Gloria Ram

CELEBRANDO MEDIO SIGLO
CELEBRATING HALF A CENTURY

"¡Menos gente,

 y más conexiones auténticas!"

"Fewer people and 

more authentic connections!"

18/05/23

Antes de que comenzase el mes de mayo, ya había abortado la ilusión de celebrar una gran fiesta el día de mi cumpleaños.

De salud andaba fatal, y no tenía ganas de organizar nada. 

Para colmo, continuaban las rencillas entre mis conocidos del mundo de la noche, y en la fecha señalada, había eventos en diferentes salas.

 

Visto el panorama, opté por no complicarme la vida. Y aunque no era lo que esperaba de mí, resultó más fácil de lo que pensaba...

¡Qué alivio no tener que ponerme a contactar a gente ni a esperar a que confirmasen la asistencia! Todo un acierto, porque así evité poner en un compromiso a algunas personas.

Estaba claro dónde querían estar la mayoría de mis presuntos invitados, y no era en la sala donde planeaba celebrar mi fiesta. 

Ciertamente, me quedé con las ganas. Pero me ahorré un montón de molestias, ¡y también una pasta! Medio siglo de existencia se merecía una celebración por todo lo alto, y no estaba para despilfarros.

Total, que la final, lo único que hice fue decidir a qué evento me apetecía ir,

¡tres días antes! 

Y no fue la decisión de la mayoría lo que más me influyó (pese a toda la gente que tenía ganas de ver), sino la confirmación de que la "Chamana Madamme" cogería  un tren para celebrar mi aniversario conmigo.

(La fiesta por la que opté era la única que nos permitía reunirnos en la estación de tren, llegar al  club en taxi, y no depender de nadie, ni a la ida ni a la vuelta.)

¡Qué rápido pasé de imaginarme sentada a una mesa larga con mucha gente, comiendo paella, brindando con cava y comiendo tarta con vistas a la playa, a verme sentada a una mesa para tres en un restaurante mexicano cualquiera, brindando con cerveza y soplando una vela ¡sin tarta!

¿Decepcionada? ¡Todo lo contrario! 

Las risas que nos echamos, las charlas, la alegría del reencuentro y brindar por mi medio siglo con esa amiga y mi pareja era la fiesta que más necesitaba.

¡Quién necesita gente, estando tan bien acompañada!

Verme en esta foto con ellos, hace que me diga que algo bueno habré hecho en esta vida para merecer compartir momentos con seres seres humanos tan preciosos. ¡Me los comería a besos! 

¡Qué bien que despierten lo mejor de mí! ¡Qué bonito es sentirse libre, relajada y en paz! Sin temor a meter la pata o que otros se tomen a mal alguna burrada que sueltes... 

¡Qué maravilla es la confianza plena, y ser tú, sin censura, siempre! 

¡Ya me gustaría a mí que eso se pudiese lograr con el paso del tiempo! Lamentablemente, ese tipo confianza no se gana echando horas. Se da o no se da. Es cuestión de energía.

Si de algo me di cuenta aquella noche es de las personas prioritarias en mi vida y de las cosas que ya eran prioridad. 

Con las amistades verdaderas, cualquier lugar es perfecto. Con ellas, siempre hay tiempo para todo... 

Como en aquella ocasión, que tuvimos de sobra para ponernos al día, reírnos de nuestras miserias, salir de bares, ¡y hasta de perdernos entre el gentío de una sala repleta de peña!

Y cuando cerraron la discoteca, ¡aún nos sobró para desayunar mientras esperábamos el tren de vuelta a casa! 

Aquella noche me encontré con muchos conocidos, tal y como esperaba. Y tal y como imaginaba, me alegré mucho de ver a la mayoría...Aunque, como suele suceder, sólo me detuve a charlar con unos pocos.

¡Ya me gustaría a mí montar una fiesta y ser capaz de reunir a tantos de golpe!, me dije cuando publiqué en Facebook la foto en grupo que nos hicimos por la mañana.

