2022 DIARIO / JOURNAL
123."Dando la bienvenida al 2022 /
Welcoming 2022"
"Tú haz, y deja que la vida te sorprenda /
Do it, and let life surprise you"
Fecha/date: 5/01/22
Explicación / Explanation:
Una llamada de apenas un minuto puso todo mi mundo del revés.
En cinco minutos estaba camino al hospital, y una hora y media más tarde, en casa, con un par de batas blancas, una tarjeta y un trabajo al que incorporarme en breve.
Me habían ofrecido un puesto como administrativa en un centro de salud, y sólo disponía de una hora para buscar toda la documentación requerida, desplazarme, entregarla y firmar.
Se trataba de una bolsa de trabajo a la que me había apuntado allá por el año 1998, y de la que ni me acordaba.
Aquel era el fruto tardío de los tiempos en los que animada por un novio enfermero, me dediqué a opositar para celador en varias comunidades autónomas.
Era la segunda vez que me llamaban de una bolsa de trabajo. Ya había rechazado una oferta para trabajar como celador en el 2003.
Todavía no sé cómo me dejé llevar por lo primero que me salió, y que resultase ser un "sí" en lugar de un "no". !Si me lo cuentan, no me lo creo!
Sólo sé que una vez de vuelta en casa, me sentí aturdida.
Ni siquiera tenía claro qué había firmado porque la oficina de recursos humanos estaba a punto de cerrar y los empleados, deseosos por irse a casa, no tuvieron ni tiempo ni ganas de explicarme nada.
No tenía ni idea de cuánto tiempo estábamos hablando, ni de las tareas a realizar... Sólo contaba con una dirección, una fecha, la hora a la que debía presentarme, y la sospecha de que me tocaría trabajar de cara al público, !precisamente en un momento en el que lo menos que me apetecía era ver gente!
Tras mi estancia en Barcelona, me había propuesto alejarme unos días del mundanal ruido. Tenía la cabeza demasiado saturada de tanta desinformación.
Además, en vísperas de Nochevieja, no pensaba en otra cosa que en la frustración que me causaban las medidas restrictivas que no me permitían celebrarla como me diese la gana.
Como regalo de Navidad, tenía pensado pasar la semana siguiente, que no tenía niños, en casa, tranquila, con mi pareja, y dibujando todo lo que pudiera. De repente, !ya no la tenía!
En un pestañeo, había cambiado mi semana sabática de 24 hrs sin apenas obligaciones, por jornada completa en un centro de salud donde, no sólo debía aprender a marchas forzadas lo que fuese que me tocase hacer, sino además cubrirme la nariz y la boca de ocho a tres, y vivir la pesadilla de la que huía, en primera persona, en vivo y en directo.
Para alguien que no sabe disimular, aquello más que un reto era un tormento.
-¿Es que te has vuelto loco, o qué? - le gritaba al guionista de mi vida, al que imaginaba descojonándose de la risa.
La cuestión es que fue firmar el contrato, que se me cerró el estómago por completo, de los nervios que me entraron.
!Yo, en un centro de salud, en aquel momento, y pensando lo que pensaba! Después de un geriátrico, no me imaginaba peor sitio en el que echar horas.
Tampoco sabía qué era peor, si haber dicho que sí sin pensar o plantearme rechazar la oferta.
Me aterraba verme en tal escenario, y era precisamente por eso que sabía que decir "sí" había sido un acierto. Rechazar la oferta de trabajo por cobardía, no me parecía una buena excusa.
-A ver si por lo menos, tengo suerte con los compañeros...-pensé, y al hacerlo, me di cuenta de que de alguna manera, todavía me quedaban secuelas de mi paso por el geriátrico.
Fue al pensar en ello que comprendí que tenía ante mí la oportunidad para trabajar en mi autoaceptación, para entrenarme en poner el foco de atención donde me interesase, no donde doliese, y para dejar ir sentimientos de rechazo. Todo lo demás era secundario.
Por aquel entonces, ya había comenzado este dibujo, para el que estaba usando una de las tapas de cartón del álbum, a falta de láminas en blanco.
