Gloria Ram

 

121. DÉJATE MORIR / 

LET YOURSELF DIE  

(parte 2/3 - part 2/3)

"Juego sucio /Dirty game"

Fecha / date: 18/12/21

Explicación / Explanation:

Por aquel entonces, ya habíamos terminado de ver una serie de Netflix que curiosamente se acababa de poner de moda, hasta tal punto, que hasta mis hijos no hablaban de otra cosa, !y no porque les hubiese dejado verla!

Según me contaron los niños, desde que sus compañeros de aula la habían visto, solo jugaban a "matarse", razón por la cual la subdirectora había tenido que prohibir esos juegos... 

!Qué barbaridad! Los niños de antes jugábamos al tejo, también a indios y vaqueros, !y nos matábamos todo el rato!, pero jamás hizo falta que ningún adulto interviniese de árbitro, y mucho menos, que viniese a decirnos a lo que podíamos jugar y a lo que no ( a excepción de "puño vaina" y porque más de uno acabó con una pierna escayolada)

De todos modo, no porque viésemos "V" nos daba por comer ratones, ni porque viésemos "El Gran Héroe Americano" saltábamos del balcón... 

Aunque mejor me callo, que de pequeña fueron tantas veces las que soñé que volaba, que en una ocasión recuerdo haberle preguntado a un vecino:

-Oye, ¿tú te acuerdas del día que vine flotando y aterricé en tu terraza?

Suerte que me sacó de dudas en seguida...

Yo, que me había pasado a niñez jugando en la calle, me pregunté qué estaba pasando en los tiempos que corrían..., ¿a qué estábamos jugando que todo parecía salirse de madre?, ¿demasiada televisión, quizá?

Pudiera ser... Si hasta yo, que había crecido en los tiempos donde la televisión no ejercía  de canguro de ningún niño, contaba en mi historial con una serie y una película que habían marcado mi niñez, y no de forma muy positiva.

La serie de "El Misterio de Salem´s lot", que todavía no comprendo cómo me dejaron ver, provocó que durmiese tapada hasta la cabeza, incluso en pleno verano, y con un pánico atroz a mirar a la ventana de mi cuarto por temor a que apareciese un niño vampiro golpeando el cristal. 

La película, aquella de los melones, como yo la llamo. Desde que la vi en blanco y negro, no había noche que no mirase debajo de mi cama, por si había una vaina preparada para suplantarme durante el sueño.

Por esos motivos procuraba que mis hijos no viesen películas de terror... Género que curiosamente había sido mi favorito hasta que me quedé embarazada y tuve que dejármelo porque la barriga se me ponía dura como una piedra.

En cualquier caso, para zanjar el tema, a mis hijos les conté de qué iba la serie y mi conclusión acerca de la misma. Según mi interpretación, dos mensajes podían extraerse como moraleja. 

El primero, lo peligroso que puede ser un ser humano en "modo supervivencia", y el segundo, la importancia de perdonarse los errores y de trabajar por mantenerse "integro" hasta el final, pase lo que pase.

Y pese a que no me hacía mucha gracia, a ambos les di la opción de ver la serie, si tanta curiosidad tenían. 

Con mi pequeño me bastó con mostrarle un trocito del final del capítulo uno, para que se le quitasen las ganas. Con el mayor lo tuve mucho más fácil, fue oír la palabra sangre y perdió todo interés.

En cualquier caso, tampoco me parecía que fuese para tanto... Lo que de veras me sorprendía era que los padres dejasen ver a sus hijos cualquier cosa, y luego pusiesen el grito en el cielo.

También he de decir que sólo contaba con la versión de mis niños, por lo que no sé muy bien qué habría pasado para que los mayores hubiesen tenido que intervenir en los juegos de patio. 

No sabía si realmente había sido necesario o si hubiese bastado con hacer la vista gorda porque ya se les pasaría la novedad.

¿No sería que le estábamos cogiendo gustillo a eso de prohibir?

No sé de la experiencia del resto de adultos, pero basada en la mía puedo decir que nada resulta tan atractivo de hacer como cuando te prohíben que lo hagas...

La verdad, nunca sabré si fue para tanto... Solo me di cuenta de lo confundidos que estaban mis niños, que no entendían los nuevos juegos en el patio de recreo porque no habían visto la serie.

También yo me sentía confundida, y no por ficción ni por juegos.

Aparte de mi decepción en general con mucha gente, me sentía decepcionada por el comportamiento de un amigo íntimo en particular, el cual parecía querer tenerme a su servicio las 24 horas del día, !como si no tuviese cosas mejor que hacer! Aquello a mí sólo me indicaba que no debía quererme tanto como decía...y me causaba tristeza.