Pero, lo que de veras añoraba, no era verme capaz de poder reunir a tanta gente, sino de poder conectar con más, de la manera tan genuina que solamente podía con muy pocas personas...(Si me pongo a contar, me sobran dedos de una mano)

¡Menos gente, y más conexiones extraordinarias que mereciesen la pena!

De repente, vi que mis ansias de reunirme con muchos por "diversión", no tenía ningún sentido.

Había cumplido mi deseo. Pero, el objetivo de celebrar mis cincuenta castañas rodeada de conocidos y extraños, y estando de fiesta, sólo me había servido para darme cuenta de lo que ya no necesitaba.

Todos los presentes estábamos de celebración. Pero sólo tres celebrábamos mi cumpleaños. El resto estaba allí, no por mí, sino porque hacía dos años que un club había reabierto sus puertas. 

Esa noche me di cuenta que, si lo había pasado genial, no era debido al gentío o al ambiente de la sala, sino gracias a mi pareja y a la amiga que me acompañaban.

-¡Horror, te has hecho vieja de repente! ¿Me estás diciendo que ya no quieres más fiestas?-me pregunté desconcertada, temiendo que mi estreno de década me hubiese vuelto majareta.

No era eso. 

Por supuesto que seguiría aficionada a la fiesta, y buscando cualquier excusa para celebrar lo que fuese donde pudiera... Pero, ¡ya no con cualquiera! 

En parte, porque tras otra noche de excesos, volví a caer muy enferma. 

Y en parte, porque me di cuenta de que, de toda la gente con la que interactuaba, realmente solo disfrutaba de la compañía de muy pocas personas.

8/03/25

Hoy día no sé si alguna vez celebraré la fiesta de mis sueños.

La de los cuarenta no pudo ser por desavenencias con mi entonces pareja. La de los cincuenta, tampoco... ¡Ya van dos veces que todo se queda en un deseo imaginario!

Dicen que a la tercera va la vencida... No lo sé. Ya ni siquiera sé si me apetecerá volver a celebrar mi cumpleaños a la antigua usanza. Seguro que lo celebraré, pero quizá de otra manera. 

Sólo creo estar segura de una cosa:

Para ocasiones especiales, y no tan especiales, ya no deseo una multitud, sino sentirme unida a las personas que me rodean. 

Y también que, a partir de ahora, para mis fiestas, imaginarias o no, ya no me vale cualquiera.

¿Qué sentido tiene buscar la cercanía de tantos personajes secundarios si sabes a ciencia cierta que no todos los que tienes al lado están de tu lado?

Ahora sólo quiero disfrutar de la compañía de las estrellas invitadas de mi película, porque me dan alegría, me hacen feliz y me importan. 

¡Quién sabe lo que haré para celebrar mi 52 cumpleaños! 

Ni siquiera pienso en eso. 

Pero, dudo mucho que me plantee hacer una fiesta de puertas abiertas, y permitir que venga cualquiera.

Por cierto, acabo de encontrar en Internet algo que resume perfectamente lo que acabo de escribir:

"In life you realise that there is a role for everyone you meet. Some will become a test, some will use you, some will love you and some will teach you. But pay special attention to those who help you bring out the best in you, and those who love you beyond your faults. These are the unusual people that life puts around you to bless you and remind you that your life matters"

18/05/23

Before the month of May began, I had already aborted the illusion of having a big party on my birthday.

I was in poor health and didn't feel like organising anything. 

And to make matters worse, the quarrels between my nightlife acquaintances were still going on, and on that date, there were several events in different venues.

 

Given the situation, I decided not to complicate my life. And although it wasn't what I expected of myself, it turned out to be easier than I thought...

What a relief not to have to contact people and wait for them to confirm their attendance! Besides, I avoided having to put some people on the spot... (Very few, but the ones I cared the most)

It was clear where most of my presumed guests wanted to be, and it wasn't the room where I planned to hold my party. 

I certainly sacrified my eagerness to have my party. But I saved myself a lot of hassle, and a lot of money too! I wanted to celebrate my half-century of existence in style, but I wasn't in a position to splurge either.

In the end, all I had to do was decide which event I wanted to go to the most, and I did it three days before! 

