BUFO ALVARIUS
"Lo que es, es, y es por tu bien"
"What it is, it is, and it is for your own sake"
27/03/23
Explicación / Explanation:
Mi encuentro con el Bufo Alvarius tuvo lugar a finales del 2018, justo el fin de semana antes de comenzar el curso de sociosanitario para personas dependientes en instituciones que duraría seis meses.
No era algo que tuviese en mente hacer.
De hecho, lo que realmente buscaba era un viaje de Ayahuasca (Dibujo 5, "La Experiencia"/2020 diario), pero me daba tanto miedo que, cuando me informaron que el Bufo me llevaba al mismo sitio, pero mucho más rápido, ni me lo pensé.
Cuando aquella mañana de invierno llegué a mi encuentro con el sapo, tenía la cabeza hecha un bombo de tanto pensar, !un montón de información y certezas que no sabía ni por qué las tenía!, y pánico.
Los once días que habían transcurrido entre la toma de la decisión y aquella cita, se me habían hecho eternos. Llevar una dieta estricta sin café ni azúcar, no enfadarme... ¡parecía costarme más que nunca!
Lo que realmente buscaba con aquella experiencia era una pista acerca de qué hacer con mi vida. Sin embargo, cuando me encontré con la pipa entre las manos, lo último que tenía eran preguntas.
De lo nerviosa que me sentía, no me acordaba ni de fumar. Recuerdo que lo último que me dije fue:
-!Que sea lo que sea!
Como era de esperar, el sapo, que no era funcionario de empleo, no me dio ninguna orientación laboral. Sin embargo, me dio algo mucho mejor. Me hizo un reseteo.
O eso creo, porque cuando regresé de aquel viaje exprés, sentí lo que jamás había sentido antes: La gratitud de ser.
Pero si realmente me sentí agradecida, no fue por el hecho de hacerme al fin consciente de la suerte que tenía de disponer de un cuerpo del que disfrutar (aunque también), sino por lo que experimenté que era, más allá de mis, por aquel entonces, 48 kilos de carne y hueso, y mis dilemas existenciales.
Porque una cosa es intuirlo y otra experimentarlo....
Dije que os contaría esta experiencia y hoy después de mucho, ha llegado el día (Dibujo 79."Cabeza de pájaro"/2020 diario)...
El sapito me atrapó de inmediato, sin contemplaciones, sin rodeos y sin resistencia por mi parte. Antes incluso de exhalar el humo, mi mente ya estaba fuera de juego.
Lo recibí deprisa !y por todo lo alto!. Sin cuerpo, sin mente, sin espacio ni tiempo. Dejando de ser para simplemente vibrar.
!Tan difícil de explicar con palabras!... Una experiencia tan gloriosa e intensa, que resultaba incluso insoportable. Jamás había experimentado tanto placer.
Tan preciosa, que sólo recuerdo sentir angustia cuando me vi forzada a aterrizar en el suelo y me hallé una vez más, dentro de este cuerpo que no echaba en falta.
Sinceramente, no resultó nada agradable volver a sentir la densidad de este plano de existencia tras haber visitado mi cielo, como lo denominé.
Fue duro sentir cómo de repente, el todo que formaba un mandala de fuego y la alegría de la energía orgásmica de radiante luz dorada en movimiento, se tornó angustia sobre un fondo turbio de color rojo sangre.
Lo más doloroso fue que, en aquel preciso momento, la medicina aprovechó para extirparme de un latigazo una especie de larva enorme y viscosa que residía en mi coxis.
Tampoco fueron de mi agrado las inmensas ganas de escupir y vomitar que me entraron en aquel momento, las cuales se fueron como llegaron, y acabaron transmutándose en una sensación de profunda paz, que me acompañó en un tour improvisado por los colores de todos mis chacras.
"El veneno se cura con veneno", había escuchado alguna vez . Desde aquella experiencia, no puedo estar más de acuerdo.
Porque para cuando finalmente pude abrir los ojos, todas las células de mi cuerpo reían y bailaban.
Jamás antes el simple el hecho de mirar al cielo me había producido tanta felicidad. Era como hacer algo nuevo y placentero por primera vez.
Al cabo de unos días, sentí que al fin había logrado entrar en este mundo por la puerta grande, y no a hurtadillas, como me daba la impresión de haberlo hecho.
Hasta ese momento, no recordaba haberme planteado antes si merecía estar aquí o no, por temor a la respuesta. Y de repente, sin preguntármelo, contaba con la absoluta certeza de que sí.
La experiencia me mostró que ser yo, lejos de ser un error o un castigo, era un regalo. Al descubrirlo, lo primero que hice fue perdonarme por haber sido tan desagradecida durante tantos años.