También me sentía atemorizada, y no por terrores nocturnos, precisamente.

¡Mis sueños no eran nada comparados con las pesadillas que me acosaban en el momento de despertar!

Lo que más temía, estaba teniendo lugar, y yo intentaba mantenerme en el centro del huracán para no salir volando por los aires. 

Lo bueno, al menos ya no me costaba reconocer que sentía miedo, aunque no supiera muy bien a qué, si a la discriminación, al rechazo o a la impotencia de verme impotente...

Lo de que a partir del día 3 de diciembre, se me prohibiese la entrada a los locales de ocio nocturno, me jodía, y mucho. Ya no por el tema de dejarme las salidas una temporada, !me había pegado unas cuantas fiestas y un poco de descanso no me venía mal!, sino por el motivo por el cual me quitaban el derecho a fiesta. 

El tema me tenía agotada... En el supermercado, en la peluquería, en el bar, !a todas horas! Mi dialogo interior, tampoco me servía de ayuda.

¿De qué manera hago para sentirme conectada con todos esos a los que por una decisión personal parezco causar rechazo?, ¿ cómo he pasado de ser recibida en sitios con los brazos abiertos a ser un cliente poco grato?, ¿y por qué todo el mundo acepta lo que está pasando sin decir nada?

Me había convertido en una apestada. Pero sin duda, lo peor no era eso, sino la contradicción que me suponía saber que todos éramos uno y sentirme tan lejos de poder sentirlo, porque cada día me sentía más excluida. 

¿De qué servía todo mi esfuerzo por aceptar y respetar a todos, dijesen lo que dijesen, cuando los demás ni siquiera parecían dispuestos a aceptar que como individuo tenía derecho a decidir y pensar lo que me diese la gana?

-Bueno, tendré que aceptar que no me acepten - me dije.

Pero, ¿y mis hijos? Pensar en ellos era lo que más ansiedad me causaba. 

Como menores que eran, yo había decidido por ellos y no sabía cómo les podía afectar. Aparte, temía a la reacción de su padre, que nunca me ponía las cosas fáciles.

El día que recibí un correo notificándome la fecha en que los sanitarios pasarían de ruta por el colegio, mi malestar se multiplicó.

Lo que más me alarmaba era ver como en el chat de las madres, nadie parecía plantearse la opción de negarse. 

De hecho cuando llegó aquel 17 de diciembre, día en el que no llevé a los niños al colegio, las madres parecían más preocupadas por estar presentes o por si el evento tenía lugar en una carpa o en un aula, que por lo que le podrían suministrar a sus hijos. 

Ninguna parecía tener dudas ni pensamientos de no llevar a su hijo ese día. Sentí tal impotencia que pronto decidí dejar de leer los whatsapp. Lo último que leí fue:

-¡Haremos lo que nos digan!- decían muchas. !El peor argumento que he oído en la vida, y el peor que me pueden dar a mí!

A mi parecer, les daba más miedo no encajar por no seguir a las demás que si lo que le pudieran inyectar a los niños podía ser perjudicial para ellos.

Total, que al final, que yo sepa, solo mis hijos no acudieron a la cita, de entre todos los de su clase. 

Y yo me pregunté: 

-¿Hasta dónde está la gente dispuesta a llegar con tal de que la tachen de "insolidaria"?, ¿les merece la pena? 

Encima, me sentía molesta porque estábamos en vísperas de Navidad, y todavía no sabía si podríamos pasar unos días en Barcelona. No nos atrevíamos a sacar los billetes de tren, por si a última hora cambiaban la normativa y tampoco se nos permitía viajar.

De hecho, había rumores de la amenaza de un nuevo confinamiento. !Aquello era peor que el anuncio de turrón "El Almendro", que vuelve a casa por Navidad!

 

Deseando que llegasen las vacaciones de Navidad, ¿y qué teníamos? La implantación de toques de queda y la amenaza de no poder celebrarlo como nos diese la gana, !otro año más!

Para colmo, las redes... 

Las pocas veces que entraba, oía de todo…. 

-Si total fumáis, ¡qué más os da!, ¿ no envenena más el tabaco?- decía uno que por las fotos que subía parece no hacía otra cosa que hincharse a comer carne roja y azúcar. 

-¿Tú me vas a decir lo que tengo que hacer?, ¡aquí cada uno se suicida como quiere!- me dieron ganas de comentar, pero me las tragué, porque ¿para qué? !Lo que menos necesitaba era que me cayese un aluvión de críticas! Ya tenía bastante con morderme la lengua e intentar mantener la calma.. 

Eso ya lo hacía no yendo al cole a presentar una queja.

!Tenía guasa la cosa! Los médicos no nos atendían en persona y los maestros de escuela se habían vuelto especialistas en medicina. 

