Gloria Ram

 135. LA IMAGINACIÓN AL PODER/

THE POWER OF IMAGINATION

"Viviendo en Neptuno" / 

"Living in Neptuno"

Fecha / date: 20/02/22

"Si mantienes la mente tranquila, la vida parece más sencilla."

"If you keep a calm mind, life seems simpler."

Explanation:

Recientemente, había escuchado el vídeo de un conferenciante que sugería que nos planteásemos dejar de quejarnos, y optásemos por preguntarnos qué tipo de sueño teníamos que soñar para transformar esta realidad. 

Me gustó tanto, que no tardé mucho en subir un post con aquella sugerencia. ("Creer es crear", publicado en febrero 2021/ Otros dibujos).

Por aquellos días aprovechaba cualquier momento para dibujar, e incluso madrugaba todo lo que podía para poder hacerlo sin interrupciones.

Parecía estar poseída por la energía de aquella carta de tarot con la que tantas veces me había identificado, La Emperatriz, el arcano III, por aquello que decían de su abundancia en energía creativa. 

Cuanto más dibujaba, más ganas tenía. Cuanto más lo hacía, más contenta me sentía.

Estaba encerrada en mí misma, pero poco quedaba de la Gloria taciturna de semanas atrás. Me sentía de muy buen humor.

No había placer más grande para mí que ver la transformación de láminas en blanco en montones de imágenes. 

Me sentía la mujer más rica del mundo porque poseía un imperio de sueños, tanto diurnos como nocturnos.

Eso sí, mi vida social quedó más que nunca reducida al café por las mañanas en el bar de la esquina...

Según la hora que fuese, me encontraba con unos u otros clientes habituales.

Estaban los de las siete y pico de la mañana, los que acudían entre las ocho y las nueve, los que se pasaban más tarde...

Los conocía a casi todos de vista, y solía conversar con la mayoría de los que se sentaban en la terraza. 

Durante aquellos días, llamó mi atención que gente con la que apenas había coincidido, se sentase cerca y acabase hablándome de temas muy personales.

 -!Qué extraño!, no suelo hablar de estos temas con nadie...-acababan diciéndome  al cabo de un rato.

Ya me había pasado antes, más nunca de manera tan continuada, !y con tanta gente de la que no sabía ni el nombre!

De todos modos, recordar nombres nunca será lo mío... A base de repetirlos, algunos se me quedan, pero la mayoría se me olvidan tan pronto los oigo. Le pongo atención a otras cosas, supongo.

Recordar las caras se me da un poco mejor, aunque no siempre...

En cuanto a las historias, me di cuenta de lo capaz que era de escucharlas con mucha atención y sin ninguna intención. 

Podía disfrutar de mi café en compañía, intentar no caer en la trampa de hacer juicios o dar consejo, !porque sabía que era la primera que no tenía ni idea de nada!, y no llevarme nada a casa.

Se podría decir que, como confidente, era un chollo. A mí nadie tenía que pedirme que le guardase un secreto. Los dejaba todos en la mesa del bar. 

¿Para qué retener información?, ¡ni megas ni ganas! 

Más aún durante aquellos días, en los que al fin mi mente parecía estar más serena, lo cual no significa que mi cabeza no estuviese tan desordenada como mi mesa de dibujo, !que ya es decir!

Supongo que si me notaba más tranquila, no era porque mi mente estuviese más despejada, sino porque se hallaba tan repleta de imágenes, que sobraban las palabras. 

Mis ganas de dibujar se llevaban todo el tiempo libre del que disponía. De hecho, no había día en el que no me propusiese comenzar a meditar, pero nunca lo hacía.

¿Cómo iba a tumbarme o a sentarme en postura incómoda con los ojos cerrados, pudiendo estar viajando con una de mis láminas? No podía coger aviones, ¡pero podía crear mundos!

Además, no podía obligarme. Nunca forzarme a hacer algo me dio buenos resultados.

Para colmo, llevarme mi centro de operaciones ( Dibujo 96 (2) "Un viaje creativo de tres meses"/ Diario 2021) al gimnasio, tampoco fue lo mejor que pude hacer por mi cuerpo.