Sentirme recién parida a mis cuarenta y tantos, no tenía precio.
No sólo me hizo sentir que tenía la oportunidad de hacerlo mejor de lo que lo había hecho hasta el momento, sino que me ayudó a comprender que para sonreír, bastaba con recordarme que ya estaba en casa.
Desde aquel día, el 8 de diciembre pasé a considerarlo como la fecha de mi segundo cumpleaños.
En cualquier caso, me gustaría aclarar que el verdadero viaje no comenzó cuando inhalé el humo, sino a partir del momento en que volví a tocar suelo, y que no duró ni diez ni quince minutos eternos, sino más de un año. Y creo que todavía continúa...
Para el que se atreva a probar, una advertencia. Hay un antes y un después después de la experiencia, y no hay vuelta atrás. El que no esté por la labor de cambiar, mejor que ni se lo plantee.
Los "primeros efectos secundarios", sentir la hipocresía y las mentiras de los otros, como nunca antes. Y por supuesto, también las mías.
Lo mejor, que ya no me conformaba con sobrevivir y pasar el rato.
Me volví más inconformista, más rebelde, asquerosamente directa y cada día que pasaba, un poco más hereje...
Lo peor, enfermar.
Al cabo de pocas semanas, sufrí toda una cuarentena plagada de problemas de salud, que acabó obligándome a guardar cama y a practicar ayuno de manera forzada. Aquello provocó que se me cerrase el estómago. !Lo pasé fatal!.
Una mezcla de gripe bestial mezclada con virus intestinal con diarrea y vómitos de la que me costó recuperarme dos meses, que en su momento no comprendí y hoy interpreto como una cura de limpieza en profundidad.
El efecto secundario más extraño, fue morirme de ganas por comerme un bocadillo de morcilla, lo cual hice inmediatamente, rompiendo así con la dieta casi vegana que había llevado durante los dos últimos años.
Pero de lo que más me acuerdo son de las muchas ocasiones en las que a partir de entonces he podido disfrutar de la alegría de poder revivir la experiencia, a menor escala, con sólo tumbarme a tomar el sol, y de manera espontánea, y con gran intensidad, durante el sueño... La mejor y más potente, tuvo lugar a los ocho meses exactos.
Desde luego, puedo decir que he amortizado con creces lo que pagué por aquel billete de ida y vuelta, !del que para nada me arrepiento!.
De hecho, a día de hoy sigo pensando que fue una de las mejores inversiones que he hecho en mi vida ( y con ello, que conste que no estoy aquí para recomendarle a nadie que haga nada).
Este dibujo lo terminé justo el día antes de mi experiencia con el Bufo Alvarius.
Me ayudó a tranquilizarme, porque ni dormir podía pensando que corría el riesgo de estar a punto de embarcarme en la peor pesadilla de mi vida, ¡y encima por voluntad propia!
Tenía mucho miedo que mi mente se entrometiese, jugándome una mala pasada.
Fue por eso que me dibujé personificada por la niña de pelo blanco, que soltaba el miedo saliendo del capullo que la contenía, montándose en un sapo y diciéndose:
-Lo que es, es. Y es por tu bien.
Recordándome así que no había nada que temer, porque viese lo que viese, me pertenecía, y me haría bien.
Antes / Before
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Después / After
8/12/18
Explanation / Explanation:
My encounter with Bufo Alvarius took place at the end of 2018, just the weekend before I started my six-month socio-health course to work in public institutions.
It was not something I had in mind to do.
In fact, what I was really looking for was an Ayahuasca trip (Dibujo 5, "The Experience"/2020 diario), but I was so scared that when I was informed that the Bufo would take me to the same place, but much faster, I didn't even think about it.
-Why suffer eight hours if I could shorten it to ten minutes?- I said to myself.
When that winter morning I arrived at my meeting with the toad, my head was a mess from so much thinking, a lot of information and certainties that I didn't even know why I had them, and panic.
The eleven days that elapsed between making the decision and that appointment became eternal. To follow a strict diet without coffee or sugar and not to get angry, seemed to cost me more than ever!
What I was really looking for with that experience was a clue as to what to do with my life. However, when I found myself with the pipe in my hands, the last thing I had were questions.
As nervous as I was, I couldn't even remember to smoke. I remember the last thing I said to myself was:
-Let it be what it will be!
As expected, the toad, who was not an employment officer, did not give me any job guidance. He did, however, give me something much better. He gave me a reset.
Or so I think, because when I returned from that express trip, I felt what I had never felt before: The gratitude of being.
