradable, no podía negar que mis críticas tuviesen su razón de ser. No es que yo me las sacara de la manga para hacerme la puñeta. Eran hechos que no podía cambiar y debía aceptar antes de pulsar el botón de publicar.

Mis dibujos no parecían profesionales porque ni lo eran ni lo serían nunca. 

Tampoco yo me había considerado nunca una artista ni pretendía hacerme pasar por una. Jamás había estudiado arte. Era autodidacta y me aburría tanto copiar, que ni siquiera tenía interés en buscarme un tutorial para mejorar mi manera de dibujar. 

Lo que había entre mi obra y yo era cosa de dos. Nuestra unión no era un matrimonio por interés ni una relación profesional. Nos unía el placer, el desahogo, la improvisación, la amistad y claro está, el amor de crear por crear.

Por lo tanto, mis dibujos eran tal y como debían ser, perfectamente imperfectos y no les faltaba nada. Es más, tenían lo esencial: Alma.

Obviamente, su valor no residía en la técnica empleada ni en mi destreza a la hora de llevarlos a cabo, !mucho menos en su acabado inmaculado!, sino en la felicidad de crearlos y en su autenticidad.

Existían gracias a mi experiencia de vida, la cual se iba creando mientras la dibujaba. 

Vivía lo que dibujaba y dibujaba lo que vivía y eso incluía todo lo referente a mi vulgar existencia, que una vez plasmada en un papel pasaba de parecerme frívola a parecerme sagrada.

Mis dibujos existían gracias a mí y yo, con ayuda de ellos y sólo por eso  debía honrarlos. Ellos me inspiraban, no estaban ahí para ser definidos.

Como de todas maneras no había vuelta atrás, me animé diciéndome lo valiosos que eran para mí y que eso era lo único que debía importar.

También pensé: ¿Y si por casualidad hay alguien por ahí a quien le pueda agradar mi obra?. !Aunque se tratase de una sola persona en el mundo!..¿No es mejor compartirla con ese alguien, aunque sea un desconocido al otro lado del planeta, que dejarla escondida en carpetas?. 

La verdad es que dejando a un lado dudas y miedos, no podía negar que trabajar en el blog también me tenía entusiasmada. 

Imagino que me sentía como el que decide hacer puenting y llegado el momento, se caga de miedo antes de saltar pero se muere de ganas por hacerlo.

Llevaba su tiempo explicar las imágenes, hacer un resumen de lo que sucedía en el momento de realizarlas, buscar enlaces que estuviesen relacionados con el tema que tratasen, añadirles su banda sonora...

Pero cada vez que terminaba con una entrada, me sentía safisfecha y de tan buen humor... No sé si sería porque estaba demasiado ocupada que ya casi nunca me enfadaba. 

No había ni rastro de la ira que había sido mi sombra meses atrás. En su lugar, me acompañaba la alegría de comprobar como todo enlazaba a la perfección, como si estuviese lidiando con un puzle infinito y yo me fuese encontrando con todas las piezas que encajaban.

Definitivamente, el miedo a fracasar era menor al miedo de no intentarlo siquiera !Porque el verdadero fracaso no era que mis dibujos no gustasen, sino que yo dejara de hacer algo por temor a no gustar!. 

De todas maneras, si echaba un vistazo a todo lo acontecido en mi vida, ¿no podía resumirla como la acumulación de un montón de fracasos? ¿Y si aquel reto que me había autoimpuesto también traía consigo alguna oportunidad? ¿Cuál? Por el momento sólo se me ocurría una: La experiencia de hacer algo nuevo y salir de dudas, que no era poco.

No pude evitar preguntarme qué querría decirme exactamente cada vez que para animarme me susurraba: !Ten coraje!.

¿Qué significaba eso y en qué consistía? ¿Podía ser que tener coraje consistiera simplemente en aprender a diferenciar qué temer y qué no?... 

De ser así, podía sentirme contenta.!Estaba aprendiendo a hacerlo!... 

Porque para cuando acabé este dibujo, ya me había dado cuenta de que a mi obra le importaba un pimiento cualquier tipo de juicio, ya viniera de mí o de cualquier otro. Era a mi personaje al que le dolía mostrarla porque suponía exponerse más que nunca... !Y hasta eso tenía los días contados!.

Porque ni mis dibujos eran niños indefensos ni yo la madre castradora que quisiera usarlos como escudo.!Había llegado la hora de liberarlos!. 