Primero la había pintado toda de negro, a juego con mi estado de ánimo...
Después había surgido la extraña forma de color rojo que acabaría convertida en la cola del vestido de la niña de espaldas con un peinado que simulaba los cuernos de un toro.
Allí estaba otra de mis "mini-yo" dando la bienvenida el año entrante, y parecía dispuesta a transitarlo sacando de paseo a su sol.
En cuanto nuevas manchas dejaron al descubierto la forma de una que interpreté como un rostro borroso, y que mis hijos nada más ver llamaron el fantasma, comprendí que ninguna de mis buenas intenciones iba a servir de nada si no la acompañaba de acción.
También intuí que aquel rostro horripilante no era otro sino el del año 2022, dándome la bienvenida con la más macabra de las sonrisas.
Lamentablemente, no me quedaba más remedio que plantarle cara.
Tenía doce meses por delante, las mejores intenciones para hacer de él un año constructivo, y una vasija para recibir todo aquello que me ofreciesen los meses venideros, aunque ni de lejos fuese lo que desease.
-¡Di sí!, ¡tú haz, y deja que la vida te sorprenda!- me dije para animarme.
Y fue con ese pensamiento, la angustia de tener que incorporarme al trabajo menos deseado de mi historia y con aquella imagen en la cabeza, con la que me monté en coche para cenar con mi familia la última noche del 2021.
Unas horas más tarde me encontraba de vuelta, y rodeada de una niebla tan espesa que apenas veía la carretera.
Me sentí tan desorientada que acabé pasándome la salida de casa, y por poco no me paso de pueblo.
De repente me vi, en la noche más oscura que recuerdo, en mitad de la niebla y totalmente perdida…Como si la vida quisiera dejarme bien claro que en eso se había convertido el futuro más inmediato.
Nada más y nada menos que en un caos, donde ni veíamos el suelo que pisábamos ni podíamos anticipar lo que nos venía de frente.
En ese momento, !que no hubiese dado por saber cómo encender los faros antiniebla!
!Menos mal que lo de encender la bola de discoteca se me da mejor!
Aquella noche la fiesta volvió a ser para dos, y la verdad es que lo pasamos tan bien y nos reímos tanto, que al final no eché en falta nada ni nadie.
De hecho, no podía sentirme más agradecida ... Lo de pegarme la fiesta en compañía de mi mejor amigo, lo tenía garantizado, y eso !no había normativa que lo impidiera!
Además, me ahorré pasar frío, ponerme un vestido, el dolor de pies por bailar con tacones...De lo que no me libré fue de la resaca del día siguiente, que esa vez fue tan terrible que nos tuvo un par de días vegetando... Que el cava estará muy bueno, pero !qué mal sienta!
Para cuando acabé esta lámina, ya llevaba un par de días trabajando, el fantasma había desaparecido y la niebla de la primera madrugada del año ya no me nublaba la vista.
Tenía dos objetivos: Abrirme a probar cosas nuevas, y crear tanta abundancia como pudiera, para mí y todos los que me rodean.
Al guardar la lámina, miré a la chica con el número en la espalda, que dibujé por aquello de que según la numerología el 2022 era un año seis, y me reí:
-!No podría haberte vestido más hortera!, !ni que fueses de Carnaval! Aunque, !ojalá!... -le solté con carita de pena.
Y al hacerlo recordé aquel fado portugués que tanto me gustaba y que llevaba siglos sin escuchar.
Explanation:
A phone call of barely a minute turned my whole world upside down.
I had been called to work as an administrative clerk in a health center and I only had an hour to find all the required documentation, hand it in person and sign the contract.
In five minutes I was on my way to the hospital and an hour and a half later, at home with a pair of white coats, a card and a job to join three days later.
It was a labor exchange to which I had signed up back in 1998, and of which I did not even remember.
That was the late fruit of the times in which, encouraged by a boyfriend who was a nurse, I dedicated myself to study for employment as a non-medical staff member in several autonomous communities.
