Gloria Ram

 

156. ZONA DE CONFORT / 

COMFORT ZONE

(Parte 1/2 - Part 1/2")

" Un nido de egoismo"/

"A nest of selfishnes"

Fecha /date:  17/07/22

Explicación /Explanation:

Cuando comencé este dibujo los niños se encontraban pasando la quincena conmigo. 

Hacía tanto calor que sólo podíamos salir de casa a últimas horas de la tarde, y eso hacía que la convivencia se complicase muchísimo.

Cuando las cosas se ponían tensas, traía a mi mente una de las últimas meditaciones que habíamos hecho en Yoga kundalini. 

Para hacerla, se nos había pedido escoger un papelito al azar que contenía una palabra en la que debíamos reflexionar a lo largo de toda la sesión. 

A mí me tocó "refugio". 

Aquel papelito lo partiría por la mitad, en un descuido, mucho antes de que llegase el momento de hacer la meditación... En cualquier caso, me centré en descifrar qué significaba aquella palabra para mí, en aquel momento. 

Primero la relacioné con los momentos de paz interior que hallaba dibujando.

Después, conmigo dentro de este cuerpo perecedero que me contenía, y en el que tan a gusto me sentía tras una sesión de yoga kundalini.

Y finalmente, como el hogar que creo para los que conviven conmigo (Dibujo 17."Mujer Elefante"/2020 diario). 

Esto último me hizo recordar que, si de veras deseaba convertirme en ese hogar que tanto los otros como yo deseábamos habitar, no era ni en mi cuerpo ni en mi mente dónde debía habitar, sino en mi corazón, ¡y no lo estaba haciendo!

Estábamos en julio, bajo la influencia del signo de cáncer, y aquella energía, hogareñamente densa, me lo ponía extremadamente difícil.

La sentía tan intensamente asfixiante como el aire tórrido de la calle, y eso hacía que tuviese que esforzarme el doble por controlar mis reacciones.

¡Estaba explosiva! Me costaba horrores evitar que mis pensamientos o mis emociones tomasen el control de las situaciones, y todo ello por culpa del agobio por no poder hacer y pensar en mis cosas debido a tantas interrupciones y tan pocos momentos de soledad. 

Las tediosas tareas domésticas, el alboroto que montaban los niños, que se aburrían como monas todo el día encerrados en casa, y el bochorno que no me dejaba dormir de noche, era lo que peor llevaba...

Y sabía que cuanto más me quejaba, mucho peor.

Toda resistencia era inútil, por lo que intentaba reconciliarme con aquella energía tumultuosa de la que no podía escapar... El problema era que se me daba fatal hacer las paces con ella...¡porque mi mente iba a mil por hora!

La decisión de transitar caminos nuevos ya estaba tomada, y eso me hacía sentir eufórica a la vez que incómoda, ¡porque implicaba salir de mi zona de confort!

Así pues, comencé este dibujo reflexionando acerca de la casilla de salida que tanto me resistía a abandonar.

Cuando me percaté de que para representar lo familiar, me había decantado por los botines favoritos con los que tantas fiestas me había pegado, en lugar de por las viejas zapatillas que llevaba a diario, no pude alegrarme más.

Aquel detalle me hizo creer que, quizá al fin, mi vida se había convertido en una fiesta sin final, ¡en la que sólo se me pedía bailar!

 

Sentí que nada me faltaba. Estaba llena de ilusión... Especialmente, porque incluso parecía que contaba con aliados con quienes aventurarme a lo que fuera que me deparase la pista de baile que me disponía a explorar.

Mi pareja, viejas y nuevas amistades, colaboraciones con otros... 

Había tantas posibilidades, tantas cosas que se podían hacer...que mi mantra pasó a ser el slogan de aquel programa de la tele que veía de pequeña, "La bola de Cristal". que decía: "Sólo no puedes, con amigos sí". 

Por aquel entonces estaba realmente convencida de que la clave del éxito residía en aliarse con otros, para que mediante la aportación de lo que a cada uno le gustase más, o mejor se le diese hacer, unir fuerzas y crear entre todos algo que fuese beneficioso para los que formásemos equipo, y para otros también.

De ese modo, saliese lo que saliese, e incluso si no salía nada, la experiencia siempre merecería la pena. Que yo sepa, divertirse mientras se intenta crear algo constructivo jamás ha dado como resultado una pérdida de tiempo. 

Pensé que dar a conocer mis dibujos en más sitios podría ser divertido, si lo hacía en compañía. Y, ¡quién sabe si podríamos sacar algún provecho de mis dibujos para los involucrados y con el tiempo, también para cualquiera!

Conforme este dibujo fue avanzando, comencé a poner los pies en la tierra, y a dejar de verlo todo con tanto optimismo. 

Me di cuenta de que, efectivamente, la vida era un baile, ¡y que podía bailar! 

Pero la cuestión no era esa, sino otras: 

-¿Estaría yo dispuesta a bailar cualquier música que me pusieran? (en sentido literal, la respuesta era un "no" rotundo), ¿querrían bailar otros al son de la música que escogiese yo? (muy probablemente, tampoco)...

El primer traspiés me lo pegué el día que debía reunirme con el diseñador gráfico. 

A cinco minutos de salir a su encuentro, le envié un Whatssap para confirmar punto de encuentro media hora más tarde, y para mi desconcierto, se había olvidado de la cita por completo. Hubo que postergarla para otro momento.

-!Vaya, qué poco interés tiene por ganarse un dinero!-me quejé.

Pero, para evitar quedarme en casa dándole vueltas a la pregunta que me ha perseguido la mayor parte de mi vida, decidí celebrar el cambio de planes llevando a mis chicos a la piscina.

