Gloria Ram

2022 diario / 2022 journal

125. CONDUCIENDO A CIEGAS/

DRIVING BLIND

"Continua rodando / Keep on rolling"

Fecha / date: 20/01/22

Explicación / Explanation:

No sé si sería porque durante aquellos días escuché un video en el que decían que cuando veías el rostro de un difunto en un sueño, significaba que seguía contigo, que soñé con mi abuela y le vi la cara.

En el sueño me encontraba al teléfono pidiendo información acerca de la ubicación y la temperatura de un punto geográfico.

Al otro lado de la línea, una operadora me contestaba que el lugar al que hacía referencia estaba muy cerca de casa, justo en una gasolinera que separa mi pueblo y el de al lado. 

Mientras apuntaba los datos que me daba la chica giré la cabez. Sentí que alguien se aproximaba. 

Era mi abuela ( Dibujo 36, "La despedida de mi abuelita"/2020 diario), que venía a contarme que también estaba cogiendo llamadas porque deseaba ayudar. 

Entonces volvía la vista al papel donde estaba cogiendo notas y sólo había apuntado una frase que no entendía. Había escrito: "más dos punto 0". Desperté.

Sucedió un par de días más tarde, que mi hijo mayor se encontró una carta mientras dábamos un paseo ( !la de basura que la gente tira en cualquier parte!) Se trataba de una carta del juego ese que se llama "menos uno", y al que habré jugado una vez en mi vida. Se trataba de un "más dos".

No sé si aquello me estaba avisando o no de lo que iba a acontecer, pero en cuestión de dos semanas, fuimos cayendo todos enfermos, menos uno.

El primero en caer fue mi hijo menor, que supuestamente lo pilló en el colegio, donde tras la visita de los sanitarios sus compañeros iban cayendo como moscas. 

Nunca sabré si pasó el famoso virus o sólo se trató de una infección de oído, porque se quejaba mucho de que le dolía. El único síntoma, un poco de fiebre. Lamentablemente, la visita al centro de salud no nos sacó de dudas. 

El médico de guardia en urgencias ni siquiera se acercó a él. De milagro, accedió a verlo en persona, y sólo me dijo: 

-Seguro que tiene el virus, sigue dándole paracetamol, ve a la farmacia, hazle la prueba y si da positivo, llama por teléfono o dale de alta en la página web. 

Me tocó escuchar lo mismo que había estado diciendo yo. Me tocó sentir la misma frustración que habían sentido otros al escuchar mis respuestas. 

-¡A esto lo llamo karma inmediato!- me dije.

Tardé un par de días en poder hacerle la prueba, por aquello de que se habían acabado los tests en la farmacia, y cuando finalmente pude hacerme con uno y se lo hice, dio positivo, y no me quedó otra que seguir los protocolos, por el tema el colegio.

Tan pronto lo hice, me informaron de los días que mis dos hijos debían permanecer aislados en casa ( unos cuantos más que el resto de compañeros). El mayor no tenía absolutamente nada, salvo no haberse puesto la inyección y convivir con su hermano.

Total, que el pequeño estuvo pachucho un día y medio, de lo cual me alegré mucho, y el resto de los días de encierro en casa, se los pasó celebrando que las fiestas navideñas se estuviesen prolongado hasta mediados de enero. 

Los niños estaban tan contentos que parecía que les hubiese tocado la lotería.

Durante aquellos días de niños confinados, fue mi pareja el que cayó, y como suele suceder, no fue hasta que se recuperó, que caí yo. 

No llegué a hacerme ninguna prueba, pero imagino que de alguna manera pillaría la enfermedad de moda y no otra cosa, ya que raramente tengo fiebre. Me pasé quince horas con una fiebre tan alta que tuve que meterme en la cama, y con un horrible dolor de cabeza y de cuerpo en general. 

!Y más tiempo que me hubiese quedado de habérmelo podido permitir!

Las madres, como los autónomos, hay ciertos lujos que no se pueden permitir.