Mis hijos no necesitaban que sus compañeros les señalasen con el dedo por ser los únicos en no entregar el papelito firmado que excluía al colegio de toda responsabilidad. Mucho menos, recibir charlas sobre las maravillas de la ciencia, lecciones de como ser buenos samaritanos ni buenos ciudadanos. !Tampoco que les colgasen el Sambenito de "asesinos en serie"!

-Pues si no os dejan entrar a un bar, !os jodéis!- escuché que decía una periodista, que no contenta con eso también puntualizó que lo mejor que se podía hacer era  cercarnos y mantenernos aislados.

-!Mejor que eso!, ¿por qué no propones que nos prendan fuego? - dije para mis adentros, acordándome de la serie del niño ciervo de Netflix.

Acaso, ¿la palabra libertad ya no figuraba en el diccionario?, ¿se había quedado la Diosa de la Libertad en paro?, ¿de qué manera le habían comido la bola a la gente para que llegasen al punto de dar por sentado que ya no había libertad, sino sólo órdenes que cumplir?

A mí lo que más me preocupaba era que por comportarnos de la manera en la que lo estábamos haciendo, al final, hasta cambiasen la definición de libertad en el diccionario.

De seguir así, pasaría de ser definida como "la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos", a definirse como "la tendencia que tiene el hombre de obrar dependiendo de cualquier normativa que en un momento determinado se considere cívica".

Estaba de lo más irascible. !No podía más! Sólo tenía ganas de gritar: 

-¡Que os jodan a todos, y a la mierda vuestros juegos!  

Explanation:

At that time, we had already finished watching a Netflix series, which curiously became fashionable, to such an extent that even my children did not talk about anything else, and not because I had let them watch it!

According to what the children told me, since their classmates had seen it, they only played "kill each other" in the playground and that the vice-principal had forbidden such games.... 

How awful! We kids used to play shuffleboard, cowboys and Indians, and we killed each other all the time, but there was never any need for any adult to intervene as a referee in our games, much less to come and tell us what we could and could not play (with the exception of "puño o vaina" game, and just because more than one of us ended up with a leg in plaster).

Anyway, it wasn't because we saw "V" that we ate mice, nor because we saw "The great American hero" that we jumped from the terrace... Although I'd better shut up! As a child I dreamt so many times that I was flying, that I remember asking my neighbor once:

-Hey, do you remember when I landed on your terrace?

Fortunately, he got me out of my doubts right away.

I, who had spent my childhood playing in the street, wondered what was going on in these times..., what were we playing at that everything seemed to be getting out of hand?

It could be... Even I, who had grown up in the times when television did not babysit any child, had a series and a movie that had marked my childhood, and not in a very positive way.

The "Mystery of Salem's Lot" series, which I still don't understand how I was allowed to watch, caused me to sleep covered by a sheet up to my head, even in the middle of summer, panicking to look at my bedroom window in case I suddenly saw a vampire child knocking on the window glass. 

The movie I'm talking about, the one with the melons, as I call it. Ever since I saw it in black and white, there was no night that I did not look under my bed, in case there was a pod ready to supplant me during my sleep.

For those reasons I tried to keep my children from watching horror movies.... A genre that curiously had been my favorite until I got pregnant and my belly got as tough as old boots.

In any case, to put the matter to rest, I told my children what the series was about and my conclusion about it. As I had interpreted it, two messages could be drawn as a moral. 

The first, what a human being would be willing to do in "survival mode" and the second and more important, the importance of forgiving yourself for  any mistakes and staying "whole" until the end, trying to live in integrity, no matter what.

Despite my thougts, I gave them both the option to watch the series, if they were so curious. With my youngest, it was enough for me to show him a little piece of the end of chapter one, to make him change his mind. With the older one I had it very easy, he just heard the word "blood" and lost all interest.

In any case, I didn't think it was such a big deal. What really surprised me was that parents would let their children see anything, and then screamed blue murder.

I must also say that I only had my children's version, so I didn't really know what had happened to make the adults intervene in the playground games. 

I didn't know if it had really been necessary to intervene or if it would have been better to turn a blind eye, as the novelty would wear off. I didn't know if it had been necessary to prohibit those games or if we were just getting a taste for prohibitions.

I don't know about the experience of other adults, but based on mine I can say that nothing is as attractive to do as when you are forbidden to do it....

Truth be told, I'll never know if it was that big of a deal. I only knew how confused my kids were, who didn't understand the new playground games because they hadn't seen the series.

I was confused, too, and not because of fiction or games.

Apart from my general disappointment with many people, I was disappointed by the behavior of one close friend in particular, who seemed to want to have me at his service 24 hours a day, as if I didn't have better things to do! This only indicated to me that such a friend did not love me as much as he said he did....