El banco de gimnasia, la elíptica y la bicicleta estática jamás podrían competir con una mesa repleta de pinturas. 

Siempre me había gustado verme tonificada. Echaba de menos tener un cuerpo en forma, pero de eso me olvidaba en cuanto me sentaba en la silla y cogía un lápiz. 

Me interesaba más pasar tiempo con mis dibujos que mi salud o apariencia física. Hasta tal punto que, a menudo, salía a la calle con la cazadora vieja manchada de pintura con la que solía dibujar, y parecía una vagabunda.

La única manera de mover el culo que tenía era alejándome al máximo de mi isla de las tentaciones... Es decir, poniendo kilómetros de distancia, yéndome de paseo por la huerta.

Pero a menudo, me perseguían tantas imágenes que, en cuanto salía por la puerta, ya me estaba muriendo de ganas de volver a casa. No para capturar alguna en concreto, ¡porque eso no funcionaba!, sino para sumergirme en la experiencia de dibujar y descubrir las nuevas que fuesen apareciendo.

No sabía muy bien si lo mío se podía llamarse ensoñar, u otra cosa.

Lo único que sabía era que la visión de imágenes en movimiento rondando por mi cabeza parecía haberse triplicado en los últimos tiempos.

Las tenía hasta el momento justo antes de quedarme dormida, aunque hubiesen transcurrido horas sin que tocase un lápiz, ¡y también en sueños!, aunque dibujar fuese lo último en lo que estuviese pensando...después de haber saciado mi hambre, de manera intensiva y durante tantas horas, que me dolía todo el cuerpo.

Durante aquellos días me di cuenta de una cosa:

Que al igual que pasaba con las conversaciones que  mantenía con los demás, las imágenes venían igual que se iban. 

Las disfrutaba, pero no retenía ninguna. Es más, ni siquiera lo intentaba. !Y eso era  emocionante!, porque me daba la mayor libertad que podía tener: 

La libertad de dejarme llevar en la aventura de no saber, de no dar nada por supuesto. 

De la gente me quedaba con su esencia, no con sus datos. Las imágenes que finalmente daban vida a una hoja en blanco, nunca eran buscadas, sino las que venían.

Fue al pensar en eso que me planteé aplicar mi manera de hacer cuando conversaba o dibujaba, a la hora de manejar mi mente. 

Lo primero que hice fue preguntarme de qué me servía hacerme tantas preguntas.

¿Para qué darle tantas vueltas a todo?, ¿por qué no aprender a usar mi mente sólo cuando fuese estrictamente necesario? 

De ese modo, en lugar de ensuciarla con tantos datos, la mantendría cada vez más despejada, y cuando de veras la necesitase, no iría tan lenta como mi ordenador, en el que también tiendo a acumular un montón de basura.

-Tendré que añadir también "deshacerme de preguntas" a mi lista imaginaria de renuncias - me dije, sabiendo lo difícil que sería mantener mi mente tranquila para que la vida me pareciese más sencilla. 

Fue entonces que me fijé en el rostro de la chica que había dibujado y exclamé:

-¿Y tú dónde estás?, !en Neptuno, por lo menos!

Su mirada soñadora parecía estar muy lejos de aquí. Imaginé que estaría pensando en lo que había dicho el conferenciante. 

Fue entonces que sentí curiosidad acerca de en qué planeta tendría a Neptuno en la carta natal.

-!Menos mal!, !qué bien!- exclamé tan entusiasmada como un sagitario lo haría....

A pesar de que no tenía mucha idea de qué significaba tener a Neptuno en sagitario, y mucho menos qué influencia tendría la "R" que le acompañaba. 

Al observar mi carta, me percaté de que tenía tantos planetas retrógrados, que si mi madre hubiese sabido de astrología, en lugar de Gloria María me habría llamado "Mari Retro".

La cuestión es que decidí romper el silencio que me acompañaba mientras hacia esta lámina para escuchar videos relacionados con el tema. 

Fue así como pasé de ver sólo la cara A, a ver también la cara B de Neptuno. 