Y cuando ya creía que por fin podíamos volver a la rutina de siempre, van y me informan que se cancelan las clases del cole hasta próximo aviso, por la cantidad de profesores de baja y niños infectados. 

Total, que nos tocó disfrutar de otra semana más de colegio por internet...

No es de extrañar que durante el mes de enero apenas pudiera dibujar, y que finalmente me saliese esta lámina que veis, donde me animaba a tirar del carro sin más pretensiones que las de seguir avanzando, o al menos de no descarrilarme debido a tantos "contratiempos".

Si en el dibujo anterior había dibujado muñequitos de papel rotos, haciendo referencia a la aparente separación entre los seres humanos por aquellos días (Dibujo "Dos"/ 2021 diario), esa vez los dibujé a unos, siendo devorados por el circo en el que se había convertido el sistema sanitario y a otros, agarraditos de la mano y en fila.

Y es que si de una cosa sí estaba segura era que, lo quisiésemos o no, íbamos todos montados todos en el mismo carro y donde quiera que nos dirigiésemos, íbamos todos juntos de cabeza... 

La única diferencia entre unos y otros, era el modo en el que cada cuál decidía mirar hacia el futuro. En cuanto a mí, ya ni me atrevía. 

Será por eso que acabé identificándome con aquella muñequita de pelo morado, que con los ojos tapados, intentaba guardar la calma mientras disfrutaba de una bebida caliente que le reconfortase.

En lo referente a la venda, no la llevaba para no ver lo que tenía alrededor, sino para recordarme que debía centrarme más en lo de dentro que en lo de fuera, y en sacar algo positivo de toda la situación, si es que lo encontraba.

Mi único consuelo, saber que aquello también pasaría, y supongo que será por eso que escogí el símbolo de la tormenta y lo dibujé en el carro, aunque por aquel entonces poco supiera del significado de aquel glifo, y mucho menos de astrología maya.

Lo único de lo que podía alegrarme era que tenía la sensación de que al fin parecía estar logrando aceptar no sentirme aceptada.

Todo lo ocurrido desde principios de año, también me había servido para hacerme consciente de la importancia de fortalecer mi sistema inmune, y así evitar volver a caer enferma. 

Acudir a un médico en busca de diagnóstico se había convertido en una experiencia de lo más frustrante.

Y además, tal y como se estaban poniendo las cosas, más le valía a una sentirse en plena forma. !Hacía falta una rueda de todo terreno para tirar de la carroza por el camino de sucesos esperpénticos que nos estaba tocando transitar! 

Era necesario, eso, y creerse aquella frase que tanto había escuchado a lo largo de mi vida, y tanto detestaba. 

Aquella que me decían de pequeña cuando no me dejaban hacer o me prohibían hacer algo, y que al oírla sólo podía sentir rabia: "Todo es por tu bien". 

Explanation:

I don't know if it was because during those days I listened to a video in which they said that if you saw the face of a deceased person in a dream, it meant that he was still with you, that I dreamt about my grandmother and I saw her face.

In the dream I was on the phone asking for information about the location and temperature of a geographical point.

On the other end of the line, an operator told me that the place I was referring to was very close to home, right at a gas station that separates my town from the next village.

While I was writing down the information the girl was giving me, I turned my head because I felt someone approaching. 

It was my grandmother ( Dibujo 36, "My granny´s farewell"/ 2020 journal), who came to tell me that she was also taking calls because she wanted to help. Then I looked back at the paper where I was taking notes and saw that I had only written down one sentence that I didn't understand. I had written: "plus two point 0".

It happened a couple of days later, that my oldest son found a card while we were taking a walk (the garbage that people throw everywhere!) It was a card from that game called minus one, which I must have played once in my life. It was a "plus two".

I don't know if that was warning me or not of what was to come, but in a matter of two weeks, we were all falling ill, except for one.

The first to fall was my youngest son, who supposedly caught it at school, where his classmates were dropping like flies. 