It wasn't the decision of the majority that influenced me the most (despite all the people I wanted to see), but the confirmation that the ‘Shaman Madamme’ was planning to come by train to celebrate my birthday with me. 

(The party I opted for was the only one that allowed us to meet at the train station and go to the club in a taxi, without depending on anyone, on the way there or back.)

How quickly I went from imagining myself sitting at a long table with lots of people, eating paella, toasting with cava and eating cake with a view of the beach, to sitting at a table for three in a random Mexican restaurant, toasting with beer and blowing out a candle without cake!

Disappointed?, quite the opposite! 

Because the laughter, the chats, the joy of the reunion and the toast to my half-century with that friend and my partner was the party I needed most.

Who needs people when you're in such good company!

Seeing myself in this photo with them, makes me say to myself that I must have done something good in this life to deserve to share moments with such precious human beings. I would smother them with kisses! 

How nice it is to feel free, relaxed and at peace! Without fear of putting your foot in your mouth or that others will take anything you say the wrong way. 

It's good that they awaken the best in me! What a wonderful thing it is to have full confidence, and to be you without censorship, always! 

I wish that trust could be achieved over time. Unfortunately, that kind of confidence does not come with years. It either comes or it doesn't. It's a question of energy.

If I realised anything that night, it's the people I want to prioritise in my life and the things that are no longer a priority. 

With true friendships, any place is perfect. With them, there's always time for everything... 

Like that day, we had plenty of time to catch up, laugh at our miseries, go out to bars, and even get lost in the crowd of a packed club!

And when the disco closed, we still had time for breakfast while waiting for the train home! 

That night I met many acquaintances, just as I expected. And as I imagined, I was very happy to see most of them, although as usual, I only stopped to chat with a few of them.

I wish I could throw a party and be able to get so many people together at once!, I said to myself when I posted the group photo we had taken in the morning on Facebook.

But what I really longed for was not to be able to gather so much people together, but to be able to connect with more people as I could only do with a few... (To count them, there are more than enough fingers on one hand).

I wanted to replace so many people with real connections, strange connections that were worthwhile!

Suddenly, I saw that my longing for crowds for ‘fun’ didn't make much sense.

My wish was fulfilled. But, the objective of celebrating my fiftieth anniversary surrounded by people and partying had just made me realise that it was not something I needed.

Certainly, everyone present was celelebrating an Anniversary. But only the three of us were celebrating mine. The rest were there not because of me, but because it had been two years since the club had reopened. 

I realised that if I had had a great time that night, it wasn't because of the crowd or the atmosphere in the room, but thanks to my partner and the friend who had accompanied me.

-Horror, you've grown old all of a sudden, are you telling me you don't want to party anymore?, I wondered in bewilderment, fearing that my first decade had made me crazy.

It wasn't that.

Of course I still liked parties, and I would always look for every reason to celebrate whatever it was, whenever it was... But not with just anyone anymore. 

Partly because after another night of excess, I fell ill again. 

And partly because I realized that of all the people I used to interact with, there were only a few whose company I really enjoyed.

8/03/25

Nowadays I don't know if I will ever organise the party of my dreams.

The one in my forties couldn't happen because of disagreements with my then partner. The one in my fifties couldn't happen either... It's been two times now that everything has remained an imaginary wish!

They say that the third time's the charm... I don't know. 

I don't even know if I'll feel like celebrating my birthday the old-fashioned way anymore. I'm sure I'll celebrate it, but maybe in a different way. 

I only think I'm sure of one thing:

For special occasions, I no longer wish a crowd, but to feel connected to the people around me. 

And also that, from now on, for my parties, imaginary or otherwise, not just anyone will do.

What's the point of seeking the closeness of so many secondary characters if you know for a fact that not everyone who is close to you is on your side? 

Now I just want to enjoy the company of the guest stars of my film because they bring me joy, they bring me happiness and they matter to me. 

Who knows what I will do to celebrate my 52nd birthday! 

I don't even think about it. But, I doubt very much that I'm going to have an open house party and let whoever wants to come.

Millimetric - Dans mes yeux (Strange connection RMX)