!Ellos estaban ansiosos de conocer mundo y a mí ya me tocaba animarles a salir del nido, asumiendo todas las consecuencias!

¿No es nuestra experiencia el resultado de un montón de fracasos?

Explanation:

I saw signs everywhere.

I found them in film´s dialogues, in the numbers I continuously saw, in the lyrics of any song that called my atention out of the blue, etc...

Curiously, what I heard or saw had always to do with I had in mind at that precisely moment.

That day should be number eighteen`s day because I had seen it a lot of times. When I noticed that it was related to the moon´s tarot card I felt somewhat discouraged. If there was a tarot card that I could not interpret easily, that was of the moon´s one!.

In fact, it was not later on that I could understand its message. It happened late at night while I was watching a TV series, when I saw number eighteen as the house number of the main character and just after, the sound of a seventies song that simply said: Do it!.

I knew that the message had to do with the blog thing, which was obviously draining me. I should let it go soon!. Otherwise, I would give it up because of my hatred towards it!

I should sacrifice the dictates of my old self and give a step forward. I could not postergate the release of the blog any more because thinking about the same twenty-four-seven constituted a heavy burden I needed to get rid of. I was knackered!

It was high time for me to stop producing and release what I already had in stock to free space in "my data base". 

Not only was I afraid to begin 2021 doing the same activity day after day, but I also experienced great discomfort because a sea of memories was awakened!.

I would say that the situation was becoming worse with every hour that passes. It seemed to be that instead of being doing something new, I was going on tour around the sadness of past memories, which were full of inferiority complexes. 

However, I thought that dealing with my criticism towards the adult I was becoming was even worse than facing my shy girl or my unsecure teenager.

I did nothing else but criticising me.

Suddenly, most of my pictures looked awful to me. I said to myself that creating them had no value because they were of poor quality in terms o design and how they were conducted. Everybody could notice that they had not been drawn by a professional draftperson.

How did I dare to think of showing them?, what for? And in any case, might they be of interest to others?.

Drawing had been my shelter, my way of escape since the first time I remembered having hold a pencil at the age of four. 

My drawings and I had grown together and we had never had nothing to reproach ourselves with and despite the long periods of not drawing at all, I had always kept on doodling. 

I used to do it at any time. At work or at home, everytime I spoke on the phone, at any cafeteria as long as I had a pen and a napkin at hand, on every school, high school, college and useless courses´s text books and notes.

Not to mention, all those drawings that I had to wipe out by means of taking a scourer and begin to scrub because I had created them on any desk, which reminded me of how much time had wasted in classrooms and lecture rooms throughout my life.

With the exception of philosophy and literature lessons, which I really enjoyed, I could not remember any during which I had not got lost in my world of  doodlings. It was therefore not surprsing that I always had to ask for class notes to study for exams. Mine were a mess!

My drawings were the most valuable thing I had! They were my treasure and the only stuff I was sure I would like to save in case of fire.

Each and every image comprised my personal story and they were not inert beings to me. The truth was that they were not dead. They were asleep in folders and fully proteted from the outer world.

The relationship with my drawings and the dolls I played with when I was a little girl was alike. Everyone had a personality, a story and a vibration. They came to life as soon as I stared at them.

Blank sheets of paper, paint, permanent markers, crayons to draw and moments of fullness, were the raw material with which my hands helped my soul or whatever it may be, to give shape to those images that told me so much about me.

When I draw I was free to do whatever I felt like doing, without censorship. My drawings never complained of being abandoned or left half finished. They also seemed to understood those times I rushed to finish them because I was eager to meet a new one.

We had an open relationship without jealously, obligations or expectations. We just shared magic present times that never got spoiled because of future planning.

They were the ones that supported me at the hardest times in my life. I did not know what Iwould have done without them!... 

Because my pictures were my oracle, my therapist, the friend that knew about all my secrets, the voice transformed into pencil lines before turning into words, the spent time I was never felt sorry about, the cocktail of intuition, joy and emotion in motion that never caused me handovers or headaches and opened ways on living and saying still further.

Our union was perfect. I was the devoted lover and they were like the beloved one that left himself be loved by me. I gave them the life and they made my life have sense instead. At the end of the day, a lover did not care about being loved as much as he cared about loving someone or something with infinite passion.