I also felt somewhat frightened, and not by night terrors, precisely. 

My dreams were nothing compared to the nightmares that plagued me at the moment of awakening!

What I feared most, was taking place and I was trying to stay in the center of the hurricane so as not to get blown away. 

The good thing, at least it was no longer difficult for me to recognize that I was scared, even if I didn't really know what to be afraid of, whether it was discrimination, rejection or the impotence of seeing myself powerless...

The fact that as of December 3, I was forbidden to enter nightlife venues, really pissed me off. And not because of the issue of leaving the outings for a while, I had had a few parties and a little rest was not bad for me!, but for the reason why I no longer had the right to party. 

The subject had me exhausted... At the supermarket, at the hairdresser's, at the bar, all the time! My inner dialogue was no help either.

How do I feel connected to all those who by personal choice seem to reject me, how have I gone from being welcomed in places with open arms to becoming an unwelcome customer?, and why does everyone just accept it without saying anything?

I felt that they wanted to isolate me like a stinker, when all I did was think for myself. Was I some sort of plague? All I did was think of myself!

Undoubtedly, the worst thing was not that, but the contradiction that I felt knowing that we were all one and feeling so far from being able to feel it, because I felt more and more excluded every day. 

What was the point of all the effort to accept everyone, no matter what they said, when no one seemed to recognize my individual right to decide by myself?

-Okay, I will accept that I am not accepted- I said to myself.

But, what about my children? Thinking about them was what caused me the most anxiety. As minors, I had decided for them and I didn't know how it would affect them.  Besides, I was afraid of their father's reaction, who never made things easy for me.

The day I received an e-mail notifying me of the date when the sanitation workers would be on their way to the school, my uneasiness multiplied.

What alarmed me the most was to see how in the mothers' chat room, no one seemed to consider the option of refusing. 

In fact, when it came to December 17, the day I didn't take the children to school, the mothers seemed more concerned about being present or whether the event was taking place in a tent or a classroom than what they might be giving their children.

None of them seemed to have any doubts or thoughts of not taking their child that day. I felt so helpless that I decided to stop reading the whatsapps.

-We will do whatever they tell us- many of them said. The worst argument I have ever heard in my life!

In my opinion, they were more afraid of not fitting in by not following the others than of what they might inject into the children. In the end, as far as I know, only my children did not show up, out of all the children in their class. 

And I asked myself: 

-How far were people willing to go to fit in and not be labeled as "unsupportive"?, does it deserve the trouble?

 

On top of that, I was upset because on the eve of Christmas, I still didn't know if we would be able to spend those days in Barcelona. We did not dare to take out our train tickets, in case at the last minute they changed the regulations and we were not allowwed to travel.

In fact, there were rumors of the threat of a new confinement. It was like the "El Almendro" nougat commercial, coming home for Christmas!  Looking forward to the Christmas vacations, and what did we have? The torture of curfews and the threat of not being able to celebrate as we pleased.

-If you all smoke, who cares, doesn't tobacco poison more?- said one who, from the photos he uploaded, seemed to be doing nothing else but gorging himself on red meat and sugar. 

-You're going to tell me what to do? Here everyone commits suicide as they wish-I felt like commenting, but I I did not. The last thing I needed was a barrage of criticism! I already had enough to bite my tongue and try to keep calm...

I was already doing that by not going to school to complain. It was a funny thing! Doctors didn't see you in person, but school teachers had become medical specialists. 

My children didn't need their classmates pointing fingers at them for being the only ones who didn't hand in the signed paper that .... released the school from any responsibility. Much less receive lectures on the wonders of science, lessons on how to be good Samaritans or good citizens. Nor to be stigmatized as serial killers!

-Well, if they don't let you into a bar, fuck you," I heard a journalist say somewhere, and not content with that, she also pointed out that the best thing to do was to fence us in and keep us isolated.

-Better than that, why don't you propose that they set us on fire? - I said to myself, remembering the series of the deer boy.

Was the word freedom no longer in the dictionary? Poor goddess! (Drawing 112.  "The Goddess of Freedom"/2021 journal). 

In what way had the people been eaten their head off so that they had reached the point of taking it for granted that there was no more freedom, but only orders to be followed?

If it continues in this way, freedom would go from being defined as "the natural faculty that man has to act in a certain way, and not to act, so that he is responsible for his actions", to being defined as "the tendency that man has to act depending on any regulation that at a given moment is considered civic".

I was in the most irascible mood. I couldn't take it anymore! I just wanted to scream: 

-Fuck you all, and fuck your games!  

Fuck you and fuck your game / various artists

Gabiondo - Gripe A Negocio del Miedo

Puño Vaina

El Juego del Calamar