-!Y  yo que me creía que me sentaba bien la energía pisciana! (Dibujo 135. "Todo y nada"/ 2022 diario)-me quejé.

La posición de Neptuno en mi carta me hablaba de la facilidad para soñar y de mi capacidad para encantarme con las pequeñas cosas, de ideales y principios éticos propios, de la búsqueda de la verdad, de la necesidad de libertad creativa...Decía que tenía el poder de la imaginación.

Pero también me hablaba de confusión, dificultad de concentración, incumplimiento de horarios, objetivos poco claros, y de cómo mi tendencia a aprovechar la comodidad escapista de un mundo imaginario podía llevarme a sentirme al margen de lo que sucedía a mi alrededor, !cosa que me sucedía cada dos por tres, y debía evitar por todos medios!

Se suponía que uno de mis grandes desafíos era desarrollar la intuición, aprovechando mi creatividad e imaginación para hacer "algo más". 

-Pero, ¿el qué?

Pedí una pista. Quería saber de qué manera podría participar en la creación de un sueño con el que colaborar a transformar esta realidad.

No hallé respuesta. 

Sólo intervino mi mente para decirme que ese objetivo era demasiado elevado.

-¡Déjame en paz, que a ti no te he preguntado!...

Explanation:

I had recently listened to a video of a speaker who suggested that we should stop complaining and ask ourselves what kind of dream we had to dream in order to transform this reality. 

I liked it so much that it didn't take me long to upload a post with that suggestion ("Believing is creating", published in February 2021/ Other drawings).

In those days I took advantage of any time to draw and even got up as early as I could to be able to do it without interruptions.

I seemed to be possessed by the energy of that tarot card with which I had so often identified, The Empress, arcane III, because of what they said about her abundance of creative energy. 

The more I drew, the more I looked forward to it. The more I did it, the happier I felt.

I was wrapped up in myself, but little remained of the taciturn Gloria of weeks before. I was in a very good mood.

There was no greater pleasure for me than to see the transformation of blank sheets of paper into piles of images. 

I felt like the richest woman in the world because I possessed an empire of dreams, both day and night.

But my social life was more than ever reduced to coffee in the morning at the corner bar...

Depending on the time of day, I would meet different types of regular customers.

There were those who came at seven o'clock in the morning, those who came between eight and nine o'clock, those who came later....

I knew almost all of them by sight, and I used to chat with most of those who sat on the terrace.

I rarely knew their names.They just were the one who had overcome lung cancer, the mother of the drug addict son admitted to Proyecto Hombre, the old man with the cane, the working couple, the truck driver with glasses, the religion teacher, the one who spent his summers in Africa, etc....

Anyway, remembering names will never be my thing. By repeating them, some of them stick, but most of them are forgotten as soon as they're said to me. I pay attention to other things, I guess.

It's a good thing I was a little better at remembering faces, although it is not always the case.

Anyway, during those days I was struck by the fact that people with whom I had barely coincided, sat close to me and ended up talking to me about very personal topics.

 -Strange, I don't usually talk about this with anyone...- they ended up telling me after a while.

It has happened to me before, but never in such a continuous way.

 

As for the stories, I realized how I could listen to them very attentively and without any intention. 

I enjoyed my coffee in company, tried to avoid falling into the trap of making judgments or giving advice, and tried not to take anything home with me.

You could say that, as a confidant, I was a bargain. Nobody had to ask me to keep a secret. I left them all on the bar table.

Why withhold information, no megs, no desire!

Even more so, during those days when my mind finally seemed to be calmer, which doesn't mean that my head wasn't still as messy as my drawing board!

I guess if I felt calmer it wasn't because my mind was clearer. The only difference was that it was so full of images that words were superfluous. 

My desire to draw took up most of the free time I had. In fact, there wasn't a day that went by that I didn't set out to start meditating, but I never did.

How could I lie down or sit in an uncomfortable position doing nothing, when I could be traveling with one of my drawings? I couldn't take planes, but I could create worlds!

Besides, never forcing myself to do something gave me good results.