But, if I really felt grateful, it was not for the fact of finally becoming aware of how lucky I was to have a body to enjoy (although I did too), but for what I experienced it to be, beyond my, at that time, 48 kilos of flesh and blood and existential dilemmas.
Because it is one thing to sense it and another to experience it..... I said I would tell you about this experience and today, after a long time, the day has come (Drawing 79. "Bird's head"/2020 journal)...
The little toad caught me immediately, without contemplation, without detours and without resistance on my part. Before I even exhaled the smoke, my mind was already out of the game.
I received it in a hurry, and in a big way! Without body, without mind, without space or time. I stopped being to simply vibrate.
So difficult to explain with words!.... An experience so glorious and intense, that it was almost unbearable. I had never experienced so much pleasure.
So precious that I only remember feeling anguish when I was forced to land on the ground and held once again, inside this body that I did not miss.
Honestly, it was not at all pleasant to feel the density of this plane of existence again after having visited my heaven, as I called it.
It was hard to feel how suddenly, the whole that formed a mandala of fire and the joy of the orgasmic energy of radiant golden light in movement, became anguish on a murky background of blood red color.
The most painful was that, at that precisely moment the medicine took the opportunity to extirpate with a whip a kind of huge and viscous larva that resided in my coccyx.
Nor was I pleased with the immense desire to spit and vomit that entered me at that moment, which went away as they came, and ended up transmuting into a sense of deep peace, which accompanied me on an impromptu tour of the colors of all my chakras.
"Poison is cured with poison", I had once heard. Since that experience, I couldn't agree more.
Because by the time I could finally open my eyes, every cell in my body was laughing and dancing.
Never before had the simple act of looking at the sky brought me so much happiness. It was like doing something new and pleasurable for the first time.
After a few days, I felt that I had finally managed to enter this world through the big door, and not by stealth, as I had the impression I had done.
Until that moment, I could not remember ever asking myself whether I deserved to be here or not, for fear of the answer. And suddenly, without asking myself, I was absolutely certain that I did.
The experience showed me that being me, far from being a mistake or a punishment, was a gift. Upon discovering this, the first thing I did was to forgive myself for having been so ungrateful for so many years.
Feeling like they had just been given me birth in my forties was priceless.
Not only did it make me feel that I had the opportunity to do better than I had done so far, but it helped me understand that to smile, it was enough to remind me that I was already home.
From that day on, December 8th came to be considered my second birthday.
In any case, I would like to clarify that the real journey did not begin when I inhaled the smoke, but from the moment I touched the ground again, and that it did not last ten or fifteen minutes that seemed eternal, but more than a year. And I think it is still going on...
For those who dare to try it, a warning. There is a before and after after the experience, and there is no turning back. If you are not in the mood to change, don't even think about it.
The "first side effects" I remember was to feel the hypocrisy and lies of others, as never before. And of course, mine too.
The best part was that I was no longer satisfied with just surviving and hanging out.
I became more nonconformist, more rebellious, disgustingly direct and every day that passed, a little more heretic...
The worst part was I got very sick.
After a few weeks, I suffered a whole quarantine plagued with health problems, which ended up forcing me to stay in bed and practice forced fasting. This caused my stomach to close up. I had a terrible time.
A mixture of bestial flu mixed with intestinal virus with diarrhea and vomiting from which it took me two months to recover, which at the time I did not understand, and today I interpret as a deep cleansing cure.
The strangest side effect was craving for eating a blood sausage sandwich, which I enjoyed a lot, thus breaking with the almost vegan diet of two years.
But what I remember most are the many times since then I have been able to enjoy the joy of being able to relive the experience, on a smaller scale, just by lying in the sun, and spontaneously, and with great intensity, during sleep ... The best and most powerful one took place at exactly eight months.
Of course, I can say that I have more than amortized what I paid for that round-trip ticket! I don't regret it at all.
In fact, to this day I still think it was one of the best investments I have ever made in my life (and with that, for the record, I am not here to recommend anyone to do anything).
I finished this drawing just the afternoon before my Bufo Alvarius experience.
It helped me to calm down because I couldn't even sleep, thinking that I was about to embark on the worst nightmare of my life.
I was very afraid that my mind would get in the way, playing a dirty trick on me.
That's why I drew myself personified in a little girl with white hair, who let her fear go by going out from the cocoon that contained her, riding on a toad and saying to herself:
-What is, is. And it's for your own good.
Thus I reminded myself that there was nothing to be afraid of, because whatever I saw, it belonged to me, and it would do me good.
Extremoduro - Poema Sobrecogido
Bufo Alvarius
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