It was the second time I was called from a labor exchange. I had already turned down an offer to work in 2003.
I still don't know how I got carried away by the first thing that came to me, and that it turned out to be a "yes" instead of a "no". If someone had told me, I would not believe it!
All I know is that once I got back home, I was stunned.
Besides, on the verge of New Year's Eve, I thought of nothing else but the frustration caused by the restrictive measures that did not allow me to celebrate it away from home.
The only thing I was happy about was having a few days without children, which I had planned to spend at home, quietly, with my partner, and drawing as much as I could. Suddenly, I didn't have them anymore!
In the blink of an eye, I had traded my 24-hour sabbatical week with no obligations for a full day at a health center where I not only had to learn at full speed whatever it was I had to do, but also wear the facial mask from eight to three, and live the nightmare I was running away from, in first person, live and direct.
For someone who does not know how to dissimulate, this was not a challenge, but a torment.
-Have you gone mad, or what? - I shouted at the scriptwriter of my life, whom I imagined laughing his head off.
The thing is that as soon as I signed the contract, my stomach closed completely. I was so nervous.
Me, in a health center, at that time and thinking what I was thinking! After a nursing home, I couldn't imagine a worse place to spend hours.
I didn't know which was worse, to have said yes without thinking or to have refused the offer and fee like a corward.
-Let's see if at least I have luck with my work colleagues...- I said to myself, remembering my experience in the nursing home.
And it was in doing so that I realized that I still had some after-effects of that experience.
That was how I understood that I had before me an opportunity to work on my self-acceptance, train myself to put the focus of attention where it interested me, not where it hurt me, and let go of any feelings of rejection, once and for all.
By then, I had already started this drawing.
Since I ran out of paper, I had taken advantage of one of the album covers.
First I had painted it all black, to match my mood.... Then I had come up with the strange red shape that would end up being the tail of the dress of a little girl on her back with a hairstyle that simulated the horns of a bull.
That 2022 was suggesting me to take my sun for a walk, was clear to me. That it would not be easy, too, as new spots exposed a large face that my children identified as a ghost....
As I watched it, I realized that the new year was welcoming me with the most macabre of smiles, and that I had no choice but to stand up to it.
I had twelve months ahead of me, the best intentions to make it a constructive year and a vessel to receive whatever the coming months offered me, even if it was far from what I wanted, which I was already experiencing!
-Just do it, and let life surprise you!-I said to myself to cheer myself up. And it was with that thought, the anguish of facing the least desirable job in my history and that image, that I went to dinner with the family the last night of 2021.
A few hours later we were returning home in a fog so thick that we could barely see the road. I felt so disoriented that I ended up missing the exit to the house, and almost missed the town.
Suddenly I saw myself, in the darkest night I remember, in the middle of the fog and totally lost... And I felt that this was what my immediate future had become, a chaos where I could neither see the ground I was walking on nor anticipate what was coming my way. And I did not know how to turn on the fog lamps!
Thank goodness I knew how to switch on the disco ball much better!
The party was again for two, but the truth is that we had such a good time and laughed so much that in the end I didn't miss anything or anyone. What's more, I felt very thankful... I was guaranteed to have a party with my best friend, and there were no rules to prevent it!
Besides, I didn't have to make myself pretty, nor did I suffer from foot pain the next day... What I didn't get rid of was the hangover, which that time was so terrible that it kept us vegetating for a couple of days... Cava may be very good, but it's so bad for you!
By the time I had finished this drawing, I had been working for a couple of days, the ghost had disappeared, the fog of the first dawn of the year no longer clouded my vision and I had two goals:
Try new things and create abundance for myself and those around me.
As I put the picture away, I looked at the girl with the six on her back, which I drew because according to numerology, 2022 was a year six, and I laughed:
-I couldn't have dressed you more tacky! Like you are celebrating Carnival!....I wish you were, though! -I said, and in doing so, I remembered that Portuguese fado I loved so much and had not listened to for centuries.
Madredeus - Oxalá
Mario Benedetti - Como hacerte saber
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