( La pregunta a la que hago alusión es: ¿Por qué parece que a mí todo me cuesta el doble de tiempo y energía?, ¡todo!, incluso concertar una cita que en teoría, le interesa incluso a un otro más que a mí...)

Fue tras aquel leve contratiempo que decidí colorear el botín en tonos marrones. 

Lo hice con la intención de recordarme la importancia de mantener los pies en la tierra. Y para reforzar el recordatorio, escribí en el tacón ese número maldito que se supone me ha tocado como número de destino, y al que tan poco cariño le tengo.

En cualquier caso, si algo hice en aquel momento, fue tomar la decisión de postergar todo lo relacionado con el tema de mis dibujos y exposiciones hasta que los niños se hubiesen marchado de vacaciones.

Opté por hacerles más caso a ellos, y menos a mí, porque me di cuenta de lo egoísta que estaba siendo al pretender que se adaptasen a mi rutina.

Sus necesidades en aquel momento, no eran ni de lejos parecidas a las mías. Me tocaba a mí adaptarme a su ritmo, y no al contrario.

Lamenté haber sido tan egocéntrica. 

Les debía una disculpa, y fue por eso que decidí dejar a un lado todo lo que hacía que me quejase cuando me interrumpían.

Explanation:

At that time the children were spending the fortnight with me. 

It was so hot that we could only leave the house in the late afternoon, and that made living together even more complicated.

When things got tense, I would bring to mind one of the last meditations we had done in Kundalini Yoga. 

Just before starting the kriya, we had been asked to take a random slip of paper, which contained a word that we were to reflect on throughout the session. 

Mine was "shelter". 

I tore that slip of paper in an oversight, long before it was time for the final meditation, which I effectively used to focus on deciphering what that word really meant to me at that moment. 

First I related it to the moments of inner peace I found in drawing.

Then, with me inside this perishable body that contained me, and in which I feel so comfortable after a kundalini yoga lesson.

And finally, as the home I create for those who live with me (Drawing 17. "Elephant Woman"/2020 journal). 

This last reminded me that if I truly wished to become the home that I and others wished to inhabit, it was not in my body or my mind or even my house that I should dwell, but in my heart. I was not doing that!

It was July, so we were under the influence of the sign of Cancer, whose energy was so difficult for me cope with. 

It felt as intensely suffocating as the air in the street, and that made me try twice as hard to control my reactions.

I had an explosive personality! I was having a terrible time keeping my thoughts or emotions from taking control of situations, and it was all due to being overwhelmed by not being able to do and think about my own things, because of so many interruptions and so few moments of solitude. 

The housework, the fuss made by the children, who were bored out of their minds all day cooped up at home, and the embarrassment that kept me awake at night, was the worst... And I knew that the more I complained or resisted, the worse it would get.

All resistance was futile, so I tried to reconcile myself with that tumultuous energy that I couldn't escape.... The problem was that I was terrible at making peace with it... because my mind was racing!

The decision to take new paths had been made, and that made me feel both elated and uncomfortable, because it meant stepping out of my comfort zone!

I started this drawing reflecting on my starting point.

I couldn't have been happier when I realised that, to represent the familiar, I had opted for my favourite ankle boots that I had partied in so many times, instead of the old trainers I wore every day.

That detail made me feel that perhaps at last my life had become a never-ending party, where all I was asked to do was dance!

I felt that I lacked nothing, that I was full of excitement.... Especially, because at last it seemed that I had allies with whom I could explore a new dancing floor.

My partner, old and new friendships, collaborations with others... 

There were so many possibilities, so many things that could be done... that I seemed to have taken as my slogan the phrase from that TV programme I used to watch as a child, "The Crystal Ball". The one that said: "You can't do it alone, but with friends you can". 

I was really convinced that the key to success lay in teaming up with others to do together what we all liked or were best at doing in life.

Because whatever came out, and even if nothing came out, the experience was worth it. 

Nobody wastes time when having fun trying to create something constructive. 

I thought that making my drawings known in more places could be fun if done in company. And, who knows if we could get some benefit out of my drawings for us and eventually for anyone else!

As this drawing progressed, I began to really step on the ground, and to stop seeing everything so optimistically. 

I realised that life was indeed a dance, and that I could dance! But the question was not that, but to answer the question: 

Would I be willing to dance to any music played to me? (literally, the answer is a resounding "no"), and would others dance to my rhythm? (probably not).

My first setback came on the day I was supposed to meet the graphic designer. 

Five minutes before leaving to meet him, I sent him a whatsapp to confirm the meeting point half an hour later, and to my bewilderment, he had completely forgotten about the appointment, so it had to be postponed for another time.

-He really has little interest in earning money!- I complained to myself, feeling disappointed. 

And so as not to stay at home pondering the question that has haunted me all my life, I decided to celebrate the change of plans by taking my boys to the pool.

(The question is: Why does it seem to take me twice as much time and energy, everything?,including making an appointment with someone that in theory, should be more interested in it than me!)

If I am not wrong, it was the next moment I had time to draw that I decided to colour the booty in shades of brown. 

I guess I did it with the intention of reminding myself of the importance of keeping my feet on the ground. 

I also wrote my destiny number, which I found so hard to identify with, on the heel, and decided to postpone everything related to drawings and exhibitions until the following week, once my children had left.... 

I decided to pay more attention to them, and less to me, because I realised how selfish I was. 

I could not expect that they were willing to adapt themselves to my routine. I should take into account that their needs at that moment were far from being mine.

I was the one that had to adapt to their rhythm. I felt sorry for having been so self-centered.

I owed them an apology, and that's why I decided to put aside everything that made me complain when I was interrupted.

Nirvana - All apologies 

La energía del mes de cáncer.

La bola de cristal (último capítulo)