This is why I could not understand my feelings. Why did my passion did not feel like a passion anymore? Nothing had changed in principle! It was still what I like the most!.

Where did that total disdain towards my drawings came from? And, what role I was playing at that point in time? Was it the one of a jealous lover that wanted her beloved one for herself in exclusive or the one of the ashamed lover that wanted to keep him in a wardrobe because she feared that he would not ever live up to the aesthetic expectations of others?.

I realised that up to that stage, I had not thought that there could ever be more people involved in our relationship of unconditional love and that scared me to death! But if there was something painful about the situation was to find myself giving value to my work according to the valuation standards that others may have.

I felt I was being unloyal to what I like the most and as a result, I was also betraying myself.

How could I attack my drawings? They kept a record of all my moods and knew me better than anyone else in the world because both of us shared the same life experience. They told about a reality, mine and it was throughout them that I could express myself and reflect my life journey in images. 

Thinking that they were rubbish was like undervaluing all the learnings we had shared along the years!.

Letting people know about me was nothing compared to the fear I felt when I thought that someone could laughed at my drawings.

I realized that instead of looking like a possesive lover I looked more like an overprotective mother.

Suddenly I felt I was like the impotent mum that kipping her fingers crossed and feeling a knot in her throat, had to leave her children at school despite knowing that they could be bullied and she could not do anything to avoid it.

I had to understand that criticizing myself or my pictures was not nice but necessary. It was not that I wanted to be tough on myself!. That crushing criticism was based on the facts that I was obliged to accept before clicking the "Publish" bottom.

My drawings did not look professional because they were not and they would not ever be. 

I did not consider myself to be an artist either. I had not art studies. I was self taught and was not even interested in searching for a tutorial to learn how to draw better. 

The relationship existent between my drawings and me was not professional either. Our union was not a marriage for convenience or an enterprise. We met each other for pleasure. It was relief, improvisation and friendship that tied us together and what we had was just art for art´s sake!.

So, my designs were exactly as they should be. They were perfectly imperfect but they had a soul.

Obviously, their value did not have anything to do with drawing techniques or my drawing skills. They were precious because of the happiness which I created them with and due to its authenticity.

They existed thank to my life experience, which they helped me to create while drawing. I lived what I draw and I drew what I lived, which obviously included everyting concerning my insignificant existence that once had been reflected on a sheet of paper, looked sacred to me.

The truth was that my drawings existed because of me and I existed with their help. That was the only reason I needed to honour them! Nothing else mattered. My drawings were valuable to me. They inspired me and were not to be defined!

However, I must admit that I also thought: What about if, by any chance, there is someone over there that likes my drawings as well? What about if there is one single person in this world that enjoys them? Is not sharing your drawings with that single person better than keeping on accumulating them in folders? 

Besides, I was also aware of how happy I felt while carrying the task of working on the blog. I seemed to be one of those that decided to do bungee jumping, both scared to death before going ahead but looking forward to living such an exciting experience.

It took me many hours to make the summaries for my drawing´s explanations and add links that were related to them... But every time I finished a blog post, I felt that it deserved the trouble.I was in high spirits!.

It could be due to the fact that I was very busy but I hardly feel angry anymore. That rage that seemed to be my shadow months ago, was not there anymore. It was pure joy what I felt instead. 

Definitely, my fear to failure was not as big as my fear to follow my fears and do nothing. I´d rather feel the failure for not being liked than the failure for not having done anything for the fear of not being liked.

Anyway, had not been my life a continuous sucession of failures? Did not all of them brough me challenges as well? Concerning this particular matter, I could not think of any opportunity except for the one of getting the experience to do something knew and dissipate any doubts.

When I asked myself to be coreageous, What did it mean? 

What was courage? Was not it the discernment of knowing what to fear and what not?

If that was the case, I could feel happy to be learning at last!. By the time I finished this drawing, I already understoond that if my drawings did not care about judgement, I should not care about it either!

It was my character who suffered from thinking of showing them because she knew that by means of doing so, she would be exposing herself... And those days were numbered!. 

Because neither my drawings were defenceless children nor I was a castrating mother that wanted to use them as a shield, it was time for me to release them. 

They were eager to learn about the world and I should encourage them to do it, assuming all the consequences.

Is not our experience the result of our failiures?

Enlaces / links:

Pink fairies / Do it!

Angel número 18, significado espiritual