I will never know if he passed the famous virus or it was just an ear infection, because he complained about it a lot and had a fever. I will never know because the visit to the health center didn't clear it up. 

The doctor on duty at the Health Centre did not even approach him. By a miracle, he agreed to see him in person and just told me: "He must have the virus, keep giving him paracetamol, go to the pharmacy, test him and if he comes back positive, call or register him on the website. 

I had to listen to the same things I had previously tell others. It was my turn to feel the same frustration that others had felt when they heard my answers. 

-I call this immediate karma- I said to myself.

It took me a couple of days to be able to test him, because they had run out of tests at the pharmacy. They were selling them like hotcakes! When I finally could buy the antigen test, my son tested positive and I decided to follow the protocol because of school.

As soon as I notified it to the school, I was informed of the number of days that he and his brother, who had absolutely nothing, had to stay isolated at home.

As soon as I did so, I was informed of the number of days that my youngest son and his brother had to remain isolated at home (some days more than the rest of their classmates). Nothing wrong happened to the eldest except for the fact that he had not received a shot and lived with his brother.

All in all, the little one was sick for a day and a half, which I was very happy about, and the rest of the days he was at home, super happy that the Christmas holidays had been extended until mid-January. Which both, he and his brother, celebrated in style. 

The children were so happy that it seemed as if they had won the lottery!

During those days of confined children, it was my partner who fell, and as often happens, it wasn't until he recovered, that I got sick, too.

I didn't get to take any tests, but I imagine that somehow, I would catch the fashionable disease and not something else, because I rarely have a fever, and I spent fifteen hours with such a fever that I had to go to bed, with a horrible headache and body ache in general. 

And longer than I would have stayed if I could have!

Mothers, like the self-employed, don't seem to have the right to get sick. Someone has to take care of everything. there are certain luxuries you can't afford.

And just when I thought we could finally go back to the usual routine, I was informed that the school classes were cancelled due to the number of teachers on sick leave and infected children. So, we had to enjoy another week of school via internet...

It is not surprising that during the month of January I could hardly draw and that I came out with this picture that you see, where I encouraged myself to pull the cart with no other pretensions than to keep moving forward, or at least not to derail myself due to so many "setbacks".

If in the previous drawing I had drawn little broken paper dolls, making reference to the apparent separation between human beings in those days (Drawing 124. "Two"/ 2021 journal), this time I drew some of them being devoured by the circus in which the health system had become and others holding hands and in a row.

And if there was one thing I was sure of, it was that, whether we wanted it or not, we were all riding in the same cart and wherever we went, we were all going together.

The only difference between one and the other was the way in which each one decided to look to the future. As for me, I didn't even dare. 

Maybe that's why I ended up identifying myself with that little doll with purple hair and blindfolded eyes, trying to keep calm while enjoying a hot drink to comfort her.

As for the blindfold, I wasn't wearing it to avoid seeing what was around, but to remind me of focussing more on the inside than the outside with the attempt to get something positive out of the whole situation, if it had any. 

My only consolation, knowing that this would also pass, and I suppose that is why I chose the symbol of the storm to draw it on the cart, even though at that time I knew little of its meaning and even less of the Mayan calendar.

The only thing I was happy about was the thought that I finally seemed to be coming to terms with not feeling accepted.

As for everything that had happened since the beginning of the year, it had served to make me aware of the importance of strengthening my immune system to avoid getting sick again. 

Going to a doctor for a diagnosis had become a most frustrating experience.

And besides, the way things were going, it was better to feel fit. It took an all-terrain wheel to pull the chariot along the road of grotesque events that we were going through! 

It was necessary, that, and also to start believing in that phrase that I had heard so much throughout my life, and I hated so much. 

The one I was told when I was a child, every time I was forced to do something or forbidden to do something, and that when I heard it, I felt rage: "It's all for your own good". 

Rolling free- Johnny Cash

El virus y el sistema inmunológico