To make matters worse, taking my operation center ( Drawing 96 ( 2) "A three months creative journey"/ 2021 journal) to the gym was not in my body's best interest either.

The exercise bench, elliptical trainer and exercise bike could never compete with a table full of paints.

I had always liked to look toned. I missed having a fit body, but I forgot about that as soon as I sat down in the chair and picked up a pencil.

I was more interested in spending time with my drawings than in my health or physical appearance, to such an extent that I often went out on the street with the old jacket stained with paint that I used to draw with, with which I looked like a beggar.

The only way I could move my ass was to get as far away as possible from my island of temptations... That's why I used to walk in the countryside. 

But, sometimes I was haunted by so many images that, as soon as I walked out the door, I couldn't wait to get back home. Not to capture any of them in particular, because that wouldn't work!, but to get immersed on the experience of drawing and discover new images.

I didn't quite know how to describe what I was doing. If mine could be called dreaming, or something else.

The only thing I knew was that the vision of moving images hovering in my head at all hours seemed to have tripled.

I had them until the moment just before I fell asleep, even if hours had passed without me touching a pencil, and even if drawing was the last thing I was thinking about, after having satiated my hunger intensively and to the point of ending up with a sore body.

I realized that just as with the conversations I was having with others, the images were coming as well as going. 

I enjoyed them, but I didn't retain any of them. In fact, I didn't even try. And that was most exciting!

It gave me the greatest freedom I could have, the freedom to let myself go on the adventure of not knowing, of not taking anything for granted.

I was left with the essence of people, not with their data. The images that finally gave life to a blank sheet of paper were never the ones I looked for, but those that came to me.

It was when I thought about the aforementioned, that I thought of applying my way of doing what I liked most, whether it was talking or drawing, when it came to managing my mind.

I asked myself what was the point of asking myself so many questions, why give so much thought to everything, why I did not learn to use my mind only when strictly necessary, why instead of dirtying it with so much data I did not focus on keeping it more and more clear so that it would not be as slow as my computer, in which I also tend to accumulate a lot of garbage.

-I'll have to add "giving up questions" to my imaginary list of disclaimers as well - I said to myself knowing how hard it would be to keep my mind at ease to make life seem simpler. 

It was then that I looked at the face of the girl I had drawn and exclaimed:

-And where is your mind?, in Neptune or further!

Her dreamy gaze seemed to be far away from here. I imagined she was thinking about what the speaker had said. 

It was then that I became curious about what planet I would have Neptune on in my natal chart, just to situate myself a bit, and decided to take a look at it. 

-That´s great, how nice!- I exclaimed as enthusiastic as a Sagittarius would do ....

Although I had no idea what it would mean to have Neptune in Sagittarius, let alone what influence the accompanying "R" would have. 

And when I looked at my chart, I realized that I had so many retrograde planets that if my mother had known about astrology instead of Gloria, she would have called me "Mary Retro".

The point is that I broke the silence that accompanied me while I was drawing to do it accompanied by videos that talked about the subject.

That's how I went from seeing only the A side to see also the B side of Neptune. 

And I thought that the Piscean energy was good for me! (Drawing 134."All and nothing"/ 2022 journal)- I complained.

The position of Neptune in my chart spoke to me of the ease of dreaming and my capacity to be enchanted by little things, of ideals and ethical principles of my own, of the search for truth, of the need for creative freedom...It said that I had the power of imagination.

But it also spoke to me of confusion, difficulty concentrating, missed schedules, unclear goals, and how my tendency to take advantage of the escapist comfort of an imaginary world could lead me to feel detached from what was going on around me, something that usually happened to me!

One of my great challenges was supposed to be developing intuition, harnessing creativity and imagination to do "something else". 

-But what?

I asked for a clue. I wanted to know how I could participate in the creation of a dream that would serve to transform this reality.

No one answered. 

Only my mind intervened to tell me that it was a too lofty goal.

-Leave me alone, I didn't ask you!... 

A perfect circle- Imagine

Kathleen- Pure imagination

Carl Jung- The power of imagination

Planetas retrógrados